REPORTAJE

Bajo un manto de amor

Con motivo de la festividad de la Candelaria, la hermandad de la Virgen de los Dolores vuelve a abrir el camarín de la Señora de Córdoba para pasar bajo su manto

La festividad de la Presentación del Niño Jesús en el templo, la popular Candelaria, dejó este viernes tiernas estampas alrededor de la Virgen de los Dolores, y es que, un año, más la hermandad que le rinde culto ha celebrado la presentación de los niños a la Virgen y ha vuelto a abrir las puertas del camarín de la Señora de Córdoba para todo aquel que en la tarde del viernes quiso pasar bajo el maternal manto de la Virgen. El acto comenzó a los pies de la Virgen de los Dolores encendiendo una vela con la simbólica luz tan presente en esta fiesta de la Candelaria. Poco después se fue organizando una larga cola que llevaría al camarín de la Virgen de los Dolores con la ilusión de ir pasando bajo su manto, en esta ocasión, el manto llamado de los Alféreces.

Tradición 8 Adultos pasando bajo el manto de la Virgen. A la derecha, un niño junto a su padre bajo el manto.

Tradición 8 Adultos pasando bajo el manto de la Virgen. A la derecha, un niño junto a su padre bajo el manto. / F. Mellado

El acto comenzó a los pies de la Virgen de los Dolores encendiendo una vela con la simbólica luz tan presente en esta fiesta de la Candelaria. Poco después se fue organizando una larga cola que llevaría al camarín de la Virgen de los Dolores con la ilusión de ir pasando bajo su manto, en esta ocasión, el manto llamado de los Alféreces.

Niños y adultos, bajo el manto de la Virgen de los Dolores

Así lo hizo Miguel y María, que con su pequeño en brazos pasaron bajo el manto de la Virgen. Fue un momento de gran satisfacción, según aseguró ella, vivido con la fe de que «la Virgen de los Dolores lo proteja a lo largo de su vida». No solo pasaron los niños, sino también los adultos y devotos de la Virgen que quisieron cumplir con esta tradición que la hermandad de los Dolores lleva celebrando desde el año 1976, un acto que la corporación del Viernes Santo vive con gran intensidad al comprobar cómo los cordobeses siguen buscando protección bajo el manto de amor de la Virgen de los Dolores.

Bajo un manto de amor

Bajo un manto de amor / F. Mellado