LA MITAD DE LAS VISITAS AL MÉDICO DE CABECERA ESTÁN RELACIONADAS CON EL MALESTAR PSICOLÓGICO

El 40% de las consultas por ansiedad y depresión son de adolescentes y jóvenes

Aumenta la demanda de atención y los ingresos hospitalarios en el servicio público de salud mental

La plantilla pública de psicólogos y psiquiatras de Córdoba se estanca «porque no hay especialistas en paro»

Crecen los casos de ansiedad y la depresión entre adolescentes y jóvenes.

Crecen los casos de ansiedad y la depresión entre adolescentes y jóvenes. / Ferran Nadeu

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

La ansiedad y la depresión hace tiempo que dejaron de ser un problema de adultos para extenderse a la población más joven. En los últimos años, ambos trastornos de la salud mental se han convertido en el principal caballo de batalla de los psiquiatras y psicólogos del ámbito público en Córdoba y representan el 50% de las consultas tanto en las unidades especializadas como en la Atención Primaria, donde los pacientes adolescentes y jóvenes son ya legión y engloban al 40% de los solicitantes de ayuda por este motivo.

Con motivo del Día Mundial de la Depresión, que se celebra hoy sábado, 13 de enero, el coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria Córdoba Centro, Antonio García, explica que la pandemia disparó la demanda de atención psicológica sin que hasta el momento se haya llegado a estabilizar. Según explica, detrás de ese incremento continuado de los cuadros ansiosodepresivos hay diferentes condicionantes en función de los perfiles y las edades, entre los que destaca «la enorme presión social que se da en todos los ámbitos de la vida, el funcionamiento de la estructura familiar, los procesos de búsqueda de identidad en los adolescentes, la menor tolerancia a la frustración y el elevado nivel de autoexigencia, ya sea laboral, estético, físico o emocional». En este sentido, destaca la importancia de actuar en la prevención, desarrollando hábitos saludables de alimentación, de ejercicio y sueño, desarrollar actividades de interés, técnicas de relajación y, sobre todo, fortalecer las redes de apoyo y afecto. 

Existen dos tipos de depresiones, las llamadas endógenas, relacionadas con factores genéticos y antecedentes familiares, y las reactivas, que se producen a raíz de algún suceso, «ya sean vivencias personales como situaciones de duelo por una pérdida, motivos familiares o laborales y situaciones de violencia de género en el caso de las mujeres». La gran mayoría de las depresiones que se diagnostican son de carácter reactivo. Según el doctor García, en el caso de los jóvenes y adolescentes, la demanda asistencial se ha disparado, acrecentándose no solo los cuadros de ansiedad sino los trastornos más graves de depresión con alteraciones de conducta, prácticas autolesivas y tentativas de suicidio. En estos casos, es importante estar atentos a las señales de alerta y mejorar la escucha y la comunicación con los jóvenes.

Lista de espera para acudir a la primera consulta

La gran mayoría de los pacientes, también los de menor edad, llegan a la sanidad pública a través de las consultas de Atención Primaria, salvo cuando se produce una situación de riesgo en la que acuden a las Urgencias. En un contexto de atención psicológica pública marcada por las listas de espera, con una media de 30 días desde que la persona acude al médico de cabecera hasta que se produce la primera consulta, las unidades priorizan la atención en función del riesgo potencial y gravedad de los casos. Esto significa que hay personas a las que se atiende en el día y otras que pueden llegar a esperar 40 o 50 días. Esa demora supone aumentar el riesgo a que la dolencia emocional se cronifique en el tiempo. 

Según la jefa de Salud Mental del hospital Reina Sofía, Carmen Prada, en su unidad hay 24 psiquiatras y 10 psicólogos que en 2023 realizaron 62.052 consultas, casi un 8% más que el año anterior. Esto supone que cada psiquiatra/psicólogo atendió una media de más de 1.800 consultas al año. El resultado es «un claro incremento de la presión en un contexto de precariedad de recursos, ya que no solo no se han incorporado nuevos profesionales sino que ha habido jubilaciones y bajas que no se han podido cubrir». Prada asegura que el hecho de que no se hayan cubierto esos puestos se debe a «que no hay disponibilidad de profesionales en paro, es decir, no hay psiquiatras especialistas, que son aquellos que han hecho formación MIR 5 años, ni psicólogos clínicos con 4 años de formación PIR, a los que contratar». 

Además de las consultas de especialista, según Prada, el año pasado se registró un incremento importante de la asistencia en comunidad terapéutica y hospital de día, así como del número de ingresos en la unidad de hospitalización del Reina Sofía, 780 en total, un centenar más que el año anterior. En esta unidad, trabajan diez psiquiatras y seis psicólogos. Del mismo modo, se realizaron más de 50.000 intervenciones de otros profesionales en el ámbito de la salud mental (enfermería, trabajadores sociales...).

Suscríbete para seguir leyendo