Ubicado en la calle Pastores

Vecinos del centro de Córdoba denuncian hasta tres veces a un bar abierto en octubre

El propietario señala la animadversión de los vecinos desde antes de que abriese el negocio

Calle Pastores con bares abiertos y terrazas en mitad de la calle.

Calle Pastores con bares abiertos y terrazas en mitad de la calle. / Manuel Murillo

David Jurado

David Jurado

Los bares suelen ser sitios fabulosos y cargados de connotaciones positivas hasta que abren en el lugar equivocado. Es lo que le está ocurriendo al negocio La Paradita, ubicado en la calle Pastores, y que acumula ya tres denuncias vecinales pese a que inició su actividad el pasado octubre. Es decir, que sale a multa por mes vencido. Los residentes han presentado, aconsejados por los agentes de la Policía Local, sus quejas ante la Gerencia de Urbanismo.

En esos escritos, a los que ha tenido acceso Diario CÓRDOBA, denuncian presuntas irregularidades como que «el local ha sido reformado y modificado sin el permiso de obra y que posee varios expedientes disciplinarios». También señalan que incumple la normativa de acceso para personas con discapacidad y movilidad reducida con un escalón de 40 centímetros, que es la puerta de acceso a dicho bar.

Por otro lado, las denuncias ante Urbanismo también apuntan a que va en contra de los estatutos de la comunidad de vecinos donde se ubica y que «prohíben negocios de estas características en nuestros pisos y locales comerciales». Además, señalan que los negocios colindantes se ven perjudicados por la «inclusión de las mesas altas que no permiten que los viandantes puedan ver sus escaparates y están siendo perjudicados en las ventas».

Aparte de las posibles infracciones administrativas, los vecinos de las calles Pastores y Eduardo Lucena señalan en sus escritos que están tomando medicación para poder conciliar el sueño, ya que hasta las 3:30 horas «tienen el bar abierto y anunciado en redes». 

Botellones en la calle

A todas estas molestias hay sumar los daños colaterales por la apertura del bar, con son los botellones que se realizan en la calle y las concentraciones de gente que obligan a «las personas con movilidad reducida, personas con discapacidad y familias con hijos menores en carritos con residencia en los edificios colindantes, a dar la vuelta a la manzana para poder entrar a sus casas, ya que cortan, literalmente, la calle Pastores», tal y como señalan los vecinos en una de sus denuncias. 

Fuentes municipales consultadas por este periódico indican que, a consecuencia de las denuncias vecinales formuladas, «se han derivado las oportunas diligencias por parte de la Policía Local». Las mismas fuentes señalan que por parte de la Gerencia Municipal de Urbanismo se están tramitando «los oportunos procedimientos en materia disciplinaria y/o sancionadora a través de su Servicio de Inspección conforme a la legislación de aplicación».

Por su parte, el propietario del bar indicó a este medio que todo responde a la animadversión de los vecinos que desde antes de que abriesen ya mostraron su hostilidad. «El bar tiene su liciencia de apertura y tiene permiso para la terraza. Hay más bares en esta calle y no entiendo esta obsesión con nosotros», sentenció.