REPORTAJE

Yo, cirujano robot

El sistema Da Vinci, un brazo articulado de última tecnología, cumple cinco años en el Reina Sofía revolucionado la medicina

Un grupo de cirujanos prepara los brazos robóticos de Da Vinci en el hospital Reina Sofía.

Un grupo de cirujanos prepara los brazos robóticos de Da Vinci en el hospital Reina Sofía. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Rafael Verdú

Rafael Verdú

En la película Viaje alucinante (1966), un grupo de científicos se introducen, con un submarino incluido, dentro del cuerpo de un paciente para hurgar en su organismo. Allí recorren arterias, órganos vitales, tejidos y fluidos corporales. La tecnología estaba tan adelantada que permitía la miniaturización de cualquier cosa hasta extremos inimaginables. 

El relato es pura ciencia ficción, pero ¿y si hubiera algo de cierto? Medio siglo después del filme de Richard Fleisher la ciencia y la tecnología han avanzado hasta el punto de que ya es posible que un cirujano manipule el interior del cuerpo humano casi como si estuviera dentro del mismo. Si en la película son las cosas de fuera las que se hacen pequeñas, en la realidad actual es lo de dentro, el cuerpo humano, lo que se hace grande. Lo cual viene a ser lo mismo. 

Cinco años en Córdoba

Eso es lo que permite el robot médico Da Vinci, un ingenio que lleva cinco años salvando vidas en el hospital Reina Sofía de Córdoba, aunque está en el mercado desde hace mucho más tiempo. Fue creado en 1999 en Silicon Valley (EE.UU) por la compañía Intuitive a partir de diseños militares, y desde entonces ha vendido unos 4.000 ejemplares en todo el mundo. Córdoba dispone de dos. 

La comparación con la película Viaje alucinante no es sólo una licencia narrativa. Lo sienten así los propios cirujanos que lo emplean. «Cuando te pones a operar es como estar sumergido o dentro del cuerpo, navegando dentro del abdomen». Quien así habla es el doctor Javier Briceño, director de la unidad de Cirugía General y Digestiva y un experto en medicina robótica que ha realizado docenas de intervenciones. 

Cirujanos manejan el robot Da Vinci durante una operación de hígado, una de las primeras donde se usó esta tecnología en el Reina Sofía.

Cirujanos manejan el robot Da Vinci durante una operación de hígado, una de las primeras donde se usó esta tecnología en el Reina Sofía. / CÓRDOBA

El término «robot»

Hollywood, y en gran medida Isaac Asimov -de quien se ha tomado prestado el título para este reportaje-, han dado una imagen errónea de lo que es un robot. La palabra, aunque intuitivamente la asociemos al inglés, procede del checo «robota», que significa «servidumbre». Los robots son esclavos mecánicos, no autómatas independientes que toman decisiones por sí mismos. O al menos, no por el momento. Da Vinci funciona así: es una máquina controlada a distancia por un operador, que ve potenciadas sus capacidades. No es un robot cirujano, sino un cirujano con un robot

Da Vinci es un sistema de brazos mecánicos articulados -cuatro en el modelo que opera en Córdoba- controlados desde una consola. Sus herramientas se introducen en el cuerpo humano a través de pequeñas incisiones, de modo similar a una laparoscopia. Una vez dentro, puede cortar, suturar, mover, rotar o separar tejidos orgánicos con un precisión que no tienen la mano y el ojo del mejor cirujano. Amplía la zona hasta 10 veces con una alta resolución y en tres dimensiones. Todo eso lo ve y lo maneja el médico desde su estación de trabajo, que puede estar -o no- en el mismo quirófano. 

La palabra robot procede del checo «robota», que significa «servidumbre»

En teoría, con Da Vinci un cirujano puede estar en Nueva York y su paciente en Estrasburgo. No es un ejemplo: así se hizo en 2001 para una extirpación de la vesícula biliar. Eso da una idea de las posibilidades que ofrece la cirugía robótica. Se podría, incluso, equiparar con un sistema similar a la Estación Espacial Internacional o a naves futuras para la seguridad de los astronautas. Ahora mismo la dificultad radica en reducir la latencia, el mínimo retraso entre la orden del cirujano y el movimiento de Da Vinci. El doctor Briceño explica que «ahora este aspecto no está muy desarrollado, pero obviamente esto va mejorando con los dispositivos 5G y con los que vengan el tiempo de respuesta será mínimo. Hoy por hoy no tiene sentido -operaciones quirúrgicas a distancia-, pero la cirugía robótica tiene nuevos usos». 

Para el paciente todo son ventajas. Las lesiones en el organismo son mínimas, lo que a su vez reduce el tiempo de hospitalización. Da Vinci mejora la técnica de la laparoscopia porque, según Briceño, es «más preciso, no tiene temblor, puede magnificar la imagen mucho más y permite trabajar en espacios en que no se puede con laparoscopia, sobre todo en cavidades muy pequeñas. Otra ventaja es que la visión es 3D envolvente». El cirujano también obtiene beneficios. Hay operaciones que pueden durar cuatro o cinco horas y, aunque Da Vinci no reduce el tiempo de quirófano, «no es lo mismo estar ese tiempo de pie que sentado», afirma Briceño. 

Cirugía pediátrica

La cirugía robótica tiene innumerables aplicaciones y poco a poco se van añadiendo especialidades. En Córdoba, la última ha sido la cirugía pediátrica, que se aplicó por primera vez con Da Vinci en mayo de este mismo año. Desde entonces se han realizado un total de 22 operaciones, a un ritmo de una sesión cada dos semanas. Hasta ahora, se pensaba que el sistema -muy aparatoso a simple vista- no era apto para cuerpos tan pequeños como los de un niño. Pero no es así. La doctora Rosa Paredes, jefa del servicio de Cirugía Pediátrica del Reina Sofía, lo desmiente: «Hemos comparado si había diferencias en cuanto a las complicaciones del postoperatorio en niños de más de 15 kilos o menos. Los resultados han sido significativos y no hay diferencias. Se puede usar en niños pequeños», afirma. Y como no hay mejor prueba que la práctica, su equipo ya ha intervenido con éxito mediante Da Vinci a un bebé de tan solo un año. 

El robot Da Vinci es utilizado para una cirugía pedátrica.

El robot Da Vinci es utilizado para una cirugía pedátrica. / CÓRDOBA

El hospital cordobés fue el primero en Andalucía en aplicar la cirugía robótica a niños y el tercero en España, sólo por detrás del Vall d’Hebrón (Barcelona) y el Clínico San Carlos (Madrid). Poco a poco se va extendiendo una técnica que puede aplicarse a numerosas especialidades pediátricas. Pero aún hay que superar las reticencias iniciales. Para Paredes, «la cirugía robótica nos permite detectar las estructuras más pequeñas. La presión que ejerce se hace sobre el punto concreto y los tejidos de alrededor no se alteran, el dolor es menor, el postoperatorio mejor... Lo que parecía que para el niño no tendría salida, nosotros consideramos que es donde está más indicado». 

El hospital Reina Sofía fue el primero en Andalucía en aplicar la cirugía robótica a niños y el tercero en España

Todo esto se consigue aún con la primera generación del robot Da Vinci, una marca comercial sin competencia por ahora. Han surgido potenciales rivales que, a juicio del cirujano cordobés Javier Briceño, se han centrado más en hacer la competencia económica que en mejorar los aspectos técnicos. «Son instrumentos que permiten hacer cirugías muy pequeñas, pero difícilmente pueden hacer todas las que el Da Vinci, como bariátrica o hepática», explica.

El proyecto Broca

Un caso singular fue el proyecto Broca, un robot médico diseñado y fabricado íntegramente en Córdoba que fue presentado a bombo y platillo en el año 2015 y que ya entonces, cuando la cirugía robótica aún no existía en la ciudad, pretendía competir con Da Vinci. En la misión participaron docenas de ingenieros y médicos de la Universidad de Córdoba, que lanzaron un prototipo del que con el tiempo se han logrado comercializar dos patentes. Un logro de la ciencia hecho aquí que pasó casi desapercibido. 

Cirugía robótica en la especialidad de otorrino.

Cirugía robótica en la especialidad de otorrino. / CÓRDOBA

El invento cordobés era mucho más económico que Da Vinci: unos 600.000 euros por aparato (estimación de 2015; ahora los precios son otros), mientras que el robot de Silicon Valley ronda los dos millones por pieza, a los que hay que sumar decenas de miles de euros al año en mantenimiento. ¿Es caro? Puede parecerlo, pero los médicos consideran que su coste se termina amortizando por el ahorro en hospitalizaciones y complicaciones posteriores de los pacientes. No es un capricho de los cirujanos. 

En el futuro a medio plazo se vislumbra lo que Briceño llama la «medicina digital», que va un paso más allá e integra la robótica con el big data. Habrá también dispositivos más flexibles y pequeños, capaces de introducirse incluso en los bronquios. Se esperan inventos procedentes de la bioingeniería, área en la que Córdoba se postula como referente; hablamos por ejemplo de nanorobots que podrían liberar quimioterapia en las dosis necesarias. Pero todo eso vendrá del Este. «Se están desarrollando infinidad de robots médicos, casi todos en China Corea o Japón», concluye Briceño. 

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Poco a poco el robot Da Vinci ha ido extendiendo sus brazos hacia distintas disciplinas médicas. Ya se han realizado un total de 1.692 intervenciones quirúrgicas con el sistema, a un ritmo de casi una operación al día de media.

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A mediados de 2018 se incorporó el primer sistema robótico Da Vinci al Hospital Reina Sofía, en un principio pensado sólo para especialidades médicas muy concretas como urología o aparato digestivo, aunque con la intención de ir ampliándolas con el paso del tiempo.

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En el año 2021 el Hospital Reina Sofía adquirió el segundo de los equipos de alta tecnología. El primero permanece en el Hospital General, mientras que el segundo se encuentra en el Provincial. Con su llegada también se han podido ampliar aún más las especialidades que pueden hacer uso de esta técnica poco invasiva.

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Uno de los principales logros del Reina Sofía fue sumar a los pacientes pediátricos. Así, el equipo de Cirugía Pediátrica realizaba su primera intervención en mayo del pasado año y desde entonces ha ampliado indicaciones y supera la veintena de casos en niños y niñas de 1 a 13 años. El centro cordobés fue el primero de Andalucía en contar con esta técnica novedosa y el tercero en todo el país, sólo después del Clínico San Carlos de Madrid y el Vall d’Hebrón de Barcelona.

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En este periodo, el hospital no solo ha ido incorporando a las diferentes unidades quirúrgicas a esta técnica, sino que también ha ido aumentando el número de indicaciones dentro de cada especialidad. Así, en la actualidad, el abordaje mínimamente invasivo con el sistema robótico se utiliza en más de 35 indicaciones diferentes, cuando en sus inicios hace cinco años solo se empleaban dos o tres. 

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