BALANCE DEL PRIMER SEMESTRE

La quema de contenedores en Córdoba se frena y cae casi un tercio entre enero y julio

Arden 96 depósitos en Córdoba en lo que va de año, un 33% menos que en 2022

Imagen de archivo de un contenedor incendiado.

Imagen de archivo de un contenedor incendiado. / MANUEL MURILLO

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

Es pronto para sacar conclusiones, pero a mitad de año Córdoba parece haber puesto freno a la quema de contenedores. Este acto vandálico, tan habitual en la capital cordobesa, pone en riesgo tanto bienes públicos como privados, además de crear alerta entre la ciudadanía. No obstante, en comparación con los datos del último año, el número de contenedores quemados en los primeros seis meses ha disminuido en un tercio. Entre enero y julio, contando ambos meses, han ardido en las calles de la ciudad un total de 96 depósitos de basura.

Aunque rozar el centenar sigue siendo un motivo para la preocupación, la comparación respecto a los años previos permite observar en este ejercicio un cambio de tendencia halagüeño. En 2022, bastó medio año para que salieran ardiendo 143 contenedores en la capital, una cifra un 33% superior. Fue uno de los años recientes con peores cifras en este aspecto, acabando el curso con 264 depósitos recambiados por haber quedado calcinados. Un año antes, en 2021, con el condicionante de las restricciones de movilidad por la pandemia del covid-19, se quemaron en Córdoba, durante el primer semestre, 107 depósitos de residuos. Eso supone un 10,3% más que este año. Aquel cerró con 237 basureros en llamas

Corte del aumento continuado

Si uno echa la vista atrás y observa datos previos a la pandemia, puede apreciar que en el primer semestre de este 2023 se ha producido un corte tajante de la tendencia alcista de la quema de contenedores en la capital cordobesa. En los últimos años, las consecuencias del vandalismo, en lo que se refiere a quemar depósitos de residuos, ha ido en aumento continuamente, con la excepción del año 2020. 

Contenedores quemados en la ciudad de Córdoba.

Contenedores quemados en la ciudad de Córdoba. / Córdoba

En 2019, Córdoba contabilizó a final del año un total de 219 contenedores quemados. En 2020, esa cifra cayó cerca de un 25%. Hay que tener en cuenta que fue el año del surgimiento y la extensión de la pandemia y, entre otras cosas, la aplicación del confinamiento limitó en gran medida la movilidad de las personas.

Al año siguiente, los números se dispararon en casi un 44%, llegando a los 237 depósitos calcinados. En comparación con 2019, puesto que 2020 fue un año de excepción, el incremento fue de un 8,2%. Entre 2021 y 2022, las cifras aumentaron un 11,4%. 

En apenas cuatro años y medio, desde 2019, Sadeco, la empresa municipal de saneamiento de Córdoba, ha tenido que reponer cerca de un millar de contenedores. En concreto, 981, por culpa del fuego. 

En muchas de las ocasiones, esos incendios tienen origen en un acto de vandalismo. Por eso, desde el propio Ayuntamiento de Córdoba se llegó a pedir ayuda ciudadana para dar con los responsables de este tipo de actos, como ocurrió el 20 de febrero de este mismo año. En ese fin de semana previo se llegaron a quemar hasta 13 contenedores. Una situación que, desde hace tiempo, preocupa en Córdoba.

ESTE TIPO DE VANDALISMO CUESTA A CÓRDOBA CERCA DE UN MILLÓN DE EUROS

En menos de cinco años, la quema de contenedores ha costado a la capital de Córdoba cerca de un millón de euros. En cuatro años y medio, periodo que abarca desde 2019 hasta junio de este 2023, han ardido en las calles de la ciudad 981 depósitos de residuos. Teniendo en cuenta, según los datos de Sadeco, que reponer cada contenedor cuesta en torno a 1.000 euros, una sencilla cuenta permite concluir que, en menos de cinco años, la reposición de contenedores, debido a que han resultado calcinados por las llamas, ha costado 981.000 euros. Pero, además del gasto económico, la quema de estos bienes, ocasiona en muchos casos problemas que se escapan a las estadísticas. Para empezar, requiere la movilización de servicios de extinción de incendios, con el coste que conlleva, y la ocupación de un servicio esencial que supone. Por otro lado, genera inconvenientes entre los vecinos y puede llegar a perjudicar bienes ajenos como vehículos aparcados en las cercanías. 

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