Acuíferos en sequía

Instan a declarar en riesgo los acuíferos del Bejarano y de los Baños de Popea

El catedrático de la UCO y miembro del comité de expertos de la sequía de la Junta asegura que esa medida frenaría la proliferación de pozos

Julio Berbel destaca la importancia ambiental, social y cultural de este paraje para Córdoba

Estado actual de los Baños de Popea.

Estado actual de los Baños de Popea. / A.J. GONZÁLEZ

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

El catedrático de Economía, Sociología y Políticas Agrarias de la Universidad de Córdoba y miembro del comité de expertos de la sequía de la Junta de AndalucíaJulio Berbel, apela a la necesidad de declarar los acuíferos del Arroyo Bejarano y los Baños de Popea en riesgo debido a la preocupante situación de sequía en la que se encuentran estos enclaves. El experto en gestión de agua achaca el notable descenso del caudal de agua de estos humedales a dos causas: la situación de sequía prolongada de los últimos años y el aumento de pozos que se nutren de ese agua en esta zona, tanto legales como ilegales.

Berbel ha explicado que «desde 2017 estamos en situación de sequía prolongada y aunque eso no se ha notado en los embalses hasta 2023, en los acuíferos sí se percibe» desde hace más tiempo. Además, aunque la situación no haya sido crítica, «si uno mira hacia atrás, desde hace 30 años está lloviendo menos que la media», informa, por lo que el nivel de agua acumulada en los acuíferos está por debajo del siglo pasado. Esto, como señala el profesor de la Escuela de Agrónomos, «es, inevitablemente, un hecho objetivo que afecta a todos los acuíferos».

Pero, un segundo factor sobre el que sí se puede ejercer control, dice Berbel, es «el aumento de pozos legales e ilegales» habidos en la zona. Para encontrar la explicación a este gran número de depósitos de agua en las casas, el catedrático se remonta al siglo XIX. Según la ley de ese siglo, «y que no se cambió cuando se reformó dicha ley en 1985 y en el año 2000», recuerda el catedrático, «cualquiera que tenga una propiedad rústica puede abrir un pozo que saque 7.000 metros cúbicos de agua al año». Berbel ha matizado que «eso solo se puede evitar cuando se declara en riesgo un acuífero». Por ello, el profesor insiste en que hay muchos pozos legales, porque no llegan a ese caudal, «lo que hacen es llenar una piscina o regar una huerta». Lo que ocurre es que «el acuífero no entiende de pozos legales o ilegales y acaba sufriendo esa proliferación». Desde el punto de vista del experto, «a estas alturas el acuífero debería de estar declarado en riesgo, de manera que esa ley quede cancelada». 

El catedrático aclara que en Sierra Morena hay declarados en riesgo muchos acuíferos y «si se siguen haciendo pozos tras esa declaración, eso ya no es legal». Entonces, «si cada vez hay más parcelaciones legales e ilegales y más pozos legales e ilegales» y «cada vez entra más agua en el acuífero y sale más agua, tenemos un daño a un paraje con un alto valor ambiental y que, además, es patrimonio de todos los cordobeses, no solo de los que tienen un pozo alrededor», recalca el miembro del comité de sequía, que añade que el arroyo Bejarano tiene, además, «un alto valor cultural porque en Córdoba le tienen mucho aprecio". "Si estuviera a 100 kilómetros de Córdoba, seguiría teniendo esa valor ambiental pero no tendría la misma importancia social que tiene al estar a 20 minutos de la capital», añade. 

Berbel apunta que «algo debería hacer la administración», señalando que en este caso las competencias recaen sobre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir con la que este periódico se ha puesto en contacto sin, de momento, obtener una explicación en relación a lo que está ocurriendo en esta zona.

En cuanto a la utilidad de estos pozos, el profesor de la UCO ha comentado que habría que revisar la citada ley porque es evidente que las necesidades han cambiado desde que se instauró y que actualmente la mayoría de las parcelaciones que cuentan con un pozo usan ese agua para cuestiones de ocio y estética como llenar piscinas o regar jardines y no para vivir de ello, como se hacía hace años, utilizándola para dar de beber al ganado o regar una huerta. «Habrá quien lo haga pero no es lo común en la zona», ha matizado Berbel, quien dice que «aquí entran en conflicto el derecho privado de un individuo con el derecho colectivo de una sociedad». Por ello, insta al Estado y a las administraciones competentes a controlar esta cuestión. 

La empresa municipal de aguas de Córdoba, Emacsa, encargada de la gestión de este bien en el término municipal, aunque no se ha pronunciado en relación a la situación de los Baños de Popea y del Bejarano, ha manifestado a Diario CÓRDOBA que «garantizamos el ciclo integral del agua a todos nuestros usuarios de Trassierra». Asimismo, fuentes de Emacsa han recordado que hay un proyecto junto con Ayuntamiento y Junta de Andalucía para impulsar la llegada de agua desde Villa Azul a Trassierra. Actualmente, según los datos de la página web de Emacsa, la estación de tratamiento de agua potable de Trassierra abastece a unos 800 habitantes de la barriada, con un fuerte incremento estacional de los mismos en época estival.

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