CAMBIO CLIMÁTICO | URBANISMO VERDE

Sombras, agua y un cambio de materiales, claves contra el calor

Varios colectivos ofrecen propuestas para adaptar Córdoba a las altas temperaturas

Todos coinciden en que queda mucho por hacer y en que la ciudad no está preparada

Las fuentes de agua refrescan el ambiente y rebajan el calor.

Las fuentes de agua refrescan el ambiente y rebajan el calor. / A. J. GONZÁLEZ / MANUEL MURILLO

Noelia Santos

Noelia Santos

Córdoba está muy lejos de ser una ciudad adaptada al cambio climático. La realidad meteorológica se evidencia estos días en forma de aviso rojo por calor, unas máximas literalmente insoportables y unas calles que rezuman fuego y por las que pasear se convierte en un auténtico infierno. Que aquí siempre ha hecho calor es innegable, que se ha hecho poco para adaptarse al mismo, también. Pero, como nunca es tarde si la dicha es buena, administración y ciudadanos tienen en sus manos la posibilidad de revertir la situación o, al menos, de hacerla más tolerable. Varios colectivos vecinales, ecologistas y profesionales ofrecen algunas de las claves para que Córdoba no se convierta en un desierto poblacional debido al cambio climático y también aprovechan para sacarle los colores a la administración por las tareas pendientes acumuladas en esta materia.

Universidad de Córdoba

La investigadora de la Universidad de Córdoba (UCO) y directora de proyectos como In-Habit, María del Mar Delgado, reconoce que le «encantaría que nuestros políticos pensaran en una ciudad para los ciudadanos, no para los turistas; parece que todo está pensado en cómo atraerlos y nos olvidamos de que en Córdoba viven más de 300.000 ciudadanos. Si la ciudad está bien para el ciudadano, también lo estará para el turista».

Delgado considera básico que en la ciudad haya «más verde», que «nos baja mucho la temperatura». Lo óptimo sería plantar más árboles de hoja caduca y hacer cosas tan simples, indica la investigadora, «como ponerlos al lado de un semáforo» porque esperar ahora a que éste se ponga en verde mientras pega el sol es algo que se torna casi imposible. Respecto a ese incremento de la vegetación, Delgado habla también de los techos y las paredes verdes, que pueden rebajar las temperaturas de los edificios hasta en cinco grados. Este tipo de medidas, en ocasiones, no gustan al ciudadano porque pueden generar aparición de insectos, pero como apunta la investigadora, se soluciona con una mosquitera, aunque cree que «a cualquier opción que se pone en marcha en otra ciudad y funciona aquí se le ve el lado negativo».

Una persona pasea por una calle empedrada del casco.

Los árboles de gran porte son clave para generar sombras. / A.J. GONZÁLEZ / MANUEL MURILLO

Delgado considera también que se ha hecho una ciudad «totalmente impermeable» que no permite al agua filtrarse en la tierra. Esta es una de las principales causas de que el calor se expulse cuando empiezan a bajar las temperaturas y que no haya en casi todo el día un periodo de respiro. Nombra también esa medida que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de tapar con resina los alcorques, algo que a muchos de los consultados para esta información les parece una pésima idea. Y sobre una de las causas que ha llevado al Consistorio a tomar esta decisión, Delgado recuerda que en los alcorques «no crecen malas hierbas, crecen plantas».

Respecto al espacio privado, a las viviendas, Delgado, --que ha trabajado mucho en Las Palmeras--, cree que hay que pensar en los barrios más desfavorecidos, en los que hay pocos aires acondicionados y que muchas veces, por tema económico, ni siquiera se llegan a encender. Aquí propone espacios de socialización frescos, que pasan por algo tan sencillo como poner un banco debajo de un árbol. Y un banco, ojo, que no sea de hierro negro en los que «te hielas en inviernos y ardes en verano».

Ecologistas en Acción

Juan Escribano, una de las caras más conocidas de Ecologistas en Acción en Córdoba, también hace referencia al desequilibrio socioeconómico que se ensancha por el cambio climático. «La energía a corto y medio plazo va a encarecerse mucho y se va a crear el cóctel perfecto. Con la energía cara no podemos enfriar las viviendas a un coste asumible por lo que se va a producir un incremento importante de la pobreza energética», detalla. La clave, en este sentido, estará en que la administración dé ayudas para aislar las viviendas más antiguas.

Materiales como los de la Corredera liberan el calor.

Alcorque tapado con resina drenante por el Ayuntamiento. / A.J. GONZÁLEZ / MANUEL MURILLO

«Desde lo local, no podemos revertir el cambio climático, pero sí podemos adaptarnos. Sin embargo, no lo estamos haciendo en absoluto, parece que año tras año se nos olvida que cada vez tenemos veranos más cálidos», dice Escribano. El representante de Ecologistas en Acción cree que el gran problema es que la ciudad «no tiene tiempo de refrescarse por la noche» y la causa son los materiales que predominan en el urbanismo cordobés, que «absorben calor y no llegan a tiempo para desprenderse de él».

Apunta también Escribano que «hay que acabar con las plazas y el acerado duro», el que no tiene apenas sombras, como ocurre, por ejemplo, con la avenida del Marrubial, cuya reforma es, además, relativamente reciente. A pesar de que pueda no gustar o no ser tan estético, desde Ecologistas creen que habría que volver a lo de antes, a contar con menos acerado y, por supuesto, plantar más árboles.

Sobre esto último, Escribano considera que la solución pasaría por plantar encinas y que se convierta en la especie más numerosa en las calles de Córdoba porque se trata de un árbol de gran porte que podría adaptarse bien a las temperaturas de la ciudad.

La adaptación al cambio climático también tiene que pasar, dice el ecologista, por una reducción del tráfico ya que recuerda que «Córdoba es una ciudad donde se superan muchos días los límites de la calidad del aire y se sabe que es por el transporte privado porque industria no tenemos».

El representante de Ecologistas va también hacia la político y lamenta que tras las elecciones del próximo 23 de julio cabe la posibilidad de que entre en el Gobierno «un partido que niega el cambio climático o que rechaza la Agenda 2030». Escribano advierte: «El cambio climático es ahora mismo el mayor problema de la humanidad. Si no hacemos nada el Valle del Guadalquivir, por ejemplo, dejará de ser habitable».

Colegio de Arquitectos

El decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba, Juan Eusebio Benito, entiende que el gran reto está en adaptar la edificación existente, analizando ese espacio privado como es la vivienda. Detalla Benito que la edad media de los edificios en Córdoba es de 40 años y más del 35% tienen más de medio siglo de vida y cree que el límite está en el año 2000, cuando entró en vigor el Código Técnico, que ya regula las condiciones técnicas de las construcciones. Eso significa, explica el decano de los arquitectos cordobeses, que si bien toda la vivienda nueva que se hace cumple con unos estándares de sostenibilidad muy altos, las antiguas requieren, sí o sí, rehabilitación. La envolvente de antes, la que sigue presente en muchas calles del casco histórico, describe Benito, tenían un muro de tapial macizo de 50 o 60 centímetros, ahora se habla de carpintería con rotura de puente térmico. Pero entre ambos casos, existe un número muy alto de edificaciones sin ninguna aplicación de eficiencia energética.

Alcorque tapado con resina drenante por el Ayuntamiento.

Materiales como los de la Corredera liberan el calor. / A.J. GONZÁLEZ / MANUEL MURILLO

Fuera de lo privado, Benito también ve fundamental el cambio de materiales del urbanismo. Hace referencia a esas calles de cantos rodados que llevan siglos en Córdoba y que, a pesar de ser molestas, eran transpirables. «Las calles filtraban el agua y no veías un charco. Las de ahora no lo absorben», indica el decano del Colegio de Arquitectos, que apunta que «lo ideal sería quitar el granito» o que «no haya más de un 30% de baldosas». Benito ejemplifica que, por ejemplo, en Gran Capitán habría que dejar un 30% del espacio de pavimento duro y el 70% restante debería ser terrizo con un drenaje en condiciones, reconoce que la solución es difícil, «pero no habrá más remedio».

Movimiento Ciudadano

Desde el Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC) llevan años presentando propuestas al Ayuntamiento y exigiendo que se ponga en marcha el Plan municipal contra el cambio climático. Su presidente, Juan Andrés de Gracia, sí recuerda que, pese a que el plan no esté aprobado, las políticas medioambientales sí deben aplicarse. En este sentido, De Gracia cree que en la ciudad debe haber un incremento de las zonas verdes y con agua, de forma que la humedad baje la sensación de calor.

En ese apartado del agua mete también la necesidad de incrementar el número de piscinas municipales. «Sabemos que hay un índice alto de piscinas privadas, más de 11.000, muchas de ellas en parcelas o en El Brillante, pero todos los barrios o distritos deben completar la red de piscinas», reclama el portavoz del Movimiento Ciudadano.

El presidente del CMC también aboga por una verdadera movilidad sostenible en la ciudad que reduzca las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, lo que pasa por incrementar las zonas peatonales y las dedicadas a la bicicleta.

Las fuentes de agua refrescan el ambiente y rebajan el calor.

Una persona pasea por una calle empedrada del casco. / A.J. GONZÁLEZ / MANUEL MURILLO

En el diseño urbanístico, el Movimiento Ciudadano pide una adaptación especial para mayores y niños, que son colectivos que sufren mucho el calor, y también repensar, por ejemplo, las paradas de autobús, que no están hechas para el verano, o los bancos que también comentaban otros colectivos. A ello se suma, en opinión del presidente del CMC, la necesidad de que haya más parques y árboles, pero árboles, advierte, de gran porte que no levanten el acerado, y no usar tanto los naranjos o magnolios, que realmente no aportan mucha sombra. De Gracia recuerda también que todo esto tiene que llegar a los nuevos barrios, que se están haciendo con grandes bulevares de material duro y sin apenas sombras.

Ayuntamiento de Córdoba

En campaña electoral, y también durante el anterior mandato, el alcalde, José María Bellido, ya dejó claro que uno de sus retos era que Córdoba fuera la ciudad de España con más metros cuadrados de parques por habitantes. En ese anillo verde de parques, es más, ha centrado gran parte de su política de sostenibilidad. Entre las promesas de campaña, se habló de apostar «por más naturaleza en la ciudad, por más cubiertas y fachadas verdes, por más árboles en el espacio de uso público y en el privativo ».

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