Ciencia y tecnología

Inquietud como base y excelencia como requisito para llegar al espacio

Sara García, la primera mujer española candidata a astronauta, traslada su motivación y trayectoria a los estudiantes e investigadores de Ciencias en la UCO

Sara García junto a Manuel Torralbo, M.ª Paz Aguilar y Juan José Giner.

Sara García junto a Manuel Torralbo, M.ª Paz Aguilar y Juan José Giner. / MANUEL MURILLO

Cristina Ramírez

Cristina Ramírez

Inquieta, soñadora, curiosa y científica nata son algunas de las cualidades que definen a Sara García, una biotecnóloga que a sus 34 años ha logrado situarse entre los 17 candidatos a astronautas de la Agencia Espacial Europea, siendo la primera mujer española en conseguirlo. En un camino como mujer e investigadora que no ha sido precisamente fácil "descubrí sin darme cuenta que este era el trabajo de mis sueños y no lo sabia". De esta trayectoria ha hablado la científica a los alumnos, investigadores y profesores que han llenado este lunes el Aula Magna del Aulario Averroes del Campus Universitario Rabanales en una conferencia que ha suscitado el interés de todos los presentes con un mensaje esperanzador, realista y motivador.

Además de cómo llega una biotecnóloga a ser aspirante a astronauta y de su trayectoria profesional, García ha hablado a los estudiantes de las piedras que deben dejar atrás en su mochila durante su formación, de las dificultades habidas para investigar, más pronunciadas siendo mujer y de la normalización de "no saber qué elegir". "Lo que no debemos llevar en la mochila son los estereotipos, la baja autoestima o el síndrome del impostor", ha advertido la científica a los asistentes.

Sara García combina este nuevo logro con su trabajo como investigadora en el ámbito del cáncer, donde encontró una doble motivación para investigar y mejorar el mundo. Siempre ha tenido claro que quería dedicarse a "algo que mejorase la vida y el mundo en el que vivimos".

Sara García, en su conferencia en la Universidad de Córdoba.

Sara García, en su conferencia en la Universidad de Córdoba. / MANUEL MURILLO

Curiosidad infinita

Sara ha contado que desde siempre ha sido una niña soñadora y que todos sus sueños estaban encaminados a la ciencia y la tecnología, aunque no tenía muy claro el camino. "Si que soñé con ser astronauta tenía cierta afición a la astronomía pero es que soñaba con muchas otras cosas porque también me gustaba fantasear con productos químicos o físicos o jugar con un microscopio. Tenía muchas dudas e inquietudes y una curiosidad infinita", ha explicado la investigadora.

"A la hora de empezar un camino hay que equiparse bien. No es difícil elegir un camino y más si tienes tantas opciones", ha apuntado. En este sentido ha comentado que la Biotecnología y, en general, los grados de ciencias abren un abanico de posibilidades muy amplio a lo que dedicarse. "Te dan unos cimientos de conocimiento y la aplicación se da a posteriori", pero hay una falta de referentes femeninos en las denominadas carreras STEM (término derivado de las iniciales, en ingles, de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

Conferencia de la astronauta Sara García en el Campus Rabanales.

Conferencia de la astronauta Sara García en el Campus Rabanales. / MANUEL MURILLO

Laboratorio en el espacio

En lo que se refiere a la astronomía, ha informado que la Agencia Espacial Europea convocó plazas para esta profesión en 2021 y que no lo hacía desde hacía más de 10 años. Fue en ese momento cuando empezó a indagar y se dio cuenta que ese trabajo "aunaba lo que yo siempre había estado buscando en mi trabajo de ensueño. Desde misiones espaciales que buscan encontrar nuestro lugar en el mundo, hasta mejoras de plantas". Pensó que esto sumaría a su pasión por la ciencia la aventura que no tenía en su día a día en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). "Era la guinda del pastel que no podía encontrar en mi trabajo de investigadora", ha explicado.

De esta etapa, la aspirante a astronauta ha mencionado los requisitos y las distintas fases y pruebas físicas, intelectuales y psicológicas a las que se ha enfrentado. De las 22.500 personas que fueron seleccionadas para postular, 25 llegaron a la última prueba y solo 17 han sido seleccionadas. Entre ellas hay dos españoles. "Buscan personas muy equilibradas a nivel intelectual y psicológico", aseguró. Entre otras cuestiones exigen idiomas, conocimientos médicos y mucha motivación para el puesto.

De esos 17 candidatos, hay cinco astronautas de reserva y un paraastronauta que ya se están formando. Los 11 restantes, entre los que se encuentra García, se quedan pendientes de que surjan oportunidades de vuelo.

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