El Ayuntamiento de Córdoba eleva su superávit a 40 millones al cierre del año 2022

El Ayuntamiento de Córdoba ha cerrado ya la liquidación definitiva del presupuesto municipal sin consolidar (es decir, el del Consistorio sin las empresas municipales) correspondiente al año 2022, que arroja un remanente de tesorería por gastos generales superior a los 40 millones de euros (en concreto 40.020.922,29 euros). Son 4,7 millones más que los 35,3 millones con los que se cerraron las cuentas municipales de 2021, y casi el doble que los 20,5 millones del ejercicio anterior, el año de la pandemia. 

El Pleno tomará conocimiento el jueves de la liquidación de los presupuestos municipales con el reto de sacar adelante los del año en curso, que aún no se han aprobado. Un reto que se antoja complicado tras el anuncio de Vox de que no votará a favor del anteproyecto de PP y Cs. A esta circunstancia se suma que el gobierno tiene hoy por hoy 12 concejales hasta que tome posesión de su acta el sustituto de Isabel Albás, que renunció a la suya para ir como independiente en la candidatura de José María Bellido.  

Vox no apoyará el presupuesto municipal del 2023 bloqueando en la práctica su aprobación

A qué se destinarán los 40 millones

Una vez liquidado el presupuesto, el Pleno deberá decidir a qué destina parte de esos 40 millones de remanente de tesorería positivo para gastos generales, descontando la parte de los mismos que ya está comprometida con partidas y proyectos determinados. En años anteriores, el equipo de gobierno ha pactado con Vox e incluso con el PSOE los fines del superávit para iniciativas sociales, culturales y económicas de diversa índole.

Sea cual sea el destino que se dé a esa partida tendrá que ejecutarse antes de la fecha límite del 31 de diciembre. Todo lo que no consiga ejecutarse hasta esa fecha --con unas elecciones y un cambio de equipo de gobierno de por medio-- pasará directamente a la disminución de deuda bancaria del Consistorio.

Una cifra que crece

La cifra con la que se liquida el presupuesto del 2022 es el doble de los remanentes de tesorería que legó la exalcaldesa Isabel Ambrosio en su salida de Capitulares después de las elecciones del 2019. Cuando la socialista abandonó la Alcaldía se había liquidado el presupuesto del 2018 con un superávit de 23,4 millones. La oposición criticó con dureza aquel resultado por entender que mostraba la incapacidad de gestión del gobierno local, mientras que la entonces alcaldesa defendía sus resultados y se escudaba en las entonces mucho más rígidas reglas de gasto que Hacienda imponía a los municipios. De hecho, en julio del 2019, tras la demanda de los ayuntamientos a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), el Ministerio de Hacienda dio luz verde a la flexibilización de la regla de gasto para permitir que las administraciones locales pudieran destinar parte de su superávit a la financiación de servicios públicos.

El año siguiente, 2019, donde gobernaron PSOE e IU de enero a mayo y PP y Cs, de mayo a diciembre, se cerró con 22,5 millones.

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