CRÓNICA

Córdoba se pone al rojo vivo con la cremá de Alicante

La fiesta de las hogueras llena la ciudad de fuego y pirotecnia en un sábado bullicioso | Como estaba previsto, el ninot de la Semana Santa se salvó de la quema

La cremá, en las Tendillas

Manuel Murillo

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Esta vez no fue París la que ardió sino Córdoba, aunque con fuego controlado. Y lo hizo por Alicante, que esta semana ha traído sus hogueras a la ciudad califal para animar a los cordobeses a pasar las fiestas de San Juan en la Costa Blanca y degustar lo mejor de la tierra. Por eso, el viernes dieron a probar uno de sus arroces en Las Tendillas y este sábado, tras mostrar la belleza de sus mujeres envueltas en sus atuendos tradicionales, hicieron retumbar los soportales de La Corredera para culminar quemando los ninots instalados en la plaza del caballo.

No pudieron elegir mejor fecha. Aunque la primavera empezó el día 21, este sábado, el del cambio de hora (recuerden que a las dos sonarán las tres), será el primero de la nueva estación, un cambio de ciclo como el que simboliza el fuego y las hogueras para los alicantinos. Han tenido suerte además de que, tras semanas de inestabilidad meteorológica, el sol volviera a reinar en Córdoba, lo que ha llenado las calles del Centro de público deseoso de vivir nuevas experiencias. La agenda del sábado estaba repleta de actividades de todo tipo, lo que ayudó a mediodía a reducir la asistencia a la mascletá, que pese a todo, atrajo a miles de personas que llenaron hasta la bandera la plaza de La Corredera.

Tras el desfile de las bellezas alicantinas por Claudio Marcelo, a grito de ¡guapas, guapas! , con una legión de móviles grabando cada pestañeo de las damas, los fuegos artificiales desplegados para la mascletá inundaron la ciudad de un ruido atronador durante seis minutos. Seis minutos ensordecedores que llevaron al frenesí a los jóvenes, encantados con la adrenalina derramada, a la taquicardia a los adultos, y al llanto a los más pequeños, acostumbrados a los fuegos artificiales light de la Feria de Córdoba, aptos para los oídos más sensibles. 

Bomberos apagan las llamas tras la cremá de Las Tendillas.

Bomberos apagan las llamas tras la cremá de Las Tendillas. / Manuel Murillo

Los que habían acudido a la plaza para la caña de cada sábado sin informarse antes, se llevaron un chasco al ver que las terrazas no estaban en su sitio y optaron por aguantar el chupinazo y tomar posesiones cuando los bares instalaron los veladores. Los almuerzos que no se sirvieron por la mascletá, se comieron en las zonas aledañas, que recogieron gustosos a sus clientes de siempre y a los huérfanos de La Corredera.

La cremá, en Las Tendillas

Pasadas las diez de la noche, las bellezas de Alicante han vuelto a desfilar por Las Tendillas, abarrotada de público a pie de calle y en los balcones, donde las jóvenes han ofrecido una muestra del baile tradicional alicantino. Acabada la danza, una traca de fuegos artificiales ha precedido al momento culmen de las hogueras alicantinas, la cremá. En presencia de los bomberos, encargados de amainar el fuego cuando los ninots se encienden, la noche se ha iluminado ante miles de ojos expectantes, para despedir una fiesta que tiene algo de catártico y que invita a pasar página, a cerrar un ciclo y a dejar atrás lo malo para mirar al futuro. Además del olor a candela, el humo negro y las pavesas, ha habido quien se ha acercado más de la cuenta a la hoguera y se ha ido a casa empapado por las mangueras que han rociado agua para sofocar el fuego.

Como estaba previsto, el ninot sobre la Semana Santa de Alicante, representado por dos nazarenos, se libró del fuego tras ser indultado por las autoridades. No así el resto de figuras, entre ellas, una maestra y una niña en clase de hogueras, que fueron calcinadas ante el público.

Autoridades, junto a las bellezas de Alicante tras la cremá celebrada en Las Tendillas.

Autoridades, junto a las bellezas de Alicante tras la cremá celebrada en Las Tendillas. / Manuel Murillo

Los que se quedaron con ganas de más, ya están planeando la escapada a finales de junio. Ya saben, del 20 al 24, las fogueres de Alicante les esperan. Allí los petardos suenan más fuerte, las hogueras son más altas y el suelo retumba más.