el reto de la sotenibilidad

La economía circular despega en Córdoba

Crece la contratación y el emprendimiento ligado a este sector, según el SEPE, que llama a formar a más técnicos en áreas relacionadas | Las entidades sociales se han volcado con el reciclaje en un formato que combina la conciencia medioambiental y la solidaridad

Un hombre trabaja en una planta de recuperación de metales.

Un hombre trabaja en una planta de recuperación de metales. / A.J. GONZÁLEZ

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Ladrillos aislantes creados con ropa vieja, asfalto fabricado con neumáticos usados, biocombustibles hechos a partir de cáscara de arroz, muebles construidos con residuos plásticos, riego con aguas regeneradas y residuos agrícolas que limpian agua contaminada. La economía circular no deja de dar titulares que confirman el avance de la ciencia y las tecnologías para reutilizar cada vez en un porcentaje más alto los residuos que genera el ser humano. Cada cordobés recicla al año unos 135 kilos de basura depositada en los contenedores de Sadeco, aunque la contribución a la economía circular, en la que están implicadas todas las administraciones, conscientes de los efectos del cambio climático, va mucho más allá de la bolsa diaria de residuos. En los últimos años, Córdoba ha experimentado un despegue en esta materia, acelerado por la pandemia, que ha puesto sobre la mesa la urgencia de cambiar el modelo lineal de producción por uno más circular. El último informe del Servicio Estatal de Empleo, publicado en noviembre de 2020, exponía esa tendencia, al señalar el incremento de las empresas vinculadas a la economía circular, que representa en torno al 6% del PIB español. En el estudio del SEPE, Córdoba se sitúa como una de las 20 provincias españolas con más centros de trabajo relacionados con el reciclaje y la reutilización de productos, de los cuales un 31% son autónomos, con un crecimiento en los cuatro años anteriores de entre un 9 y un 15%. El auge de la economía circular, que abarca áreas tan diversas como la construcción, la industria agroalimentaria, la gestión del agua o los residuos, la digitalización, el reciclaje textil, el mantenimiento y la reparación de vehículos o la producción de energías renovables, contrasta sin embargo, con la escasez de técnicos preparados.

Según el SEPE, la economía circular genera empleos con una alta tasa de contratación indefinida y estabilidad, en la que predomina un perfil de trabajadores jóvenes de entre 20 y 35 años.

El objetivo marcado por España de aquí a 2030 pasa por reducir, tomando como referencia el año 2010, un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB; un 50% la generación de residuos de alimentos en la cadena alimentaria a nivel de hogares y consumo minorista; un 20%, en las cadenas de producción; mejorar un 10% la eficacia en el uso del agua, e incrementar la reutilización de residuos hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados. Con todo ello, se pretende lograr que la emisión de gases de efecto invernadero se reduzca por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2.

Prevista una inversión de 1.400 millones en Andalucía hasta el 2030

La estrategia andaluza de Bioeconomía circular prevé invertir 1.400 millones de euros hasta 2030 para mejorar los procesos productivos y reconvertir el modelo lineal en circular. En este momento, la diversificación de la oferta de economía circular existente en Córdoba impide cuantificar el volumen de negocio y empleo que genera esta actividad, según fuentes de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, responsable de impulsar el desarrollo de proyectos de mejora en los procesos de recogida y reciclaje de los residuos que se producen en las distintas provincias andaluzas. En la convocatoria de 2021, las entidades locales de Córdoba recibieron 3,8 millones de euros para este fin. En el caso de la capital, el Ayuntamiento obtuvo más de un millón, casi 400.000 euros para un proyecto de recogida separada de residuos y 830.247 euros para la mejora de la planta de tratamiento de biorresiduos de la empresa Sadeco. La empresa municipal de saneamientos de Córdoba es uno de los referentes en economía circular en Córdoba como demuestra su plan Sadeco 5.0 que permitirá no solo aprovechar el 100% de los recursos orgánicos para su transformación en compost sino reciclar parte de los residuos inertes para su transformación en biocombustible que se utilizará en los vehículos de la empresa.

En la lucha por la sostenibilidad, el plástico es uno de los principales enemigos. Aunque en diciembre de 2022, el Gobierno lanzó un decreto para reducir en un 20% la producción de botellas de plástico e impulsar la venta de productos frescos a granel, sin envoltorios, basta salir al supermercado para comprobar que la implantación de esta medida no ha tenido mucho eco. Ocurre igual que con las toallitas higiénicas, que pese al enorme impacto ambiental que provocan y las imágenes dantescas que se han hecho públicas en Córdoba en plena sequía, siguen vendiéndose con la señal engañosa de que pueden tirarse al WC sin consecuencias.

Los ayuntamientos reciben 3,8 millones de euros para proyectos de recogida de residuos selectiva

En esa batalla contra el plástico, Córdoba cuenta con empresas aliadas como Cordoplas y Recicor, que se encargan de transformar el residuo más contaminante para el planeta para propiciar su reutilización en otros procesos y evitar que acaben en los vertederos. Cordoplas lleva más de 30 años dedicada a la recuperación y valorización de las materias plásticas, que transforman en otros productos como tuberías de riego, fomentando además la investigación y la innovación aplicada a los procesos.

Recicor es otra de las empresas señeras de Córdoba en la reducción del impacto ambiental del plástico. Los procesos de reciclaje que aplican a los residuos permiten su uso posterior en la fabricación de piezas industriales, tuberías, menaje de hogar, botellas o bidones, entre otros.

Mientras la Junta de Andalucía trabaja en la elaboración de una ley de Economía Circular, de la que ya se ha presentado un borrador, y las empresas municipales de Córdoba afinan sus estrategias para minimizar el impacto ambiental y sacar el máximo partido a los recursos, las organizaciones sociales y la sociedad civil se han puesto manos a la obra para aportar su granito de arena en el cambio de modelo. Una de las instituciones más activas en esta materia es Cáritas, responsable de Solemccor, la empresa que se encarga desde hace años del reciclaje del papel y cartón de la ciudad y que en los últimos tiempos se ha sumado al reciclaje textil. En 2022, el área de reciclaje, cuyo administrador es Javier Gracia, generó diez contratos de personas en riesgo de exclusión, además de la reutilización desde noviembre del año pasado de más de dos toneladas de prendas de todo tipo, que equivalen a un ahorro de 50.000 kilos de CO2 y miles de litros de agua. Cabe recordar que para elaborar una camiseta se gastan aproximadamente 500 litros y unos 1.000 para la fabricación de un pantalón vaquero, recuerda Gracia.

El reciclaje de ropa se ha convertido en generador de empleo e ingresos para un número creciente de entidades sin ánimo de lucro, como la Fundación Prolibertas, Centro Reto, Remar y Madre Coraje, que han encontrado en el reciclaje una forma de rentabilizar el trabajo que realizan compatible con los fines sociales sobre los que se basa su actividad. El proyecto El Rescate de Prolibertas, que echó a andar en 2017, ha permitido la creación de dos puestos de trabajo y la formación de una veintena de personas, además del reciclaje de 107 toneladas de ropa cuyo valor se estima que asciende a 1,2 millones de euros y la obtención de 300.000 euros reinvertidos en programas sociales.

El sector empresarial cordobés ha cogido el testigo en esta materia impulsando no solo el reciclaje sino minimizando la huella de carbono desde el proceso de fabricación. Ejemplo de ello es la empresa Dumands, en Almedinilla; Tribu Moda Sostenible, en Córdoba capital, o la marca Silbon, con la línea Oxygen de productos ecológicos y una opción en marcha para entregar prendas usadas. Lo dicho, la economía circular está despegando en Córdoba. H

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