Las mafias elevan el nivel de la ciberdelincuencia en Córdoba

Inteligencia y dinero han convertido lo que era una actividad criminal más en una «epidemia». Los hackers solitarios parecen historia en un mundo cada vez más expuesto a las ciberamenazas. Y, contra la idea de que cualquiera puede estar tras un ataque en la red, Javier Jiménez, CEO de GrayHats, asegura que estos crímenes están ya completamente en manos de las mafias. La cibercriminalidad ha experimentado «una subida de nivel» en los últimos años y, tras esta evolución, hay redes jerarquizadas e, incluso, estados. Esas organizaciones, que suelen conocerse, según señalan desde el Equipo de Investigación Tecnológica (Edite) de la Guardia Civil de Córdoba, en la deep web, están formadas por grupos de captación, de localización, técnicos, de intrusión, relaciones públicas...

Los ciberdelitos se duplican cada año en Córdoba

El trabajo se divide y llegan a ofrecer servicios de hackeo, precisan desde el Edite. Ciberdelitos a la carta, por así decirlo. Se trata de la máxima expresión del capitalismo en el ámbito criminal y virtual. La dark web es base de un inabarcable mercado negro y, ahí, toda información tiene un valor económico. La pieza más barata, cuenta Jiménez, es un e-mail, que suele venderse por un euro. La más cara, un historial médico. Estos pueden alcanzar los 900 dólares. Los sistemas sanitarios y hospitalarios son un claro objetivo de los ciberdelincuentes, subraya Manuel Izquierdo, director del máster de la UCO en Gestión y Gobierno de la Ciberseguridad. Javier Jiménez propone un ejercicio a la imaginación del lector: imaginar que un cibercriminal accede a una base de datos sanitaria para cambiar el grupo sanguíneo de todos los pacientes. Caos.

La inteligencia artificial y el 5G son un nuevo reto para las fuerzas y cuerpos de seguridad

Sin embargo, los ciberdelincuentes no suelen superar ciertos límites, apostilla el CEO de GrayHats, ya que el objetivo principal es ganar dinero. Y pasar desapercibidos resulta fundamental. Desde el phishing al ransomware o los malware, las formas de atacar a un sistema son muy variadas, aunque la más frecuente es la primera: una especie de pesca mediante el envío masivo de correos o mensajes de texto. Pero uno de los aspectos que más evidencia la inteligencia que hay tras estas mafias es la ingeniería social sobre la que gira el éxito de los crímenes.

Esta ingeniería consiste en obtener información personal para urdir un plan preciso. Entonces, enumera Jiménez, es cuando «suplantan a personas, a tu jefe...». Eso requiere, cuentan desde la Guardia Civil, de un estudio durante un tiempo de las víctimas. La explotación de esos datos personales nace de la idea de que «casi siempre el origen de todo es un factor humano» y «todos estamos expuestos». «El sistema más vulnerable siempre es el usuario», concluyen desde el Edite. Luego, la creatividad del autor también juega un papel relevante. De ahí surgen las estafas románticas que, como señalan desde la Benemérita, llegan frecuentemente desde países africanos.

Opinión tribunaEnrique Benítez

No son ‘hackers’, es crimen organizado

El crimen en la red no tiene fronteras y discernir la procedencia resulta complejo. Pero, apunta Izquierdo, en esta historia también hay sospechosos habituales como Rusia, Corea del Norte o China. Países que, además, son más cerrados en cuanto a la colaboración policial. De forma más sutil o «a la americana» están esos países que «pueden considerarse amigos», explica Izquierdo, y hackean los sistemas de otro país para obtener información.

Y este universo delictivo está en continua expansión. Desde la Guardia Civil reconocen que la llegada de la inteligencia artificial y del 5G es un «nuevo reto» para las fuerzas y cuerpos de seguridad. Y aclaran: «Cada evolución informática ha supuesto inicialmente un periodo de adaptación a las nuevas herramientas, pero esta adaptación es cada vez más rápida».

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