Tribunales

El juez decreta el cese total de la actividad de Silos Córdoba y el cierre de la fábrica

El juzgado atiende la demanda del administrador concursal | La empresa cuenta con medio centenar de trabajadores

Oficinas de Silos Córdoba en el parque tecnológico Rabanales 21.

Oficinas de Silos Córdoba en el parque tecnológico Rabanales 21. / CÓRDOBA

Noelia Santos

Noelia Santos

El titular del juzgado de lo Mercantil de Córdoba ha emitido un auto mediante el cual decreta el cese total de la actividad de Silos Córdoba, así como el cierre total e inmediato de la fábrica y oficinas en las que desarrolla su actividad. El juez atiende así la demanda del administrador concursal, que había pedido el cese de la actividad, petición que se paralizó a la espera de la posible venta de la industria.

En el auto, al que ha tenido acceso este periódico, el juez expone que "ninguna de las partes se ha opuesto a la solicitud, siendo que con la misma fecha de hoy [el auto está fechado el 1 de febrero] se ha dictado auto de ERE total con acuerdo de los representantes de los trabajadores, a la vista de lo cual y de la falta de actividad de la concursada procede acordar conforme a lo solicitado". Contra dicha resolución, recuerda el juez, cabe recurso.

La venta frustrada

El administrador concursal solicitó en enero al juez que cesara la actividad de Silos Córdoba, una empresa con medio centenar de trabajadores situada en el parque tecnológico de Rabanales 21.

Mientras, la empresa ITL siempre mantuvo su oferta de compra de la unidad productiva sobre la mesa. Como explicó a este periódico Carlos Pavón, abogado de la empresa interesada en hacerse con Silos, la oferta de ITL estaba acordada con los bancos, que era, básicamente, el principal escollo que salvar.

Una de las instalaciones de Silos Córdoba.

Una de las instalaciones de Silos Córdoba. / Archivo / Córdoba

El problema estaba en la aplicación de criterios sobre la oferta. ITL hizo una oferta de seis millones de euros y entendían que ese era el total sobre el que establecer el criterio de reparto, sin embargo, el administrador concursal restaba a esos seis millones los pagos a terceros (trabajadores o Seguridad Social, por ejemplo). Con el criterio del administrador concursal los bancos, básicamente, se llevaban menos dinero, pero ambas aplicaciones son igual de lícitas.

Lo que no entendían desde ITL es por qué pudiendo aplicar un criterio que conllevaría mantener la fábrica en activo y a sus trabajadores, el administrador concursal abogó por el más restrictivo y por el que aboca a Silos Córdoba a desaparecer.

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