Sanidad

Los pacientes con epilepsia sufren la escasez de un fármaco esencial

Desde hace semanas, el ‘Depakine Crono’ escasea en las farmacias españolas | Los médicos se ven obligados a cambiar tratamientos, aunque no exista un sustituto

Un farmacéutico muestra cajas del medicamento Depakine.

Un farmacéutico muestra cajas del medicamento Depakine. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

Desde hace tres semanas, los pacientes con epilepsia de Córdoba conviven con una circunstancia, cuanto menos, preocupante: El Depakine Crono escasea. Este medicamento, que resulta esencial para el tratamiento del trastorno, pasa por una situación de control que, como explican desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba, hace que el reparto sea menor que de costumbre.

El laboratorio, cuentan los farmacéuticos, comunicó el problema de suministro a la Agencia Española de Medicamentos (Aemps), que activó la correspondiente alerta. Precisan, además, que desde la institución gubernamental informaron de que se baraja importar el compuesto de otros países.

Esta situación afecta al Depakine Crono de 300 y 500 miligramos. Sin embargo, de momento, el problema se intenta paliar con la variación de dosis o soluciones alternativas que, desde el Colegio de Farmacéuticos, aseguran que existen en el mercado. Aunque advierten de que puede que "no funcionen bien en algunos pacientes".

Cambio de tratamientos sin alternativa

Para José Carlos Estévez, especialista en Neurología del hospital Reina Sofía y epileptólogo con consulta especializada en el Instituto de Neurociencias del hospital Cruz Roja, el problema es más grave de lo que parece porque es un fármaco que "no tiene sustituto". Hay compuestos "parecidos pero no exactamente iguales".

En su día a día, el doctor percibe por sus pacientes esta situación que se extiende a nivel nacional. Y, aunque no se trate de un desabastecimiento como tal, el reparto controlado obliga a "cambiar tratamientos". Y lo peor, dice, es que "no nos avisan". Esta circunstancia, incide, se da en la capital y en la provincia. Si bien es cierto que, en algunos pueblos, al haber menos demanda, puede encontrarse con más facilidad. Tanto para ellos como para los pacientes, termina siendo "un quebradero de cabeza".

Pero más allá de eso, puede acarrear un riesgo para quienes sufren el trastorno puesto que "no pueden dejar la medicación". "Toman una medicación que les tiene que dar solución inmediata y, ahora, tienes que improvisar la medicación sobre la marcha... Y esperemos que les vaya bien", explica el neurólogo. Y apostilla: "Otra cosa no podemos hacer, no hay otra alternativa".

De efectos adversos a crisis

Resulta complejo precisar una cifra de afectados. Para Estévez, debe de ser "una barbaridad" la cantidad de gente que toma este medicamento. Y señala que la incidencia diagnosticada de epilepsia es de 7 por cada 1.000 personas.

Este trastorno, aclara el experto, no es una enfermedad como tal, sino que se trata de un conjunto de manifestaciones transitorias que desembocan en una descarga eléctrica en el cerebro. Se diagnostica más en la infancia y en la adolescencia, pero resulta bastante frecuente, indica, a partir de los 50 años como secuela de daños cerebrales. Ante esto, un problema con la medicación puede desencadenar efectos adversos e, incluso, crisis epilépticas.

A la espera de nuevas noticias de la Agencia Española de Medicamentos, los pacientes de epilepsia son tan solo uno de los colectivos damnificados por la cada vez más frecuente falta de suministros en las farmacias. La institución acabó la semana pasada con 674 problemas activos de suministro.

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