Coches de caballos sin caballos. Ese es el sueño que persiguen Alfredo Rodríguez, que fue director de Endesa en Córdoba, y su mujer, y al que le han dedicado ya dos años de sus vidas: sustituir la tracción animal de las calesas por motores eléctricos. «Es una cuestión familiar y de amor a los animales», explica este ingeniero que vive en Córdoba y al que lo primero que le preocupó de este asunto era no perjudicar al colectivo que vive de esta actividad.
«Queremos sustituir al caballo pero no quitar negocio, de hecho creemos que con el cambio se verían favorecidos los que se dedican a esta actividad, porque supondría un menor gasto de alimentación, cuadra o veterinarios», explica. El beneficio para los animales es «evidente» en una ciudad donde superar los 40 grados es una variable más que probable en buena parte del año. «Todos los veranos tenemos episodios en España de desvanecimientos de caballos», recuerda.
Por último, con la sustitución de los animales por motores eléctricos ganarían, en opinión de Alfredo, la higiene de las ciudades. «El sector de los coches de caballos o se moderniza o desaparece», opina.
Con estas directrices, Alfredo y Rosario iniciaron sus pesquisas sobre una actividad que en las ciudades, incluida Córdoba, está regulada por ordenanzas municipales que en algunos casos se incumplen (en la capital cordobesa se revisó en 2008 y obliga, entre otras cosas, a vestir de un modo determinado a los cocheros). El primer alcalde interesado en el proyecto fue el de Málaga, Francisco de la Torre, con quien Alfredo tiene amistad y al que su idea le pareció buena.
En España no hay homologado ningún vehículo así
En Córdoba, ha mantenido un encuentro con el delegado de Movilidad, Miguel Ángel Torrico, y espera reunirse con la presidenta del Imdeec, Blanca Torrent, porque el problema que plantea este proyecto es que aunque parezca extraño en España no hay homologado ningún vehículo de estas características. «Están homologados los tuctuc o los trenes eléctricos, pero no las calesas de cuatro ruedas eléctricas para un conductor y 6 pasajeros».
Por eso, empezaron a buscar un constructor que fuera capaz de fabricar un coche de caballos a motor con unas características determinadas. «En otros países sí hay y funcionan calesas o galeras o coches eléctricos de este tipo: en México, Turquía o Italia, por ejemplo», apunta Alfredo, que finalmente encontró en Xátiva (Valencia) una empresa interesada. «Ocurrió que era publicidad engañosa porque lo que construyen allí no son vehículos homologados».
Por eso, desde hace unos meses, los alumnos de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Málaga trabajan en un prototipo y, de manera paralela, se han iniciado las gestiones, a través de la Dirección General de Bienestar Animal para que el Ministerio de Industria vise las características que deberán tener los vehículos en España. «Cuando lo tengamos, pasaremos a la fabricación», dice Alfredo, que ya ha contactado con varias empresas y que espera hacer realidad su sueño en breve. «Ojalá alguna de ellas fuera de Córdoba», concluye.
