Diario Córdoba

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consecuencias del vandalismo

Córdoba duplicará este año el gasto en limpieza de grafitis vandálicos

Sadeco prevé que en 2022 se limpiarán 5.000 metros cuadrados de pintura, lo que costará 100.000 euros | Urbanismo alerta del incremento de este tipo de actos «sin valor artístico» en zonas patrimoniales

Pinturas sobre los muros de los pórticos de la Corredera, una de las plazas que mayor número de pintadas tiene y que espera un plan de limpieza. FRANCISCO GONZÁLEZ

Las pintadas y grafitis se han duplicado en el último año en Córdoba. La empresa municipal de limpieza, Sadeco, estima que 2022 concluirá con un gasto de 100.000 euros en la limpieza de estas manifestaciones callejeras, muchas de ellas en zonas patrimoniales de la ciudad. Frente al año 2021, que desde Sadeco califican de «flojo» respecto a las pintadas y donde se realizaron un total de 1.941 intervenciones sobre 3.500 metros cuadrados de superficie (lo que costó a las arcas municipales 76.400 euros), se prevé cerrar el año en curso con actuaciones de limpieza en 5.000 metros cuadrados.

Este incremento notable de actos vandálicos es motivo de preocupación entre los técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo que velan por la conservación del patrimonio y de los edificios históricos de la ciudad. Desde este organismo municipal dan la voz de alarma sobre esta realidad que -lamentan- «ni siquiera tiene valor artístico y en la mayoría de los casos consiste, sencillamente, en las firmas o los nombres de los autores de las pintadas».

En los últimos años, se han registrado varios episodios vandálicos sonados en zonas patrimoniales de Córdoba, como la pintura que se perpetró en la muralla de la ronda del Marrubial. En esta ocasión, los trabajos de limpieza del lienzo medieval tuvieron un coste de 3.000 euros más IVA y fueron encomendados, por su delicada situación, a una restauradora local. En aquella ocasión, el Ayuntamiento denunció ante la Fiscalía las pintadas por su gravedad.

Protocolo de actuación

Sadeco tiene un protocolo preciso para la eliminación de pintadas en el espacio público. Francisco Flores, encargado de su eliminación desde hace 30 años, explica que el protocolo se inicia gracias a los avisos y denuncias ciudadanas que recoge la empresa a través de su centralita telefónica. En líneas generales, «Sadeco elimina solo pinturas de tipo político, ofensivo, xenófobo y obscenas»,, aunque hay algunas otras excepciones. Una vez que los operarios municipales se personan en el sitio de la pintada explican al propietario del inmueble «los pros y los contra» que tendrá la eliminación de la misma y si puede producirse un deterioro de la fachada. En esos casos, el afectado tiene que firmar incluso una autorización expresa. «El 99% de los ciudadanos suele quedar muy satisfecho con nuestras actuaciones», asegura Flores.

Además de estas denuncias, la empresa de limpieza también actúa en materia de pintadas a través del plan Plico, «con el que se peina la zona tanto a nivel de otros servicios como con los de limpieza de pintadas». Francisco Flores entiende que los grafitis dan «una imagen de suciedad a la ciudad» que es preciso erradicar y por eso estas actuaciones se llevan a cabo de oficio, «bien porque las pintadas sean muy destacadas y afeen la ciudad, bien por que bajo criterio técnico decidamos quitarlas», comenta.

De este modo, también se retiran pintadas en espacios privados a iniciativa de Sadeco si se entiende que están afeando el entorno. Asimismo, se retiran todas aquellas pintadas que se realizan en el mobiliario urbano, zonas públicas o muros de edificios municipales. «Esas las quitamos todas», confirma este responsable.

Tipos de pintadas

En líneas generales Sadeco establece dos grandes grupos de pintadas en función del material donde se han realizado: por un lado, pintadas realizadas sobre piedra, que no hay que sobrepintar sino eliminar, y pintadas hechas en muros de cal. Dentro de esos grandes grupos hay otros subgrupos según el material donde esté el grafiti. La naturaleza de esos materiales determina la facilidad o dificultad de su eliminación.

Si las pinturas se han hecho sobre piedra, Sadeco aplica primero unos líquidos decapantes, después agua a presión (ya no se usa el chorro de arena) y por último un quitasombras. «Estas pintadas suelen salir bastante bien en un 90%, aunque tenemos algunas asignaturas pendientes en la ciudad».

En las pintadas tipo cal (cualquiera que se haga en pintura), se trata de buscar el tono más parecido al de la fachada y sobrepintar encima del graffiti. «Si tenemos una fachada de 20 metros cuadrados con una pintadita en medio, no vamos a pintar el paño completo, lo que hacemos es imitar el tono lo máximo posible y una vez que está igualado pintamos sobre la pintada evitando dejar los contornos de la mancha rectos, los difuminamos para que no se note y no se vea ningún tipo de fallo», explica Flores.

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