En el primer semestre del 2022, Facua Córdoba recibió un total de 825 consultas o reclamaciones, una cifra que, si bien se mantiene en la línea de años anteriores, resulta ligeramente superior a la registrada en el mismo periodo del año pasado, cuando administraron 803, según precisan desde la organización en defensa de los consumidores.
Las consultas y demandas realizadas por los cordobeses en los primeros seis meses del año se centran principalmente en el suministro eléctrico. En un contexto de incremento del precio de los suministros, las facturas de la luz, que a finales de julio han llegado a 292,61 euros/MWh, no han permanecido ajenas a las reclamaciones de los consumidores y se sitúan en la primera categoría en la lista de asuntos tratados por Facua en la provincia.
Por número de expedientes, siguen esa lista, en orden, los problemas relacionados con el sector de la automoción, los asuntos vinculados con banca y finanzas y las reclamaciones relacionadas con las compañías telefónicas. Hay que tener en cuenta que el sector automovilístico también ha pasado por una crisis múltiple . Así, a los problemas de stock con los microchips sumó el incremento del precio del combustible, la huelga de transportistas y la guerra de Ucrania, circunstancias que provocaron un retraso en la llegada de materiales y productos. Una situación que, a su vez, derivó en problemas con los pedidos y afectó directamente al cliente final.
Los vuelos, en jaque
Este verano, uno de los temas que más problemas está generando a consumidores de todo el país es en relación con los viajes en avión. Y es que la huelga de los tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) españoles de Ryanair ha causado numerosos retrasos e, incluso, cancelaciones de vuelos. Solo en la jornada del martes, décima de huelga, se notificaron hasta cuatro cancelaciones y 213 retrasos, según denunciaron los sindicatos y recogió Efe.
Ante esta circunstancia, como dice Francisco Martínez, presidente de Facua Córdoba, hay que tener en cuenta varios factores. Según explica, cuando se produce un retraso inferior a las cuatro horas, el pasajero no tendría derecho a reclamar una indemnización, cosa que sí sucedería de superarse esa franja. También correspondería una compensación al cliente, que puede ser solicitada a la compañía aérea, en los casos de cancelación cuando tiene lugar con menos de siete días de antelación. En estos últimos casos, la cuantía oscilaría entre los 200 y los 600 euros, teniendo en cuenta la distancia en kilómetros del vuelo cancelado.
Ante esta situación, como detalla Martínez, el cliente tiene varias opciones. O bien puede realizar su reclamación en la propia web de la aerolínea o, por otro lado, puede hacerlo a través de la web de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), donde encontrará un formulario para ello.
