Sara Pérez es una cordobesa afincada en Villaviciosa de Córdoba que, desde octubre de 2002, trabaja en las oficinas en la capital de AMAYA, la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía de la que depende el plan INFOCA. Desde febrero de 2021 afronta la coordinación regional de UGT en esta empresa pública por la que apuesta firmemente, no sólo desde el convencimiento de su utilidad pública, sino desde el pleno conocimiento de la materia y la convivencia durante muchos años con una realidad que para muchos ciudadanos es ajena, a pesar de su triste impacto mediático cada año y este verano de una forma especialmente virulenta y trágica, los incendios forestales.

¿Qué está sucediendo para que se produzcan tantos incendios y para que sea tan complicado reducirlos y extinguirlos en los últimos años?

Por un lado, tenemos el abandono rural que se produjo en los años 70 y, por tanto, los cambios de uso del suelo. El abandono de la agricultura y la ganadería extensiva ha propiciado el crecimiento descontrolado de arbustivas y masas forestales de nuestros montes. Ese abandono también dejó de hacer un trabajo esencial en el monte que no era otro que el tratamiento “cultural” que hacían las gentes que vivían en esos pueblos, con el aprovechamiento de maderas, leñas, resinas, etc. Todo ese aprovechamiento, sin darnos cuenta, era una gestión de nuestros montes que ahora ya no se hace y que hay que volver a hacer con plantillas de bomberas y bomberos forestales e inversión pública de gestión.

 El otro factor clave es el empeoramiento del clima. Tenemos un aumento de la temperatura media en España de 1,3º C y eso para las especies vegetales es una auténtica barbaridad que, junto con las sequías y las olas de calor, son cada vez más continuas y largas en el tiempo. Todo ello las hace entrar en lo que se denomina “estrés hídrico”, que deja a las masas forestales faltas de hidratación, muy secas y predispuestas a arder.

 El fuego necesita algo que quemar. En este caso, en los incendios forestales, el combustible son nuestros montes que, como hemos mencionado, tienen mayor carga de vegetación por el abandono rural y el crecimiento descontrolado, y el cambio climatológico nos da una sequía prolongada, por lo que ya tenemos la ecuación actual que nos determina la dificultad para extinguir unos fuegos cada vez más virulentos y agresivos. El otro factor clave es la diseminación de viviendas y urbanizaciones en entornos forestales, haciendo que los servicios de extinción declinen todos sus medios a la protección primero de las personas, luego de los bienes y, por último, de las masas forestales que en este transcurso ya han adquirido una virulencia que eleva su complejidad a la hora de extinguirlos cuando arden todo ese tiempo.

En los recientes incendios hemos tenido la lamentable noticia de la pérdida de vida de varios agentes contra incendios. ¿A qué pudo deberse? ¿Pudieron ser evitables estas muertes?

 Toda muerte en ámbito laboral creemos es evitable. Indiscutiblemente, habrá que esperar las investigaciones que se produzcan, pero hay factores que están siendo determinantes año a año, desde la carencia en formación, cambio en los protocolos de actuación (no se puede entrar con un camión para hacer un tendido de manguera a llamas de 20 metros, como se ha visto en televisión), falta de preparación física en algunas comunidades autónomas, o la adaptación al estrés térmico que sufren las y los bomberos forestales y, como no, la falta del establecimiento de una edad límite para estar realizando los trabajos frente al fuego. No se puede consentir que haya gente con más de 60 años en primera línea de fuego, por lo que hay que plantear, como ya hizo UGT, adaptaciones del puesto de trabajo para este personal, adquisición de los coeficientes reductores y edad de jubilación anticipada que reduzca el envejecimiento de las plantillas actuales para que no tengamos gente que, por su edad, entrañe un riesgo para su salud la realización de su trabajo.

¿Hay suficientes efectivos en Andalucía para atender emergencias en el caso de que se produzcan varios focos en distintas zonas de la Comunidad?

La plantilla actual del INFOCA tiene unas dimensiones que no se corresponden con la realidad puesto que, de entrada, no es estable. Cada año se tienen que contratar entorno al millar de bomberas y bomberos forestales, con lo que partimos de la base de que no cubrimos las emergencias todo el año y los incendios forestales ya no son estacionales, ya no se producen solo en verano. Andalucía ya lleva años sufriendo de incendios forestales o incluso grandes incendios forestales (más de 500 hectáreas) en época invernal.

En cuanto a la simultaneidad, pues es una cuestión que en la actualidad se está viendo que cualquier dispositivo en España, ahora mismo se colapsa y desborda ante tal hecho, puesto que son incendios cada vez más agresivos, voraces, impredecibles… Creemos que Andalucía no se queda fuera y, ante una simultaneidad, también puede llegar a tener problemas.

Cuando hablamos de incendios es imprescindible preguntarse qué podemos hacer desde la perspectiva de la prevención. ¿Qué considera importante en este sentido?

Viendo los factores que antes mencionábamos, tenemos que reducir la carga de combustible de nuestros montes. Si eso se conseguía antes con agricultura, ganadería extensiva y tratamiento “cultural” que se hacían las gentes de nuestros pueblos, tendremos que focalizar en ese aspecto. Hay que desarrollar planes de gestión integral que apuesten por tener entornos rurales bien gestionados volviendo a la ganadería, cultivos agroforestales, aprovechamientos de recursos, con plantillas de bomberas y bomberos forestales todo el año que asienten población y gestionen la masa forestal que antes hacían nuestros mayores. Es decir, hay que hacer una inversión pública seria y ordenada en gestionar las masas forestales.

Eso también hay que aplicarlo a los incendios de interfaz urbano-forestal, donde hay que hacer planes efectivos de prevención en urbanizaciones y asentamientos de viviendas que estén cercanos a nuestros montes, adaptados a las nuevas características de los incendios actuales.

Atendiendo a los medios Sara Pérez en la Concentración en los SSCC de AMAYA en Sevilla

¿Están lo suficientemente preparados los efectivos tanto en formación como en equipamiento para afrontar incendios de grandes dimensiones en Andalucía. 

En España los incendios van camino de saltar a los llamados de sexta Generación, y la atención de dichos fuegos cambia totalmente su estrategia de extinción. Ya no valen ataques directos al fuego, o aportar más medios aéreos como se venía haciendo hasta ahora. Se debe apostar por estrategias que acoten esos monstruos, con planificaciones futuras que se adelanten a lo que va a quemar el fuego. Está la eliminación de combustible (lo verde) mediante quemas técnicas antes que las llamas avancen; aprovechamiento de barreras naturales o artificiales, como carreteras o pista, para la ampliación de esas barreras con retirada de masa forestal con maquinaria ligera o pesada, aprovechando las horas nocturnas o que las condiciones meteorológicas sean favorables.

Con todo esto, en Andalucía creemos que hay una falta de formación en este aspecto de la cadena de mando hacia abajo, y que hay que potenciar mucho más estas nuevas estrategias a toda la plantilla. Sobre el equipamiento, es otra cuestión que desde UGT seguimos reclamando que tanto en EPIs como en material, o el uso de nuevas tecnologías y uso de la información. Así que debemos dar ese salto, porque Andalucía se está quedando atrás con relación a los nuevos tiempos y a otras CC.AA.

¿Existe estabilidad laboral en la empresa AMAYA y en los operativos del INFOCA?

Esa es una de las principales reivindicaciones de nuestra organización, porque no, no la hay para parte de la plantilla. En AMAYA, según los datos que me constan, existen más de 400 compañeros indefinidos no fijos. Al respecto hay que comentar algo significativo, y es que esta cifra va aumentando prácticamente a diario, ya que continuamente existen procesos judiciales por las contrataciones que han existido en fraude de Ley, y que están dando la razón a los compañeros y compañeras. Es tremendamente preocupante que en un ente público de las características de AMAYA existan actualmente más de 1000 demandas relacionadas con la gestión de RRHH, entre las que se incluyen las que comentaba de los compañeros considerados temporales.

Con respecto a INFOCA, hablamos de una temporalidad que ronda los 1000 trabajadores, que son contratados para cubrir el periodo de alto riesgo de incendios, personal que en la mayoría de los casos lleva 6, 7, o hasta 8 campañas trabajadas, y en octubre son despedidos. Esto conlleva a que el dispositivo se quede muy mermado para la realización tanto de los trabajos preventivos, durante los meses de medio y bajo riesgo de incendios forestales, como de cualquier emergencia a la que haya que atender.

INFOCA es un Dispositivo de emergencias y, como tal, no sólo actúa en incendios forestales, sino también ante riadas, nevadas, ayudan con las desinfecciones en los municipios de Andalucía por el COVID, colaboran con la búsqueda de personas, etc.

¿Cómo afronta la empresa los procesos de estabilización?

Pocos datos te puedo ofrecer sobre este tema, la AMAYA publicó una resolución de la Oferta Extraordinaria de Estabilización con 710 plazas a finales de diciembre del 2021 sin contar con la representación de los trabajadores. Desde ese momento, sólo hemos mantenido un par de reuniones con la Dirección de AMAYA en las que se detectaron errores sobre la publicación, algo a lo que la empresa ha hecho caso omiso.

En marzo fue la última reunión técnica sobre el estudio de las plazas y, desde entonces, a pesar de haber pedido diferentes reuniones e informaciones de cara a la negociación de las bases, la empresa no nos ha facilitado nada. Esta situación nos preocupa enormemente ya que la predisposición a la negociación es realmente nula tal y como están demostrando.

Concentración en los SSCC de AMAYA en Sevilla

¿Qué objetivos se plantea UGT conseguir en sus reivindicaciones en la empresa AMAYA

Lo que UGT quiere conseguir principalmente es, por un lado, el cumplimiento de nuestro convenio colectivo, que traería consigo la recuperación de la antigüedad para la plantilla de AMAYA, una segunda actividad real para los compañeros que ya no pueden estar en sus puestos de trabajo, una regulación efectiva del teletrabajo, que con la pandemia se ha demostrado con creces su efectividad, o algo tan simple como conseguir la aplicación de las movilidades por conciliación familiar y laboral de los trabajadores, entre otros.

Y, por otro lado, esperamos conseguir estabilidad laboral para los compañeros, para la parte de la estructura corporativa y operarios con unas buenas bases para el proceso de estabilización y para la parte de INFOCA, con una oferta de empleo que permita completar el Dispositivo, para tenerlo al 100% durante los 12 meses del año.

En definitiva, y como no puede ser de otra manera, queremos la mejora de las condiciones laborales de nuestros compañeros y compañeras, y para ello, es necesario que la Dirección de AMAYA cumpla el convenio colectivo, y desbloquee las negociaciones para seguir avanzando.

¿En qué consiste la nueva campaña estatal sobre los incendios que ha iniciado UGT esta semana?

Desde UGT, a nivel estatal, se lleva trabajando duro desde hace muchos años por la unificación de la figura de los bomberos forestales con dos principales reivindicaciones; en primer lugar, para conseguir el estatuto básico del bombero forestal, que sería el marco legal básico que regularía la profesión de los bomberos forestales de toda España y, por otro lado, la aprobación de los coeficientes reductores para el colectivo. Este último proceso fue iniciado por UGT en el año 2014, y a día de hoy, aún no se cuenta con una resolución positiva.