Más allá de las consecuencias a nivel humano o geoestratégico que está teniendo y tendrá en el futuro la invasión de Ucrania por parte de Rusia, este conflicto bélico también está impactando de forma considerable en la economía y sus efectos ya son visibles para las empresas cordobesas, que afrontan con incertidumbre la subida de precios de las materias primas. De este modo, sectores como la agricultura, la joyería y la refrigeración están sufriendo las consecuencias negativas de la guerra, que se extenderán a todos los bolsillos por el aumento de precios de productos como las energías y el alza de los tipos de interés. 

El rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá, explica que «ya estábamos viviendo un cierto crecimiento de los precios en la pandemia y el conflicto agrega tensiones en el precio de la energía. Rusia es un gran exportador de petróleo y es uno de los grandes exportadores de gas del mundo. Eso lo vamos a notar en los precios», avanza. A esto añade que «Rusia es uno de los grandes productores de materias primas industriales y vamos a notar un crecimiento del precio de algunas, básicamente, metales pesados y hierro». En el caso de Ucrania, este economista señala que «es uno de los grandes exportadores de cereal del mundo. Si a eso le sumamos que en España estamos viviendo una gran sequía, es probable que para finales del verano veamos un repunte importante de los precios de materias primas alimenticias, especialmente, las que tienen que ver con el cereal».

En este sentido, Pérez Alcalá entiende que, «en general, la consecuencia más directa que vamos a tener en la economía cordobesa, por una parte, va a ser un crecimiento generalizado de los precios y, en segundo lugar, veremos que crecen algunos precios de los productos que nosotros producimos». En cuanto a los efectos de esta guerra en el medio plazo, apunta que repuntarán los tipos de interés y destaca que «las consecuencias pueden ser más imprevisibles», dado que se desconoce la evolución que puede tener este conflicto. 

De su parte, Fernando Lara, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Córdoba, recuerda que «la incertidumbre es muy mala, porque retrasa la toma de decisiones y dificulta la gestión empresarial». Así, sobre las consecuencias de la invasión de Ucrania comenta que «puede afectar al abastecimiento y el precio de la energía, con lo que esto supone en un contexto de inflación ya alta y de subida del precio de la energía, con un incremento de los costes y la erosión de la capacidad de compra de las familias». 

En esta línea, Lara alude a un posible «aumento de costes» para la ganadería por la repercusión en los cereales y a la subida del oro como valor refugio. En referencia a la actividad turística, señala que si la crisis no se extiende podría afectar a los países emisores y, de forma indirecta, «en la medida que perjudique a la economía de otros países», comenta.

Problemas en el frío

El gerente de la Asociación de Fabricantes Andaluces de Refrigeración (AFAR), Manuel Servián, confirma que la invasión de Ucrania se ha sumado a los problemas de suministro de metales que ya sufría este sector. Así, apunta que se está produciendo un trasvase de proveedores y detalla que «tenemos problemas como toda industria», aludiendo a los componentes que vienen de China y otros productos también del continente asiático, y a metales como el aluminio, el acero y el cobre. Servián manifiesta que «el problema que se están encontrando muchas fábricas es que hay productos a punto de acabarse y no pueden terminarlos por falta de materiales», e indica que en el caso de la industria del frío «se cambian algo los componentes y se van buscando alternativas». Entre otros aspectos, el gerente de AFAR avanza que la subida de costes dará lugar a un encarecimiento del producto y que esta situación conllevará una contracción del consumo «inevitablemente». 

Incertidumbre en la joyería

Por su parte, la presidenta de la Asociación provincial de Joyeros San Eloy, Milagrosa Gómez, afirma que el precio del oro se ha incrementado un 12% en menos de una semana, pasando de 50.000 euros por kilogramo a 56.000 euros, aunque ahora ha bajado a 54.800 euros. Gómez lamenta que «el momento es de incertidumbre total» y comenta que «ahora estamos asistiendo a las ferias más importantes de joyería. Los momentos de los que venimos son muy complejos y esto nos puede desestabilizar un poco y puede hacer que el cliente se retraiga a la hora de la compra», explica.

Más coste para el campo

En cuanto al impacto de la guerra en el campo cordobés, el secretario general de UPA, Miguel Cobos, destaca que los precios de cereales y piensos se han encarecido un 10% en tres días, lo que «sumado al aumento de los costes que tenemos, hace que sea una ruina la explotación. En este año de sequía apenas hay pasto», recuerda. Entre otras cuestiones, el responsable de UPA explica que «en España somos deficitarios en producción de proteína vegetal para alimento del ganado y la mayor parte de las importaciones de cereales y girasol viene de Ucrania».

Los fabricantes

Por último, el presidente de la Asociación de Empresas Fabricantes y de Servicios de Córdoba (Asfaco), Jesús Coca, señala que «ahora no hay un reflejo directo en las empresas de la asociación, a muy corto plazo, sí se va a notar». De este modo, Coca opina que «un conflicto de este tipo influye en la macroeconomía y esto se acaba reflejando en la economía doméstica», y subraya que «parece que se espera una inflación muy elevada». En alusión a las relaciones comerciales con Rusia y Ucrania, detalla que los efectos se observarán en la compra de fitosanitarios, fertilizantes y piensos, y avanza que «se disparará el precio» del aceite de girasol, que también se importa. Asimismo, adelanta que podría producirse un desabastecimiento de aluminio.