Carlos Molina, el jugador cordobés de balonmano del Motor Zapoiyia, ha conseguido embarcar esta mañana en un avión que le trasladará a España tras un largo periplo intentando escapar de Ucrania cruzando la frontera con Polonia. La hermana de Molina ha confirmado que Carlos ha podido subir esta mañana a un avión que le llevará a Barcelona donde dos amigos le recogerán, ya que su familia no ha podido organizar el traslado hasta allí.

Una vez en Barcelona, tiene previsto viajar a Logroño, donde se encuentran su mujer y su hijo de dos años, que han vivido con mucha tensión todo lo ocurrido. "Cuando descanse y esté con su familia, bajará a Córdoba a vernos", señaló su hermana. La mujer de Carlos, que habitualmente viaja con él a Ucrania para pasar juntos la temporada de balonmano, decidió retrasar el viaje cuando acabó la pretemporada a la espera de la evolución de los acontecimientos. "Si no llega a ser por eso, los tres habrían estado allí", explica la hermana de Carlos, que ha vuelto a respirar aliviada, al igual que el resto de la familia, al saber que su hermano ha podido salir del país.

Los últimos mensajes de Carlos Molina, a través de sus redes sociales, informaban de que ayer logró pisar suelo europeo, al entrar en Polonia y su sentimiento "no creáis que es de felicidad sino de alivio, de sentirme a salvo de tanto terror" y también de "mucha tristeza por lo vivido esta semana". Según el jugador, que agradeció los mensajes de cariño y la fuerza transmitida por la familia, amigos y demás personas que han contactado con él en este tiempo para intentar que llegara a la frontera, dijo que necesita ahora descansar mucho.

Atrás quedan seis largos días en los que el jugador, de 30 años, ha tenido que hacer frente a la desesperación y el miedo para completar una dura travesía con las comunicaciones colapsadas y en una situación marcada por el frío, la falta de alimentos y la enorme cantidad de personas intentando como él, abandonar el país bombardeado por Rusia.