Este lunes 14 de febrero se conmemora el Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, una enfermedad que el hospital Reina Sofía detecta cada año en unos 70 u 80 niños menores de 14 años. La especialista en Cardiología del Reina Sofía Elena Gómez señala que la cifra de diagnósticos se mantiene más o menos estable en los últimos años y recalca que en el hospital cordobés son atendidos pacientes de Córdoba y de toda Andalucía, pues el Reina Sofía es referente regional en el tratamiento de las cardiopatías complejas.

Gómez explica que esta dolencia es una malformación en el corazón o los vasos que salen o llegan a él y que está presente en el nacimiento, aunque no siempre se origina en la infancia. Esta doctora precisa que, dentro de las cardiopatías congénitas, existe una amplia variedad que no son comparables en severidad, edad de presentación, abordaje diagnóstico-terapéutico y supervivencia. Existen cardiopatías como la comunicación interauricular, interventricular o el ductus, cuyo pronóstico es excelente, ya que si se diagnostica y se trata en centros con experiencia, como es el caso del Reina Sofía, tienen una supervivencia cercana el 100%, libre de secuelas y de reintervenciones.

Esta cardióloga añade que también existen cardiopatías congénitas complejas que precisan varias intervenciones y cuya mortalidad o pronóstico a largo plazo dependerá de la anatomía y de las complicaciones de los procedimientos que se le tengan que practicar, como son todas las cardiopatías que precisan una corrección por vía univentricular, cuya supervivencia ronda el 70% en la infancia. Gómez destaca que estos últimos pacientes llegan a la vida adulta con una circulación que a largo plazo puede fracasar y precisar un trasplante.

Entre estos dos grupos, indica Elena Gómez, existen múltiples tipos de cardiopatías que tienen que abordarse individualmente pero que tienen en general buen pronóstico con una mortalidad global inferior al 5% en centros como el Reina Sofía, como son la Tetralogía de Fallot, la trasposición de grades vasos, el canal, el Truncus, la atresia pulmonar o la coartación. 

En torno al 70% de las cardiopatías congénitas se diagnostican en periodo neonatal o primera infancia cuando se producen síntomas, mientras que los casos más leves o sin sintomalogía se suelen detectar en una edad más avanzada. Los pacientes con cardiopatías congénitas precisan para su abordaje integral de un amplio grupo de profesionales para su diagnóstico y tratamiento.

La enfermedad es abarcada, en primer lugar, por especialistas en ginecología y obstetricia, que pueden intervenir en el diagnóstico y manejo prenatal, y luego después por neonátologos, cardiólogos, intensivistas, cirujanos cardiovasculares, hemodinamistas, anestesistas, electrofisiólogos, cirujanos digestivos o torácicos, otorrinos, radiólogos, enfermería, fisioterapeutas, rehabilitadores, digestivos, neumólogos, neurólogos, entre otros muchos especialistas.