Auria Expósito (Palma del Río, 1979), diplomada en Trabajo Social, llegó a la política municipal en 2003 como independiente de la mano de Salvador Blanco. Al PSOE se afilió en 2005 y desde ayer será la número 2 de Rafi Crespín en la nueva ejecutiva socialista. 130 años después de su fundación en Córdoba, este partido pone a dos mujeres al frente de la organización. En la actualidad es concejal sin delegación en el Ayuntamiento palmeño y auxiliar administrativo en Diputación.

¿Cómo afronta el reto de ser la nueva secretaria de Organización del PSOE en Córdoba?

De la única manera que sé: con mucho trabajo y estudio, y poniéndome a disposición de los compañeros que están en primera línea en los municipios para que cuenten con una estructura de partido que sea fuerte y les pueda asesorar en aspectos jurídicos o económicos. Todo con el fin único que nos mueve a todos los socialistas: solucionar problemas. Creo que ese es el método desde la humildad. En mi partido saben que me voy a dedicar en cuerpo y alma, porque el servicio público ha sido mi vida entera, servir a los demás desde la perspectiva de la igualdad de oportunidades.

¿Se lo tuvo que pensar mucho o contestó rápido a Rafi Crespín?

Contesté rápidamente. Quizá si me llega a proponer otro tipo de rol a lo mejor me lo pienso más, pero el hecho de ser Organización, donde lo que hay es que hacer planificaciones y dar apoyo a los compañeros, eso lo siento como mi vocación. Disfruto y creo que puedo hacerlo bien, por eso no tuve que pensar mucho.

¿Cuál cree que ha sido la clave para que la eligiera frente a otros nombres que se habían barajado en las quinielas?

Creo que ha sido por mi perfil. En el PSOE me conocen por ser alguien resolutivo, a quien no le importa echarle horas y trabaja de una manera discreta buscando soluciones, que es a lo que venimos.

¿Cómo cree que funcionará el esquema planteado en la dirección con una secretaria de Organización y dos vicesecretarios?

Es una estructura bastante acertada para el momento actual. Tener una dirección fuerte es importante, y la veo fuerte y bien enlazada. Ahora nos vienen un par de años con procesos electorales y estamos intentando salir de una crisis que nos ha cambiado todos los esquemas. El contexto había cambiado, el partido tenía que cambiar.

¿Cuando dice enlazada habla de unidad, de que se han armonizado distintas sensibilidades?

Me refiero a que las diferentes áreas y secretarías tienen unos conceptos enlazados y a que las personas que formamos parte de la estructura nos conocemos y sabemos cómo trabajamos y cómo podemos enfocar el futuro. Suelo ser una persona realista tirando a pesimista, pero ahora creo que con esta estructura y estas personas, con humildad y trabajo, se sacará adelante. Eso siempre se lo escuchaba a José Antonio Ruiz Almenara, con quien he trabajado mucho: humildad y trabajo.

¿Cuál cree que es la principal fortaleza del PSOE en estos momentos y la principal debilidad?

Nuestra fortaleza es que estamos en la calle y somos los pueblos. Ayer en el congreso, la compañera que no está cogiendo aceituna está preparándose las oposiciones y el que no, tiene un bar o una tienda. El contacto del día a día de un pueblo te permite detectar las situaciones más vulnerables rápidamente. Y la debilidad es que en Córdoba hay mucho que trabajar. Los datos socioeconómicos, laborales, las comunicaciones... Los problemas son los que son pero cada partido tendrá prioridades para solucionar unos u otros.

¿Cree que ha quedado bien representada la amplia familia socialista, hay suficientes alcaldes, están todas las sensibilidades?

Sinceramente, y aunque pueda parecer autocomplaciente, creo que sí y si alguien no se siente representado es a la primera persona que vamos a escuchar para que sí lo sienta. Si alguien piensa que hay un pueblo que no tiene la suficiente estructura habrá que ver cómo podemos mejorarlo.