Tras un año ausente de tradición belenística en Córdoba, el concurso de la Fundación Cajasur volvió este miércoles a ponerse en marcha para galardonar a las representaciones de los pasajes del Nacimiento que hayan sabido conjugar tradición y originalidad con mayor atino. El público ya puede, por tanto, visitar los 23 belenes y 5 dioramas que asociaciones, peñas, hermandades y particulares han montado teniendo en cuenta que el jurado no valorará tanto la exclusividad de las piezas como la creatividad con la que hayan sido contextualizadas y combinadas.

El modelo napolitano causa gran sensación cada año entre los visitantes, como ocurre con el belén de la Hermandad de la Sentencia, aunque el toque personal de los particulares aporta gran originalidad a la propuesta. Este es el caso de la peluquería Hair Story, cuyos trabajadores lucen con orgullo en su escaparate un nacimiento, con la visita de los magos incluida, de inspiración barroca, para que «combinase con la decoración de la peluquería», comentan a este diario. Adquirieron las figuras en la ya extinta tienda Fidela y ellos mismos han ido fabricando los ropajes aterciopelados de los modelos.

Tradición junto a solidaridad

El belenista Rafael Herrero Barasona, por el contrario, optó por las figuras del artesano madrileño José Luis Mayo para configurar las escenas del belén hebreo con las que la Hermandad de la Sangre espera ganar el certamen. Herrero ha optado este año por recrear «lo más fielmente posible» la natividad, la anunciación de los pastores y la adoración de los magos entre alfareros, pastores y cantareras, oficios de aquella época. «Disfruto con los detalles que trasladan al espectador a aquel momento», explica. Pero lo más gratificante de la iniciativa viene de las donaciones que la hermandad destina a su obra Música para ángeles, con la que financian las terapias que profesionales sanitarios realizan a niños con problemas de desarrollo o autismo. 

Belenes en Córdoba.

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La cantidad obtenida de las donaciones de visitantes al belén de San Hipólito irán, de igual modo, dirigidas a una casa de acogida que los jesuitas mantienen en Cruz Conde para la reinserción de las mujeres víctimas de trata y, de nuevo, este objetivo es una motivación para sus artífices más allá de hacerse con el galardón principal, que nunca han logrado pese a haber obtenido segundos o terceros premios. Su belenista, Antonio Chacón, ha combinado efigies artesanas de José Luis Mayo, Moisés Halcón y José Ángel Oviedo para dar vida al belén hebreo que luce imponente junto a un diorama, también dentro de concurso.

En el convento de Santa Marta han apostado fuerte con un diorama inspirado en un cortijo andaluz, tan entrañable como cuidado en sus detalles de copas de cristal en la zona de taberna o jarapas naturales en miniatura sobre las paredes, donde se apoya un San José de aspecto campechano junto a una Virgen sencilla que sostiene con amor a su recién nacido. Esencia andaluza para una tradición insustituible.