Corflight es una academia de pilotos con sello cordobés. En sus 18 años de trayectoria han formado a más de 1.200 alumnos, algunos de los cuales son hoy comandantes de grandes compañías aéreas. Tal y como explica su gerente, Javier Ortiz, desde que abrieron sus puertas la escuela ha ofrecido la posibilidad de obtener la certificación de todos los cursos que permite aviación civil, "estamos autorizados a través de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, AESA, y nuestra principal función es formar a pilotos profesionales que se quieren dedicar a trabajar en línea aérea, en extinción de incendios forestales o en aviación ejecutiva", explica. También, para aquellos que la aviación sea una afición, ofrecen cursos de piloto privado. El abanico es amplio.

Cuando se habla de piloto comercial hay que entender que la licencia que se otorga permite realizar todo tipo de vuelos. "Nuestros alumnos, cuando acaban pueden llevar un avión de pasajeros o una avioneta de fumigación, por ejemplo", apunta Ortiz. La formación habitual suele durar entre 18 y 24 meses, "dependiendo de la dedicación que cada uno tenga". Según manifiesta el gerente, el perfil medio de sus alumnos apunta a chicos jóvenes, entre 18 y 25 años, y "de los 140 matriculados que tenemos en este curso un 10 por ciento son chicas". Respecto a los requisitos previos necesarios para poder acceder, explica la jefa de Enseñanza y Vuelo, Paloma Requena, que estos deben ser tener un mínimo de 18 años y el reconocimiento médico "clase 1". En cuantos a estudios, "se puede acceder con bachiller y si no, se hace un examen de acceso". Eso sí, el nivel de inglés tiene que ser muy alto: "Yo no puedo ya examinar a nadie que no tenga el nivel cuatro de inglés", señala. El día de la prueba viene un examinador de AESA y les hace la prueba que se divide en tres partes, "una conversación normal, otra de comunicaciones donde uno hace de torre y otro de controlador y unas escuchas". 

Alumnos y profesores de Corflight, la escuela cordobesa de pilotos comerciales FRANCISCO GONZÁLEZ

Diferentes escuelas

Además de Corflight en Córdoba hay otras dos escuelas de pilotos, Patria (finlandesa) y Greybird (danesa). La principal diferencia entre la autóctona y las foráneas es que estas últimas solo ofrecen una parte del total que comprende la formación completa para ser piloto comercial, pero también el concepto en sí de la escuela. Así, explica Javier Ortiz que en el caso de Patria se trata de una academia gubernamental donde forman pilotos tanto comerciales como militares, y "aquí reciben una formación muy específica en un tipo de avión monomotor para aprovechar el buen clima de Córdoba, algo que no pueden hacer en su país". Por otra parte, Greybird "sí puede ser una escuela más parecida a nosotros en el sentido de empresa privada pero los cursos son diferentes. Ellos dan una formación integrada, es decir, allí solo puedes terminar siendo piloto comercial mientras que la que damos nosotros es modular, donde nos ajustamos a la necesidad o preferencias del alumno". 

Un alumno con la jefa de Vuelo, Paloma Requena, en una zona del aeropuerto FRANCISCO GONZÁLEZ

La emoción del vuelo

El curso consta de 14 asignaturas en las que se abordan materias como meteorología, conocimiento general de la aeronave, derecho, reglamento, instrumentación, navegación, factores humanos (medicina), matemáticas, física... etcétera, pero sin duda la parte que más gusta a los alumnos es la práctica.

Esta escuela cuenta con dos simuladores de vuelo, uno de ellos de reciente adquisición que, como explica la jefa de Vuelo, "incorpora una aproximación instrumental -que se va a implantar a nivel mundial- y representa una cabina real de un Airbus 320 "porque muchos de los alumnos se van a presentar en compañías que operan con ese modelo y así realizan sus prácticas en ese tipo de avión".

Apunta Ignacio Fraile, instructor de vuelo de la escuela, que "nosotros en todos estos años hemos notado que la de piloto es una profesión muy vocacional". Explica este profesional que la primera vez que los alumnos realizan su propio vuelo "es una experiencia maravillosa", primero acompañados del instructor para después "volar solos". A partir de 15 o 17 horas de prácticas de vuelo ya están listos "para soltar", asegura Paloma Requena, quien añade que "un piloto comercial que consigue su licencia debe tener acumuladas 200 horas de vuelo".