El mundo cofrade de Córdoba ha recibido con entusiasmo y escepticismo a partes iguales la noticia de que la próxima Semana Santa habrá procesiones con costaleros, aunque creen que es necesario que las autoridades sanitarias y el Ayuntamiento de la ciudad concreten un protocolo "mucho más realista". Una de las cuestiones que más polémica han suscitado es la propuesta de que bajo los pasos se mantenga la distancia de seguridad.

Ángel Carrero, capataz en la hermandad del Traslado al Sepulcro, de la Expiración y de San Rafael, coincide con otros compañeros en que es algo "inviable". En su opinión, "la propuesta planteada, de la que nos hemos enterado por los medios, no se puede llevar a cabo tal y como está planteada". Además de la imposibilidad de mantener la distancia de seguridad entre costaleros, "porque los pasos pesan lo que pesan y no puedes trasladarlos con la mitad de personas en las trabajaderas", también cree que será difícil que todo el mundo lleve mascarillas durante todo el recorrido "porque a los diez minutos estarán empapadas y no sé siquiera si serán efectivas". Todos los consultados están de acuerdo en que es necesario que quienes procesión en presenten un certificado de vacunación y que se les haga al menos un test de antígenos, pero señalan que hay muchas lagunas en el protocolo que habrá que estudiar y consensuar con todas las partes. Una de las cuestiones es establecer un procedimiento para el caso de que alguien dé positivo después de sacar un paso. ¿Habrá que poner en cuarentena a toda la cuadrilla?, se preguntan, teniendo en cuenta que muchos costaleros salen en más de una procesión.

Juan Berrocal, capataz de El Resucitado, cree que lo mejor sería plantear una Semana Santa sin Carrera Oficial para intentar cumplir algunos de los requisitos que, por seguridad, se han establecido. En concreto, se refiere a la idea de reducir las aglomeraciones de público en espacios con poca amplitud. "Sería conveniente contrapear las procesiones para que no coincidan en la misma zona varios pasos, pero hay que tener en cuenta que salimos a la calle para que la gente acuda a ver sus imágenes y habrá público, aunque estaremos al aire libre". En su opinión, la zona de la Carrera Oficial actual es "una ratonera, un embudo" por lo que "habría que renunciar a colocar palcos y sillas porque la salud está por encima de todo".

Curro Carrión, capataz de ocho hermandades de Córdoba, no es partidario de renunciar ya a la Carrera Oficial, tampoco de salir sin un mínimo de ensayos previos, aunque sí de estar muy pendientes de la evolución de la pandemia y del desarrollo de las procesiones de Gloria que, como la de este sábado de Capuchinos, supondrán "la prueba de fuego". En su opinión, estas salidas más controladas van a ser una especie de prueba piloto con la que evaluar los posibles escenarios a los que se pueden enfrentar en Semana Santa. Él participará este domingo en una procesión en Sevilla, donde estará atento a lo que ocurra. "El procedimiento que se seguirá allí será el de realizar test de antígenos antes de salir, llevar todos mascarillas durante el traslado y eliminar los faldones de los lados en los pasos para que el espacio esté más aireado". El número de costaleros no se reducirá. "Necesitamos un protocolo concreto y realista", afirma Curro, que cree también que "mantener la distancia de seguridad bajo los pasos es algo imposible, irrealizable".

La propuesta municipal de elegir el día de salida no parece muy razonable a la mayoría de capataces. "Nosotros no elegimos qué día salimos, cada procesión sale un día concreto por un motivo", recuerdan, aunque coincidan en que hay que cuidar muy bien los horarios de entrada y salida para evitar concentraciones.

Algunos cofrades, como Curro Ruiz, ex hermano mayor de la hermandad del Resucitado, se quejan de que la propuesta planteada por la Agrupación de Cofradías y el Ayuntamiento salga a la luz sin debate y que no haya estado precedida por una asamblea con los hermanos mayores de las distintas hermandades para consensuar los asuntos más importantes. "Es algo que se ha cocido con los políticos, de espaldas a las cofradías", asegura, mientras indica que lo recomendable sería renunciar este año a la Carrera Oficial. "Podríamos reducir el recorrido de las procesiones por una cuestión de seguridad, pero pasar todos por la Catedral en esta coyuntura nos parece muy complicado", comenta, al tiempo que cree que todo debería estudiarse muy bien porque "si tenemos toros, fútbol y otro tipo de celebraciones, las hermandades no nos podemos quedar atrás".

Ismael Bernes, costalero en dos hermandades o Vicente Mengual, capataz de otras dos, destacan la ilusión de los costaleros por retomar la normalidad aunque insisten en la importancia de hacerlo con la mayor seguridad posible. Todos ponen el acento en la "prudencia y responsabilidad" a la hora de llevar a cabo la misión de recuperar la Semana Santa de Córdoba tal y como la hemos conocido hasta ahora. "Todos tenemos familias y trabajos", explican algunos, "es comprensible que algunos costaleros estén pensando no salir si existe la posibilidad de un contagio". Sin embargo, la mayoría afirma no tener miedo. "Debemos ser cautos y contar con un protocolo que se ajuste a la realidad, pero todos tenemos muchas ganas de salir de nuevo", sentencian, "de momento se dado un primer paso, es un comienzo, pero la cosa está aún muy verde".