El Ministerio de Defensa mantiene sus planes de inaugurar la base logística del Ejército de Tierra, general Varela, en el año 2026 para lo que ha fijado una hoja de ruta con una serie de hitos, que comienzan este mismo año con el estudio geotécnico del suelo, el inicio del cierre perimetral de La Rinconada y la urbanización de la parcela de 85 hectáreas (que tendrá un coste de unos 60 millones), una operación que finalizará en 2022. En 2023, se empezará la edificación de la base, un complejo con 9 grandes edificios, que concluirá en el primer trimestre del 2026. Además a mediados del 2023, el Ejército empezará a trasladar el equipamiento y a hacer acopio de materiales, al tiempo que debe mantener la actividad de la decena de centros logísticos que seguirán en funcionamiento hasta su traslado definitivo en 2026 a esta macrobase. 

El general García de las Hijas y el general Ruiz Alonso fueron los encargados de explicar a la ministra Robles, durante su visita a Córdoba, y a los asistentes al acto, celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Córdoba, el proyecto de base logística que aspira a convertirse en «el hub logístico del flanco sur de Europa», que pueda ser utilizado por la OTAN y la Unión Europea. El objetivo de la macrobase es dar soporte a la Fuerza 35 para situar al Ejército español en la élite con la revitalización de su parque logístico, para hacerlo más moderno y proactivo.

La macrobase, situada a 20 kilómetros de Córdoba, estará formada por 9 edificios con un centro de operaciones, un centro de calibración y ensayos, un centro de software y un centro de eficiencia energética que hará de la base un espacio «completamente verde», sostenible y de autoconsumo. Además contará con un área de servicios, que dará cobertura a 1.600 trabajadores con alojamientos y comedores, incluyendo un museo, en el que se contará la historia del Ejército en las últimas décadas y que quiere abrirse a la visita de colegios y organizaciones.

Asimismo, la macrobase contará con dos edificios emblemáticos: un centro de abastecimiento, en el que trabajarán 750 personas e incluirá un almacén robotizado y otro clásico que albergarán el armamento y el material; y un centro de mantenimiento de 100.000 metros cuadrados, una capacidad para 850 bóxer de trabajo y entre 800 y 900 personas, que mantendrán y repararán la flota militar.

Te puede interesar:

El Ejército de Tierra, que mantendrá como base secundaria la de Colmenar Viejo, entiende que el proyecto «no solo suma sino que revoluciona el sistema logístico». El reto, además, es construir la base de Córdoba mientras siguen funcionando el resto de centros y formar al personal que trabajará en la base. En este sentido, los militares han recordado a la ministra la necesidad de lanzar ofertas públicas de empleo para el Ejército durante 5 o 6 años con 100 o 150 personas por anualidad.  

La base será inteligente (punta de lanza de la industria 4.0), estará hipersensorizada y se convertirá en un proyecto tractor, una oportunidad, para empresas sobre todo de telecomunicaciones y electrónicas. «Lo que queremos, no lo hay en Europa. Un hub para que lo pueda usar la OTAN lo la UE», concluyó el general Ruiz Alonso.