Julio Anguita González nació en Fuengirola en 1941 pero pronto llegó a Córdoba, de donde era la familia de su madre. Fue maestro de profesión, se licenció en Historia Moderna y Contemporánea y estudió hasta sus últimos días. Es conocido que renunció a su paga vitalicia de exparlamentario y se jubiló como profesor del IES Blas Infante. «Tengo una pensión de 1.848 euros, un Seat León y un ordenador. ¿Para qué más?», dijo en una entrevista.

Hasta el 16 de mayo del 2020 fue un hombre coherente, íntegro y honesto, cualidades que demostró en su dilatada trayectoria política, como alcalde de Córdoba entre 1979 y 1986 (primero con un gobierno de concentración y después con mayoría absoluta), como secretario general del Partido Comunista de España (PCE), al que se afilió en 1972, a lo largo de una década (desde 1988 a 1998) y como coordinador general de Izquierda Unida (desde 1989 al 2000). Dejó la Alcaldía de Córdoba por el Parlamento andaluz, donde estuvo de parlamentario autonómico entre 1986 y 1989 (IU obtuvo el 18 % de los votos y 19 escaños), cuando dio el salto a Madrid. Fue diputado y portavoz de IU en el Congreso de los Diputados hasta abril del 2000. Además, publicó varios libros como Corazón rojo, Combates de este tiempo y Otra Andalucía.

De la política institucional lo retiró una afección cardíaca, el talón de Aquiles de El Califa Rojo, pero siguió participando en plataformas y colectivos (Colectivo Prometeo o Frente Cívico Somos Mayoría) e influyendo en la vida política nacional, como prueba tanto el nacimiento de Podemos como su apuesta por la unidad de la izquierda bajo el paraguas de Unidas Podemos.

Julio Anguita es considerado una figura clave de la Transición, defensor convencido de una España federal y republicano fervoroso, fue un incansable artífice de la permanente refundación de la izquierda. «No soy comunista de misa y olla, reivindico mi parcela de libertad de pensamiento», afirmó este comunista de espíritu ácrata. El español lúcido del siglo XX que prolongó el marxismo al siglo XXI. El 16 de mayo, coincidiendo con el año de su fallecimiento, el Ayuntamiento confirmó la evidencia y lo nombró hijo adoptivo de la ciudad a la que más quiso. H