Con la cercanía de esos aires únicos de su Rute natal, Francisco de Paula Sánchez Zamorano, presidente de la Audiencia Provincial se ha valido de una vida y su memoria para ser este viernes, en Los desayunos de Diario CÓRDOBA, testigo -en esta ocasión- de los entresijos de la justicia, su vinculación con la literatura y su ideario para hacerla adecuada a los tiempos de la sociedad que surca.

¿Qué opina de la llamada pena del telediario?

Creo que es una pena muy tremenda, todo el mundo tiene derecho a defenderse y todo el mundo tiene derecho a la presunción de inocencia. De hecho hay una denuncia puesta por una infracción a determinadas autoridades políticas que hicieron unas declaraciones como consecuencia de este hacer último, que salió en televisión, de Rocío Jurado, una supuesta infracción de una directiva de la Unión Europea, concretamente del artículo 4 de las directivas de 2016/343, por condenar públicamente a una persona sin que previamente esté condenada por un tribunal. Por lo tanto, mi juicio es negativo. 

¿Recuerda, en Córdoba, el caso mediático de Bretón?

Fue un caso mediático, pero yo creo que se llevó bien, desde el punto de vista de la prensa y desde el punto de vista de la respuesta que luego dio el tribunal, que fue un tribunal de jurado con un grandísimo magistrado que ahora está en la sala de lo penal del Tribunal Supremo y que se llevó, desde el punto de vista del aparataje mediático, muy organizado. Con la labor de quien estaba de presidente, en este caso Eduardo Baena. Eso es una cosa y otra lo que se está viendo últimamente en televisión.

En su presentación aludió a sus prolíficas actividades literarias, muy vinculadas también a Rute, a través de Ánfora Nova. Le conocemos su faceta como novelista y poeta. Sin embargo, su obra rara vez tiene relación con el mundo del derecho. ¿En qué género se siente más cómodo a la hora de escribir: la novela, la poesía o la sentencia?

No son géneros tan alejados. Yo tengo una historia sobre una aproximación a la justicia de la literatura. La literatura y el mundo jurídico son vasos comunicantes. Hay muchos escritores que son abogados, que son de la rama de la justicia y viceversa. O sea, que están muy conectados. Por las salas de justicia pasan cosas buenas, cosas malas, pero pasan todas las miserias del ser humano. Pasan los problemas, los conflictos. Y eso va calando, el juez va empapando en su memoria todo eso. Y eso se erige para el que tiene inquietud literaria en una fuente de inspiración. A mí me gusta más escribir una novela que una sentencia, pero primero es la obligación. Antes la obligación que la devoción. Tengo muchas conferencias desde el punto de vista jurídico, pero no he escrito ningún libro, tratado como libro jurídico.

Si le dieran luz verde y dotación económica para reformar la justicia en la provincia,  ¿por dónde empezaría?

Ha habido muchos conatos desde el año dos mil y pico de instaurar los tribunales de instancia. Voy a decir una cosa aquí que puede resultar políticamente incorrecta, pero yo creo que hay que decirla. En primer lugar, reestructurando los partidos judiciales, aunque los alcaldes se pongan de uñas conmigo. Vamos a ver, dos jurados en Cabra, a ocho kilómetros tres juzgados en Lucena, juzgado de Priego, con su plantilla de funcionarios solamente para ellos, de tal manera -lo hemos visto en Montilla-, por lo que sea, por las bajas, por los permisos, hemos visto que se queda el juez abriendo las puertas de los juzgados. Eso es inconcebible.

En los juzgados tiene que haber equipos, optimizar los recursos, concentrar los jueces. Los jueces tienen que estar en esos tribunales de instancia. Por ejemplo, aquí en Córdoba podría haber tres tribunales nada más de instancia, con las diversas ramas: uno en el sur, otro en la zona norte y otro en el centro. Y, por supuesto, comarcalizar muchas cosas. Está provincializado el de menores. El de violencia de género no está de más, ha habido conatos de comarcalizar, pero es inviable porque no dan los números. Provincializar la violencia de género creando un juzgado especializado en Córdoba, más el existente, para que lleve toda la violencia de género de la provincia, le quitaría muchas perturbaciones a los juzgados. Hoy no hay distancia, la autovía parte toda la provincia. Le sale más barato a la Junta de Andalucía proveer a la víctima de un taxi para que aquí sea atendida rápidamente y con equipos, que no esas dispersiones en los juzgados. De hecho, violencia de género hay en menores, se está dando y cada vez con más frecuencia. Sin embargo, aquí hay un juzgado de menores en Córdoba con jurisdicción en toda la provincia. 

¿Cuáles cree que son los juzgados, en concreto, que hacen falta ahora mismo en Córdoba?

A la Audiencia Provincial hay que, bueno, en cláusulas suelo hace falta reforzarla. Porque todo el tema de la avalancha de demandas por el tema vulgarmente conocido como cláusulas suelo requiere un refuerzo. En la Audiencia Provincial, la sesión civil necesita un magistrado, la sesión penal necesita otro magistrado más, los juzgados de primera instancia necesitan, al menos, tres juzgados más. Pero hablo de juzgados porque no está implantado ese diseño nuevo de la justicia y, mientras no se implante, hacen falta juzgados o jueces.

¿Qué cree que puede pensar de la justicia un ciudadano al que le están fijando juicios para el año 2024?

Pues que se acuerda del árbol genealógico del juez, pero no se acuerda del árbol genealógico del legislador, por ejemplo. ¿La culpa quién la tiene? ¿Cómo puede un juez señalar a tres años vista? Eso es una barbaridad, eso es un desastre. Pero claro, no se fija a tres años el juicio porque el juez quiera o porque el juez esté vagueando dentro del juzgado, sino porque no hay jueces suficientes ni funcionarios suficientes para darle a eso una agilidad y que se vea. La justicia, ni inmediata ni tardía, un término medio. Señalar a dos o tres años vista, y asuntos importantes, me parece una verdadera barbaridad.

¿Perjudica a la justicia que distintas administraciones tengan competencia sobre la misma (Consejo General del Poder Judicial, Ministerio de Justicia, comunidad autónoma? ¿Qué propondría al respecto?

Devolver las transferencias si fuera posible. Eso distorsiona muchísimo. En esto pasa como en Defensa, la unidad es fundamental para conseguir la mejor coordinación. Es difícil coordinar las administraciones autonómicas por un lado, el Ministerio de Justicia por otro, el Consejo General por otro. Es complicado. 

Relacionado con la pandemia, ¿está preparada la justicia en Córdoba para el teletrabajo?

No, no está todavía. Hace falta el expediente digital, hacen falta muchos más avances. Yo sé que se están haciendo todos los esfuerzos. Yo no digo igual que la Agencia Estatal de Administración Tributaria, que lleva 40 años modernizada. Pero que, por lo menos, a la justicia se le tome en este sentido mucho más en serio y se le dote de los mecanismos de las nuevas tecnologías para gestionar con más rapidez y con más agilidad el proceso. No estaría de más que, cuando llevan a un detenido al juzgado, el juez de guardia pueda desde su ordenador ver en todos los juzgados de España qué diligencias se le están instruyendo a esa persona en ese momento. Y eso es relativamente fácil. Hacienda lo tiene. Que se nos ocurra deberle 100 euros, de momento te detectan. 

¿Influyen los comentarios de los políticos en la desconfianza de los ciudadanos con la justicia?

Sí, por desgracia. La justicia es independiente. Y el Consejo también funciona con autonomía aun con eso que dicen de que unos proceden de aquí, de allá. Yo, en mi vida profesional, jamás me he encontrado que al otro lado del teléfono esté alguna persona, algún político, diciéndome, aunque sea con disimulo, que es lo que tengo o debo de hacer en un determinado caso. Creo que ningún compañero ha tenido esa experiencia. Por lo tanto, el ciudadano tiene que tener tranquilidad. Lo que ocurre es que los comentarios y todas estas cosas que se montan hacen un flaco favor a esa confianza que debe imperar en la justicia. Y el ciudadano muchas veces queda desconcertado. 

¿Cree que los ciudadanos acuden con demasiada facilidad a los tribunales en lugar de intentar solucionar los conflictos a través de los sistemas de arbitraje o mediación?

Sí, pero forma parte un poco de la idiosincrasia del español. Creo que todavía hay una frase atávica, lorquiana, de la España más profunda, de ante cualquier conflicto decir: “Te pongo en el juzgado, nos vemos en el juzgado”. Además pierden todos. Pleitos tengas y los ganes. A veces salen las cosas redondas, pero otras veces están los profesionales, de los que se vale cualquier parte, que si no hay condenas en costas -tú ganas la demanda, pero no hay condena en costas del contrario- tienes que pagar a la demanda. A lo que has ganado tienes que declararle lógicamente los honorarios de los profesionales de los que te has valido para llevar tu defensa ante el tribunal.

¿Conocen los tribunales las leyes que nos rigen?¿Falta formación legal en la sociedad?

Los ciudadanos son más listos de lo que uno cree y aún cuando sean profanos en la materia. A veces se dejan llevar por muchas opiniones. Yo tengo una experiencia muy positiva con el tema del ciudadano y su visión de la justicia. No sé si lo hacen otros magistrados, yo lo he hecho. Cuando he presidido tribunales de jurado -al jurado normalmente van las cosas más escabrosas-, han terminado, han dictado el objeto del veredicto. Presidir un jurado es complicado, porque tienes que estar sin influir pero llevándolo todo -el objeto del veredicto tiene que estar muy clarito para que respondan los ciudadanos bien-. Cuando ya han acabado y han soltado el veredicto, se les ve relajados, porque, la verdad, muchos están tensos, además muchos no quieren asumir esa carga pero no hay más remedio, yo les pregunto: ¿Ha cambiado la concepción que ustedes tenían de la justicia, de la que tienen ahora después de eso? Sí. Radicalmente y en positivo. Dicen esto es una cosa muy seria, esto es muy complicado.

Modestamente, en la medida de mis posibilidades en los casos, que habré tenido 14 o 15 casos de jurado, he hecho escuela de ciudadanía y he notado la receptividad de los componentes del jurado, que han sido de lo más diversos (licenciados con carreras universitarias, amas de casa, personas que apenas sabían leer) y me ha funcionado bastante bien. El ciudadano ve las cosas. Pero, por eso, cuando se lanzan esos mensajes equívocos a través de los medios -no por los medios, que son meros transmisores de la realidad social- el ciudadano se queda muchas veces, por emplear una expresión vulgar, mosqueado.

Entonces, ¿podemos decir que el ciudadano confía en la justicia?

Cuando el ciudadano ha tomado contacto con la justicia, confía más. Y con independencia de cómo le haya salido el pleito. Lo que pasa es que si lo ha perdido, bueno…

¿Cuál es la fórmula que tiene Rute para que dé presidentes de la Audiencia, secretarios de estado de Interior, presidentes de la Diputación?

Será el agua, será la sierra, será el viento. Serán los paisajes tan profundos y tan bonitos. Yo creo que son de los más bonitos de España, porque esa mezcla de lomas de olivares con sierra... Se va uno para el norte, mucho vino, mucho verde, pero esa mezcla de los ocres, el olivar, las cañadas, los montes, las encinas -que por suerte están quedando, se están protegiendo- es una verdadera maravilla. La gente bebe del paisaje y ese paisaje tan bueno, tan potente, hace potente a la gente que se ha criado en ese paisaje.