En 1956, el arquitecto Rafael de la Hoz proyectó el chalet Canals en la carretera de la sierra, un par de curvas después de la Huerta de los Arcos y poco antes de El Cerrillo. Con algunas modificaciones sobre el proyecto original y con la parcela sobre la que se ubica con nuevas construcciones que han ido completándola, aquella vivienda para la familia del doctor Diego Canals sobrevive como una de las muestras más singulares de la arquitectura contemporánea. Hasta el espectador más desinteresado podrá percibir cómo la belleza de su arquitectura transmite bienestar. Con un simple vistazo a sus jardines o a las terrazas, amplias y soleadas, se explican los beneficios del espacio abierto para aquellos que han podido disfrutar de ello durante el confinamiento. Terrazas amplias y tabiques de cristal, útiles para ver sin tocar. Así, a través del cristal, es como está realizada la fotografía que ilustra este artículo. En ella se ve a Isabel Rodríguez sosteniendo la mano de Francisca Álvarez, que saludaba a la cámara y sonreía en mitad de la luminosa mañana del pasado viernes.

[Sigue aquí en directo las últimas noticias sobre el coronavirus en Córdoba]

Entrar en una residencia de ancianos en estos tiempos del covidcovid conlleva tomar todas las precauciones posibles. Al llegar, una familiar habla con una residente. La primera se ha quedado abajo, en los jardines; la anciana, desde la barandilla de la terraza de la planta superior. En el interior, algunas señoras conversan sentadas en sus sillones, mientras la televisión está encendida y un señor echa un sueñecito en su silla de ruedas.

La planta superior de este inmueble es una sala diáfana acristalada en la que el peso del techo se soporta en un único punto, una chimenea que divide en dos el espacio: hacia un lado, el salón, y hacia otro, el comedor. Mirar desde el otro lado del cristal es asomarse a la vida tranquila de los residentes y sus cuidadoras; estas últimas, pertrechadas de trajes de protección y mascarillas. Mirar desde el cristal impide saber algo más de sus historias, quienes son, qué hicieron, cómo viven la pandemia. En la terraza, junto a unas mesas en las que hay botes de gel hidroalcohólico, unas tumbonas esperan a que suban un poco las temperaturas para que los mayores salgan al sol. Una enredadera de hoja caduca da fe de la estación en la que estamos. Gallardo elogia el espacio, pero tiene un hueco para dos reivindicaciones, una dirigida al Ayuntamiento de Córdoba: «Esta callle es la que paga mas IBI de la ciudad y no tenemos iluminación»; y otra para quienes suelen pasar en coche: se circula muy rápido. Vayan despacio, si pasan por allí.