El Pleno se empantanó ayer en el debate de temas nacionales, orillando los asuntos municipales, en la última sesión ordinaria del año que, como casi todas las demás, retrató a una Corporación incapaz de llegar a acuerdos en casi ningún asunto. La sesión se inició a las 11.35 horas (previa ronda de comparecencias de los portavoces), terminó a las 20.34 horas (con una hora de descanso para que los concejales pudieran comer) y los temas de ciudad (alumbrado, movilidad, participación, quejas vecinales, ayudas anticovid, los filtros HEPA que se prometieron para los colegios...) se despacharon en el apartado de ruegos y preguntas, cada vez más intenso. Un apartado al que solo llegan ya, tras 8 horas de sesión, los valientes.

Así las cosas, el Pleno debatió asuntos como la nueva ley de educación o ley Celaá (PP, Cs y Vox instan al Gobierno central a modificarla); la financiación de la dependencia (PP, Cs y Vox piden al Gobierno central más recursos económicos para sufragarla); el dumping fiscal de Madriddumping o la autonomía financiera de las comunidades autónomas, o la inmigración ilegal la inmigración ilegal(una propuesta que llevaba Vox y se tumbó).

La interventora, el alcalde y el secretario, al inicio de la sesión. Foto: A.J. GONZÁLEZ.

Se trata de mociones que las sedes centrales de los partidos (todos) remiten a los ayuntamientos para que sus representantes locales repliquen en los municipios debates nacionales, para prolongar el eco mediático de los mismos. Normalmente, estas cuestiones pasan por instar a hacer algo a una administración superior, ya sea la Junta de Andalucía, el Gobierno central o la Unión Europea, porque el ayuntamiento en cuestión no tiene competencia para resolver el conflicto puesto encima de la mesa.

Sirva de resumen de la cuestión las palabras que pronunció la concejala popular Eva Contador al referirse a la moción sobre inmigración, pero que podrían haber servido para cualquiera de los otros asuntos abordados ayer y llevados al pleno de Córdoba por otras fuerzas políticas: «La moción no hay por donde cogerla, la habéis metido con calzador en Córdoba», le espetó la concejala de Participación Ciudadana a los concejales de Vox.

En un plano más doméstico y precisamente en las dos únicas mociones que reunieron el consenso unánime del salón de plenos (una propuesta por el PSOE y otra, de manera conjunta, por IU y Podemos), el Pleno dio luz verde a ayudas específicas para el sector de la cultura --que fue como las vacunas de recuerdo, porque ya se aprobó una muy similar en junio sobre un plan de reactivación del sector-- y para el deporte base cordobés, que recibirá subvenciones para financiar los gastos extras que han tenido que asumir por el covid o han dejado de ingresar por el mismo motivo estas asociaciones deportivas. Asimismo se logró aprobar, con solo la abstención de PP y Cs, una moción de apoyo al pueblo saharaui moción de apoyo al pueblo saharauiante los últimos ataques de Marruecos en el Guergerat.

Subrayar, eso sí, que la cercanía de la Navidad pareció imprimir entre los ediles un bálsamo de serenidad y, salvo algunas tensiones dialécticas propias del debate, la jornada se desarrolló sin incidentes. Los únicos problemas que hubo fueron de tipo técnico, ya que la sesión sigue teniéndose que celebrar de manera telemática (parte de concejales acuden al pleno y parte intervienen desde sus casas o despachos) y hubo por la mañana varios cortes de luz en Capitulares que provocaron cuelgues del sistema y el fallo de la red de wifi. El pleno de diciembre estuvo precedido de las protestas de Policía Local y de comerciantes y hosteleros de la Judería que piden ayudas por su situación.