Sin olvidar la desigualdad entre hombres y mujeres que aún reina en nuestra sociedad, hay claros ejemplos que demuestran que el sexo masculino se está implicando en el cuidado de los hijos y el hogar, dejando a un lado la paternidad tradicional, los complejos y los prejuicios durante estos días de confinamiento por la expansión del coronavirus. Es el caso de ejemplos como el de José Paulo, cuya fuerza y energía ha sido fundamental para sacar a su familia de una difícil situación anímica; el de Rafael Bernabéu, que cambió su trabajo por el de amo de casa para que sus hijos y su hogar estuvieran bien atendidos mientras su mujer continúa con su actividad profesional, o el de Francisco Carmona, que asume mucho más que su esposa el cuidado del hogar, ya que el trabajo de su mujer la obliga a viajar continuamente. En este atípico Día del Padre, estos progenitores son los protagonistas

Rafael Bernabéu se convirtió en amo de casa hace unos tres años, una decisión que tomó cuando después de ser despedido de la empresa Eroski empezó a trabajar como repartidor en jornadas de seis de la mañana hasta las nueve de la noche, lo que le impedía ayudar en su casa y, lo que es más importante, ver a sus hijos, de 10 y 5 años. Su mujer es inspectora en Sadeco y ambos decidieron que, por el bien de la familia, lo mejor era que uno de ellos dejara su trabajo. “Al principio, después de veinte años trabajando, la situación me resultaba chocante, pero después me he ido acostumbrando y lo llevo muy bien”, asegura este padre, que cada día se ocupa de levantar a sus hijos, darles el desayuno, llevarles al colegio, darles la comida, acompañarles a las actividades extraescolares y ayudarles con las tareas, además de la intendencia de la casa. Aunque es una situación bastante anómala, Bernabéu asegura que esto no le genera ningún complejo, al contrario, se siente "orgulloso" de poder aportar más tranquilidad a su familia. “Antes no veía a mis hijos y estaba perdiendo el contacto con ellos”, y ahora “los disfruto mucho” y la experiencia está resultando “muy positiva” para todos, aunque no pierde la esperanza de que volver a la vida laboral. Actualmente vive el aislamiento con sus hijos, a quienes trata de entretener con juegos, haciendo las tareas del colegio y "subiendo a la azotea del edificio para hacer algo de ejercicio”.

Rafael Bernabéu, que cambió su trabajo por el de amo de casa para que sus hijos y su hogar estuvieran bien atendidos mientras su mujer continúa con su actividad profesional. FOTO: CÓRDOBA

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Ligeramente distinta es la situación de Fran Carmona, que aún sigue trabajando, pero con jornada reducida. A esta decisión llegó porque su mujer tiene una profesión que la obliga a viajar constantemente, por lo que el cuidado de los niños, de 9 y 6 años, se hacía “muy complicado”. Carmona es militar y pasa mucho más tiempo en casa que su esposa, por lo que se encarga de todo lo relacionado con sus niños, lo que vive “sin ningún complejo”. “Lo veo absolutamente normal en esta situación, y no tengo problema de asumir el rol de la mujer de antaño”, dice Carmona, que subraya que “igual que ella es madre, yo soy el padre, y repartimos la responsabilidad en función de lo que cada uno puede aportar”. Habitualmente, recoge a los niños del colegio, se ocupa de sus tareas, los lleva a sus actividades extraescolares y después vienen los juegos. En estos días de encierro en casa, asegura que los pequeños, por ahora, “lo llevan bien” y hacen sus tareas con la ayuda de los profesores, “que se lo están tomando muy en serio”, agradece Carmona.

Los problemas en casa de José Paulo se acrecentaron cuando su hija Nazaret se quedó embarazada con 14 años, en un momento en el él y su esposa estaban en paro, casi sin recursos y con muchos problemas psicológicos. Desde Cic Batá, a través CaixaProinfancia, se atendió a Nazaret en refuerzo educativo y se ofreció apoyo psicoterapéutico a Pepe y su esposa. A fecha de hoy la situación laboral ha mejorado, Pepe tiene empleo estable, Nazaret se ha sacado la ESO y la familia empieza a ver la luz. Y en esta evolución positiva Pepe, que padece la enfermedad de crohn, ha sido una pieza clave por su perseverancia para conseguir sacar adelante a su familia a pesar de todas las adversidades. “Mi mujer también es muy luchadora y trabajadora, pero cuando se queda en paro se viene abajo”, comenta Paulo, que siempre se “mantiene en pie” y nunca tira la toalla ante las complicaciones. Además de Nazaret, el matrimonio tiene otro hijo y ahora disfruta de una nieta de casi cuatro años con la que se deshace en elogios ya que Nazaret “está inculcando todos los valores que nosotros le transmitirnos a ella”.

“Siempre he tenido mucho coraje y no hay nada por encima de mis hijos”, dice Paulo, que vive el confinamiento provocado por la crisis del coronavirus rodeado felizmente de su familia , con la que celebrará el Día del Padre cuando “todo esto pase”.

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