Desde enero hasta julio de este año en España se han contabilizado más de 200 casos de sarampión, de los que solo seis se han registrado en Andalucía, frente al centenar de Cataluña. En Europa ha habido 90.000 casos hasta junio. En Andalucía la tasa de cobertura vacunal frente al sarampión de 0 a 3 años es muy alta, del 97%. Cuatro países europeos (Reino Unido, Grecia, Albania y República Checa) perdieron en el 2018 el estatus de país libre de sarampión que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), al registrar un alto número de casos.

El sarampión es una enfermedad vírica, muy contagiosa, causada por un virus, que afecta sobre todo a los niños, y que se suele transmitir a través del contacto directo y del aire. Sus síntomas más frecuentes son fiebre, un cuadro catarral y manchas en la piel.

El director del Plan de Vacunaciones Andaluz, David Moreno, explica que generalmente el sarampión no produce complicaciones, pero si se compara con otras enfermedades infecciosas clásicas de la infancia, produce síntomas en mayor grado que el resto. Las complicaciones agudas son fundamentalmente otitis, neumonía y encefalitis (inflamación del cerebro). La neumonía y la encefalitis tienen capacidad de producir la muerte, como se está comprobando en países europeos que están contabilizando un alto número de casos de sarampión. David Moreno recalca que a quienes sobreviven a una encefalitis les puede quedar como secuela permanente sordera, ceguera o retraso psicomotor. Este experto indica que la recomendación de que la población esté vacunada frente al sarampión es especialmente importante para el personal sanitario porque tiene más posibilidades que la población general de contactar con pacientes con la enfermedad y de transmitirla a enfermos.