El socio minoritario de la sociedad Cervecerías Gran Capitán, la empresa que se encuentra detrás de la marca Gaudí, Ángel Pérez Hornero, informó ayer de que ha llevado ante la Justicia la compraventa de en torno al 80% de las participaciones realizada por sus socios en julio del año pasado, por un importe de unos 8.000 euros, «lo que vale la máquina de café», subrayó.

Esta operación, por la que Francisco Gutiérrez se convirtió en socio mayoritario y también es administrador, está siendo abordada en un proceso judicial y Pérez Hornero señaló que le fue comunicada a través de un notario, pese a ser en esos momentos el administrador único de la sociedad. De este modo, destacó que, según los estatutos, tendría que haber sido informado de la intención de vender, para convocar una junta general de accionistas y permitir que el socio que no estuviera de acuerdo ejerciera su derecho de retracto, pero «ese trámite lo omiten». Pérez Hornero, que es uno de los socios fundadores de Gaudí, manifestó ayer que no está de acuerdo con la compraventa «por la sorpresa, por la inoportunidad y por la persona a la que se lo venden», ya que «su currículo hacía aconsejable no venderle las participaciones». Por esto, informó a sus socios, también mediante notario, de que «no reconozco a Francisco Gutiérrez como socio y no estoy de acuerdo con la venta», e interpuso una demanda al considerar que «fue fraudulenta».

En cuanto al cierre del establecimiento, comentó que «era la crónica de una muerte anunciada, desde que vendieron sabía el desenlace final y se lo dije a los trabajadores». La plantilla, según indicó, lleva dos meses sin cobrar su salario y algunos profesionales trabajan en Gaudí desde hace más de dos décadas.

Pese a que la persiana está bajada desde ayer y a que Francisco Gutiérrez ha anunciado la intención de presentar un concurso de acreedores, el socio minoritario afirma que «jugando a ser adivino, estoy convencido de que no pasarán muchos días y se volverá a abrir con nombre y apellido, se llamará Gaudí by...».