Parte de los restos de Soledad Donoso, la joven que falleció de forma violenta en 1992 y cuyo cadáver fue hallado junto al río, han desaparecido. Al menos, de momento, "nadie sabe dónde están" tras un periplo por dependencias judiciales y policiales, aseguró ayer su hermana Marta. La familia, que lo tenía todo dispuesto para darles sepultura a las nueve de la mañana --ramos de flores y párroco incluido para oficiar una misa-- se encontró en el mismo cementerio de San Rafael que la Policía solo le hacía entrega de tres huesos, sin explicación alguna sobre dónde se encontraba el resto. "Esto es macabro", declaró consternada María del Mar, otra de las hermanas. "Es una vergüenza", añadió la madre, Carmen Toscano, tras tener que suspender el entierro.

Según el relato de la familia, después de que se archivara el caso por segunda vez el pasado diciembre, se le comunicó que se le entregarían los restos que se exhumaron para analizar tras la reapertura del asunto en el 2012, acordando el día de ayer para su inhumación. Sin embargo, a las nueve de la mañana, familiares y amigos se toparon en el cementerio con la desagradable sorpresa de que la Policía, además de una caja con "piezas de convicción" (unos mechones de pelo, restos de uñas y ropa), le entregaba otra que, según el informe que la acompañaba, solo contenía tres huesos: dos fémures y un húmero, a pesar de que en su día se exhumó "el cadáver completo, excepto una mano".

La familia se negó entonces a recibir la caja y, junto a su abogada y los agentes de la Policía, se desplazó al juzgado de Instrucción 7, encargado del caso, para resolver el entuerto. Una vez allí, según la letrada Penélope Castejón, la jueza se negó a recibirlos e incluso salió al pasillo para conminarlos a abandonarlo. Al preguntarle indignados de quién era la responsabilidad de que no se hubieran entregado todos los restos, la magistrada respondió que "desde luego de ella no" y añadió que "ahora se va a averiguar dónde están", siempre según el relato de los Donoso. De momento, según la abogada, la jueza libró un oficio para que la Policía volviera a hacerse cargo de los restos y, de su lado, la familia presentó una denuncia en el juzgado de guardia. Castejón explicó que "hemos denunciado la falta de restos cadavéricos y que ha habido una negligencia, así como la falta de atención a la familia por parte de la jueza, ya que hemos sentido indefensión".