La relación personal y política entre las dos facciones en las que se ha dividido el grupo municipal de Unión Cordobesa (UCOR) adquirió ayer carácter de esperpento en la reunión convocada para retirar el sueldo a la concejala de este equipo María José López de la Bastida, porque "no trabaja", según el líder de este partido, Rafael Gómez. El encuentro lo convocó por burofax el pasado 11 de febrero el bando compuesto por Gómez y los concejales Juan Miguel Alburquerque y Aurora Aguilar, que llamó a los concejales díscolos de este equipo, Carlos Baquerín y su esposa María José López de la Bastida, para ese encuentro en el que solo figuraba un solo punto en orden del día: "Propuesta de desliberación de la concejala María José López de la Bastida".

El encuentro se preveía caliente dada la mala relación existente desde hace tiempo entre los dos grupos. Y a punto estuvo de terminar como el Rosario de la Aurora tras un conato de agresión que se vivió en el interior de las dependencias que ocupa UCOR en Capitulares a raíz de la discusión que se originó entre los cinco concejales. El altercado no llegó a mayores, pero terminó con una denuncia en Comisaría por parte de Baquerín, que tuvo que pedir ayuda a un policía local del servicio de escolta para volver a entrar en el grupo y retirar sus pertenencias.

DOS VERSIONES ¿Qué ocurrió en el interior de la habitación en la que se reunieron los cinco ediles más el personal del grupo de UCOR y un acompañante de Gómez? Hay dos versiones.

En la de Baquerín, el rifirrafe se originó cuando exigió que se debatiera por qué había que retirarle el sueldo a De la Bastida (su esposa) y que se levantara acta de lo que había ocurrido, extremo éste que, al parecer, originó el posterior conflicto. Siempre según la versión de este concejal, Alburquerque "me llamó por dos veces gilipollas" y por dos veces también "me mandó a tomar por el culo", momento en el que la persona que acompaña a Gómez "me agarró fuertemente por la espalda, me inmovilizó y me llevó a otro despacho". La caótica situación provocó que De la Bastida saliera al pasillo de la primera planta del Ayuntamiento pidiendo "socorro, socorro", lo que alertó al personal administrativo de los grupos IU y PSOE, que salieron al pasillo ante las llamadas de auxilio. Incluso el portavoz del PSOE, Juan Pablo Durán, se dirigió hasta las dependencias de UCOR para conocer lo que ocurría.

Más tarde, Baquerín ratificó ante los periodistas que había sido inmovilizado y desplazado a otra habitación del grupo, por lo que se sintió "agredido, aunque no tengo lesiones", dijo. Señaló que había denunciado esta situación al secretario general del Ayuntamiento, Valeriano Lavela, y en la Comisaría de Policía de Judá Leví.

La otra versión es completamente distinta. Mientras que se presentaba la denuncia, Gómez tomaba café y cantaba fandangos en el bar situado frente al Ayuntamiento e invitaba a una familia extranjera a visitar hoy su finca para compartir un perol. Allí, negó a este periódico que Baquerín hubiese sido agarrado durante la discusión, y solo dijo (lo repitió más tarde) que "esto son ganas de cagar corchetes en la puerta de un sastre".

Por su parte, el portavoz de UCOR, Juan Miguel Alburquerque, dijo que su compañero díscolo de filas había presentado "una denuncia falsa" en Comisaría, "como otras que ha presentado, típico de quien tiene una personalidad psicopática". Añadió que es Baquerín "el que tiene atosigado al grupo a lo largo de un año y pico" y también "es él quien ha provocado que las dos chicas que trabajaban en UCOR en la Diputación estén ahora en el paro".

Por su parte, el alcalde, José Antonio Nieto, calificó de "lamentable" la situación generada. Añadió que, como si le ocurriera con otra persona que trabaje en el Ayuntamiento, el gobierno municipal va a "tratar de establecer responsabilidades, analizar la situación, investigarla y, si se ha producido como se ha dicho, pues que actúen las autoridades competentes para ello y que se proceda de acuerdo con la ley". Indicó que el Ayuntamiento es una institución donde se supone que debe haber un comportamiento razonable por parte de quienes ocupan un puesto de concejal, por quienes tienen el honor de representar a la sociedad de Córdoba", de manera que, a partir de ahora, habrá que "ir viendo cómo se puede garantizar la convivencia pacífica en el Ayuntamiento".

Por su parte, Durán (PSOE) destacó que no le parece digno "el espectáculo que se está dando en el Ayuntamiento", y Tejada (IU) reprobó también la situación vivida ayer.