El perolismo sigue vivo. Ni la crisis, ni las modas, ni la gastronomía new age han podido cambiar ciertas costumbres del cordobés de pura cepa. No hay más que darse una vuelta por Los Villares el día de San Rafaeh para darse cuenta de que no hay 24 de octubre que se precie sin un arroz de por medio (quien dice arroz dice sardinas, chorizo, panceta, morcilla, chuletas y toda la parafernalia rica en colesterol). De ahí que haya familias capaces de tirarse de la cama a horas intempestivas para llegar los primeros al refugio central.

La familia Muñoz fue la primera ayer. "Cinco personas han llegado a las cinco y pico para coger sitio y el resto hemos llegado después", explicaba ayer la madre de uno de los Rafaeles homenajeados a quien se obsequió por su santo con un señor jamón. "En un día como hoy, no hay crisis, hemos tirado la casa por la ventana y, de sorpresa para el niño, le hemos comprado una pata", explicaba simpática, "y de postre, pastel cordobés". Ahí es nada.

Bien cubiertos por un techado, eran la envidia de los perolistas circundantes, obligados a menear la paleta entre pollo y magro con un ojo puesto en el cielo. "Dicen que va a llover, pero eso será por la tarde, todavía hay tiempo para comerse el arroz tranquilos", aseguraba un padre de familia apenas una hora antes de que San Pedro descargara el aguacero sobre los devotos de San Rafael. Al fin y al cabo, lo importante era pasarlo bien, con o sin lluvia. "Hoy guisan los hombres, así que las mujeres podemos aprovechar para jugar al parchís, al dominó y para charlar con unos y con otras", comentaban Francisca y sus hijas, entregadas todas al disfrute de uno de los pocos días del año liberadas de los fogones.

Una de las reuniones más numerosas celebradas ayer en Los Villares fue la de los singles (sin pareja), muy bien señalizada por todo el camino, que congregó a 85 mujeres y hombres en torno a un perol para pasar un día de convivencia de lo más divertido. Muy prevenidos, comieron temprano, así que Manuel Extremera, organizador del evento, auguraba un día de fiesta importante. "Hemos llegado a las 8 y aquí estaremos hasta que el cuerpo aguante", dijo, tras invitar a tods ls solters de Córdoba a participar en sus actividades a través de su página web, singlecordoba.com.

Lástima que la lluvia aguara la fiesta a los Rafaeles. Y es que, si bien muchas familias iban mentalizadas y optaron por aguantar el chaparrón literalmente y comerse el arroz caldoso, a otros no les quedó más remedio que refugiarse en el coche para ver si escampaba o huir directamente. Menos mal que en los peroles se empieza a comer bien temprano, así que pocos se irían de vuelta a casa con el estómago vacío.