Según explicaba ayer el consiliario de la Agrupación, Pedro Soldado, la filosofía de los estatutos al obligar a que el presidente salga de una lista aprobada por mayoría absoluta es garantizar un respaldo suficiente a su mandato. Por ejemplo, en una hipotética asamblea electoral donde solo se presentasen apenas 30 representantes de las 50 cofradías con derecho a voto, en una segunda votación un candidato elegido por mayoría simple podría salir con apenas un puñado de votos.

Lógicamente, la decepción, por parte de los simpatizantes de la lista de Villalba y una moderada alegría, por la de Gómez Sanmiguel, fue la reacción tras conocerse que había que repetir la asamblea electoral.

Tan aceptada estaba por la práctica totalidad de los asistentes que solo hacía falta mayoría simple en segunda votación para nombrar presidente que muchos dudaron de que el texto de los ejemplares de mano de los estatutos hubiera recogido fielmente las palabras del original. Tras la asamblea, y después de buscar en el archivo, los directivos encontraron los estatutos originales y comprobaron que, efectivamente, obligan siempre a que el presidente se elija por mayoría absoluta.

La mesa electoral, presidida por el hermano mayor de más edad (Rafael Jurado, de San Alvaro) tuvo un inesperado trabajo extra con la agitada asamblea de ayer. Los otros componentes de la mesa, nombrados por la directiva saliente, fueron Pedro Rojas (secretario) y Miguel Rodríguez Pantoja.