--¿Cómo fueron los inicios de la empresa?--Su andadura comenzó hace 38 años, al observar una oportunidad de negocio en la atención de la demanda del sector del embalaje en general y las bolsas de plástico en particular. Desde el primer momento, su gerente, Francisco Córdoba, apostó por el valor añadido y muestra de ello es que, desde sus inicios, Samafrava invirtió en maquinaria que le permitía acometer todas las fases del proceso de producción: extrusión, impresión y corte.

--¿La mejora e innovación ha sido fundamental?--Sí, desde el inicio nuestra empresa ha apostado por maquinaria de última generación en cada uno de los departamentos con el objetivo de estar a la vanguardia en tecnología, ya que entendemos que es un aspecto fundamental para no perder competitividad en el mercado. Es más, es nuestra maquinaria de última generación la que nos permite ganar; por una parte en productividad, y por otra en generar ese grado de diferenciación en calidad necesario para seguir creciendo.

--¿Cómo están viviendo esta profunda crisis?--Desde que comenzó esta crisis por el 2007 aproximadamente, Samafrava afortunadamente mantiene intactas todas sus estructuras, e incluso con algún ligero crecimiento en personal en los últimos años. Así mismo, mantenemos similares los niveles de facturación, cierto es que con gran esfuerzo y a costa de cierto sacrificio en nuestros márgenes de beneficio. La recesión en el sector financiero, pienso, ha sido clave en la crisis actual de la mayoría de las pymes, ya que dependemos de las entidades de crédito para la financiación del circulante vía pólizas de crédito y/o líneas de descuento, así como financiación de cualquier tipo de inversión que se deba acometer. Es por ello por lo que a pesar de que la crisis ha provocado una menor demanda por la caída del consumo, también es cierto que ha caído la oferta por la desgraciada desaparición de numerosas empresas, que además, se agrava en nuestro sector por aspectos de tipo legal que nos están condicionando.

--¿Cree que estamos saliendo de la crisis? ¿Cuáles han sido las claves de su empresas para afrontarla?--Pienso que en España aún falta tiempo, ya que además de la recuperación del sector financiero, se hacen necesarias una serie de reformas en materia económica que reactiven a todo el tejido empresarial de nuestro país y mejoren los niveles de desempleo actuales. En cuanto a lo que a nuestra empresa se refiere, desde un principio hemos apostado por la implementación de un plan estratégico, que abarca todas las áreas de la empresa. También me gustaría reseñar que de momentos difíciles como el actual a veces surgen sinergias positivas; como ejemplo, actualmente controlamos determinadas partidas de compras que en épocas de bonanza están descuidadas, somos más estrictos en lo que a controles de calidad de nuestros productos se refiere con el consiguiente incremento de nuestra imagen de cara al cliente así como disminución de nuestra partida de bonificaciones. Por otra parte, siempre somos conscientes de la importancia de contar con personal cualificado en todas nuestra áreas. Todos los años destinamos una partida importante a la formación.

--La nueva ley de residuos o la tasa por bolsas ¿cómo les ha afectado?--Se trata de una ley, ya aprobada, que viene a ser la trasposición a España de la directiva europea en cuanto a residuos. Pues bien, mientras desde Europa se habla de aspectos como prevención, reducción, reutilización y reciclaje, nuestra ley de residuos establece incomprensiblemente una cláusula adicional, específica para la bolsa de un solo uso, que supone la eliminación de ésta en el año 2018, con reducciones intermedias antes de su prohibición total. Con respecto al impuesto en Andalucía, es la forma en que nuestra comunidad intenta adaptarse a estas reducciones. Mientras otras regiones intentan fomentar su uso responsable y el reciclaje ( ya que en definitiva la única contaminación de la bolsa procede de su abandono en el medio ambiente), en Andalucía se cobra desde mayo 5 céntimos por bolsa emitida. Es más, este impuesto forma parte de una serie de medidas para la reducción del déficit público y puede suponer el final de un sector que da trabajo directo a 11.000 personas en España.