El gobierno municipal de Andrés Ocaña ha estrenado el año con expedientes de regulación de empleo (ERE). Lo puso en marcha en la cabalgata de los Reyes Magos (ha echado a la mitad de los pastores y los ha sustituido por unos bichos repugnantes) y ha seguido suprimiendo el sueldo a cuatro concejales del PP. Veremos a ver cómo acaba el mes.

Este último conflicto en sí no tiene que durar mucho. Su recorrido puede ser de unos días. Pero el deterioro de relaciones políticas y personales en el Ayuntamiento es tan grave que las consecuencias del último atranque entre el gobierno municipal y la oposición pueden ser muy duraderas.

IU y PSOE han decidido reducir de 11 a 7 las nóminas de los concejales liberados del PP. Es decir, cuatro concejales populares van a perder su sueldo de acuerdo con los presupuestos del 2010, que, entre unos trámites y otros, podrían estar vigentes en marzo. Así lo han decidido los socios del gobierno local y se lo han comunicado al portavoz del PP, José Antonio Nieto, en una reunión celebrada el pasado miércoles. Hacen así efectiva una decisión con la que ya habían amagado en varias ocasiones, con acusaciones digamos poco delicadas de que los populares, en vez de hacer una oposición constructiva, se dedicaban a cobrar su sueldo. No es misión del equipo de gobierno decirle a la oposición cómo tiene que hacer su trabajo, si constructivo, destructivo o medio pensionista, pero así están las cosas. Dice Nieto que ese es su castigo por no dejarse comprar, y, aunque admite que nadie de IU y PSOE insinuó siquiera que pudieran mantener esas retribuciones si se abstenían en la votación del presupuesto, interpreta que lo ocurrido es una vendetta a su labor de oposición.

En este juego de alta política y debate ideológico (entiéndase la fina ironía), la gracia estará en saber cómo se aplica este ERE a los concejales. Nieto le ha dirigido una carta al alcalde instándole a que mantenga los cargos de régimen de dedicación exclusiva de 11 de los 14 concejales del PP (los otros tres cobran por el Parlamento andaluz y por la Diputación), "en idéntico régimen, número y asignación que actualmente ostentan", pero ayer dijo en Sevilla que ya no quiere esos cuatro sueldos. A los medios de comunicación ha dicho que de ninguna manera va él a espulgar su propio grupo dando los nombres de los perjudicados. Por su parte, Ocaña ha dicho que mantendrá esta medida contra viento y marea, acción en la que está de acuerdo también el portavoz del PSOE, Rafael Blanco, al que en el Pleno del jueves le hicieron un feo los ediles populares, dándole ostensiblemente la espalda.

Pues bien, desde el ejecutivo local tampoco se va a señalar a los damnificados, de manera que nos encontraremos con una situación curiosa sin que esté clara cuál va a ser su resolución. Si el PP no señala a los cuatro concejales y el equipo de gobierno tampoco lo hace, podría ocurrir que se les retuvieran las nóminas a todo el grupo del PP y se formara entonces la marimorena. No sé qué pensará Obama de todo esto, pero un servidor está intrigado.

¿Qué les parece? La semana pasada se pedían novedades que nos sacaran del aburrimiento de la política local, y ahora nos encontramos con una declaración de guerra en toda regla que, aunque sea por un quítame allá esta nómina, va a tener graves consecuencias, pues la oposición, que ha sido suave desde que tomó posesión Ocaña, se considera agredida en su línea de flotación. Ricardo Rojas ya acusaba de enchufados en el Instituto de Deportes y Nieto y Ocaña van a tener dificultades para mantener unas relaciones de normalidad. Si esto no es abrir campaña, que me lo expliquen.