Cajasur volvió ayer a la normalidad tras las tensas jornadas de los últimos días. Fuentes de la entidad señalaron a este periódico que "ayer (por el martes) fue un día de incertidumbre, y hoy ha dominado la tranquilidad; el pulso de la casa demuestra que se adoptó la decisión adecuada" al mantener el objetivo de fusión con Unicaja para, junto con Caja de Jaén, crear en 2010 la nueva Unicajasur.

Otras fuentes confirmaron que, tras unos días de impasse , ayer se restablecieron los contactos entre los directivos y se retomaron los trabajos conjuntos de los equipos técnicos de Cajasur con los de Unicaja en la preparación de los aspectos económico-financieros del proyecto de fusión, que se vienen desarrollando a buen ritmo desde el verano.

Ahora, lo más importante, junto al ingente trabajo para integrar a las cajas, es que se supere la desconfianza entre las partes, pues "es un camino que tendremos que hacer juntos", se explicó desde la entidad , donde se admite que "aunque los últimos acontecimientos no han ayudado, no hay más alternativa que seguir adelante". También hay visiones más optimistas que, aunque admiten que se ha creado una imagen de desconfianza, recuerdan que "eso ha ocurrido en todos los procesos de fusión, se viven momentos muy duros", y lo importante es que con la fusión "pueden salvarse muchos intereses de Córdoba".

LA CRISIS El presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra, presidió ayer sin tensiones una comisión ejecutiva en la que no se aludió a la crisis de los días precedentes, una crisis que estalló el lunes por la noche con un comunicado de la entidad fundadora que calificó de "inasumible" el decreto ley de reforma de la Ley de Cajas de Andalucía y cuestionó la posibilidad de seguir adelante con los acuerdos de integración si no se ofrecían a Cajasur más garantías jurídicas. Este pronunciamiento puso en el filo de la navaja la fusión, generando una incertidumbre que se resolvió el martes por la noche en un consejo extraordinario de la entidad. Ese día, por la mañana, el Consejo de Gobierno de la Junta aprobó el controvertido decreto, para el que no consiguió consenso político y en el que introdujo una concesión a las peticiones del Cabildo Catedral, incluyendo en número la cuota que la entidad fundadora de Cajasur tendrá en los órganos de gobierno de Unicajasur.

Pero la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, descartó las peticiones de Cajasur de especificar en la ley la vinculación de la Obra Social a Córdoba y que, de cara a futuras fusiones, la cuota de representación del Cabildo en la caja resultante solo pudiera ser modificada por ley. Aguayo indicó que estos aspectos debían recogerse en los estatutos de Unicajasur (si es que se mantiene ese nombre), lo que para los fundadores no reviste garantía legal. No obstante, tras un día lleno de gestiones y debate interno, Santiago Gómez explicó al consejo la situación y concluyó que por "responsabilidad" hacia los empleados y hacia Córdoba seguiría adelante. El consejo acordó tácitamente la continuidad del proyecto, aunque Santiago Gómez expresó su "profunda decepción" con la regulación impuesta por la Junta.

LA CARTA Entre medias, diversas gestiones trataban de encarrilar la situación. Fuentes de la caja aludieron al esfuerzo mediador del vicepresidente primero, Salvador Blanco, entre Santiago Gómez y el presidente de Unicaja, Braulio Medel. De hecho, la carta remitida por Medel a Gómez, y que se dio a conocer en el consejo, pretende ofrecer las garantías que no había conseguido el Cabildo en el decreto, y "ayudó" a arreglar la situación, señaló el vicepresidente tercero, Juan Ojeda. Ayer mismo, el presidente del PP, José Antonio Nieto, atribuyó a esa misiva la decisión de seguir con la fusión.

El presidente de Unicaja se comprometía a que, en caso de una futura fusión de Unicajasur, en el reparto de las cuotas en los órganos de gobierno se mantendría, para la parte que correspondiera a las entidades fundadoras de Unicajasur, la misma proporción pactada actualmente entre Cajasur y Unicaja.

ESTATUTOS En Cajasur se espera que ese compromiso pueda reflejarse en los futuros estatutos, que se empezarán a redactar pronto. Fuentes de las dos cajas y de la Junta de Andalucía admitieron que todavía no hay un cronograma de trabajo para la fusión. Sin embargo, no solo el Banco de España apremia, sino que los plazos son muy cortos según los objetivos que las propias entidades se habían marcado de someter su proyecto de fusión a las asambleas generales a final de este año o comienzos de 2010. Previamente, habrá que alcanzar el acuerdo laboral.

Los técnicos de ambas entidades trabajan en las proyecciones económicas de la nueva caja, para saber qué medidas deberán adoptar (laborales, estratégicas, operativas) y elaborar el plan de negocio. El proyecto económico, que deberán avalar el Banco de España y la Junta, formará parte del paquete de informes, pero, además, se someterá a las asambleas junto con los acuerdos de fusión y los nuevos estatutos. Cajasur espera que se cierren las cuentas (momento en el que toda la actividad de las cajas se computará conjuntamente) en diciembre, antes de que fin de año, aunque hay poco tiempo.