José Luis Blasco, exsubdirector de Diario CÓRDOBA, compartirá su obra El Vocaburlario en la sección de Opinión a partir del próximo domingo. Con una palabra diaria, pondrá a prueba el ingenio y humor del lector.

Si un vocabulario es un conjunto de palabras, ¿qué es ‘El Vocaburlario’?

El Vocaburlario es, como es definido en la propia obra, un diccionario divertido, cachondo, concebido para recrear el ánimo y ejercitar el ingenio. Contiene más de 1.300 palabras, unas admitidas en el Diccionario de la RAE pero con una definición humorística y otras inventadas recurriendo a los juegos de palabras y también, por supuesto, con definiciones humorísticas. En este juego con las palabras entran incluso nombres propios. Es fruto de un ejercicio mental en clave de humor. El fin es provocar una sonrisa en los lectores.

¿Quién puede usar ‘El Vocaburlario’?

Todas las personas que tengan sentido del humor.

Si las palabras y los términos construyen el mundo, ¿qué pretende construir con este proyecto?

Es una respuesta a una necesidad vital. Quien nos conoce al periodista y amigo Francisco Carrasco Jiménez y a mí sabe que ambos somos muy aficionados a los juegos de palabras. En el verano de 2019, durante un viaje turístico por Castilla-León con nuestras mujeres, decidimos que había que ponerse en serio y no dejar que nuestras ocurrencias se las llevara el viento. Convenimos que había que hacer una recopilación de palabras. En septiembre de 2019 me diagnosticaron un tumor y consideré que debía ocupar la mente dedicando tiempo a este proyecto. Francisco Carrasco, que andaba entonces con la mente en otras ocupaciones, me concedió permiso para hacer esta aventura en solitario. Lo que, en principio, iba a ser un reto compartido entre Francisco Carrasco y yo, se convirtió en una necesidad vital para mí. Mientras estuve ingresado en el hospital, comencé a leer el Diccionario de la RAE y a anotar en un cuaderno palabras existentes o inventadas con definiciones humorísticas. La incertidumbre sobre si el reto tendría posibilidades, si sería viable, si podría conseguir una obra con un aceptable nivel para que el lector ejercite el ingenio y provocarle una carcajada o una sonrisa, desapareció pronto. Tengo ese convencimiento, aunque lo que cuenta finalmente es el juicio del lector.

¿A dónde nos lleva el humor?

El humor es muy importante en la vida de los humanos. Además de los sentidos que podemos calificar como comunes, considero como fundamentales otros dos que no son comunes en todos los humanos: el sentido común, que es el menos común de los sentidos, y el sentido del humor. Me gusta ejercitar los dos. Y a ellos recurrí cuando me diagnosticaron el tumor. ¿Cómo me convenía afrontar un episodio que iba a condicionar mi vida? El sentido común concluía que debía afrontar la enfermedad de la manera más positiva posible. ¿Y qué mejor forma podía haber de hacer frente al tumor que con humor? La hache es una letra que no hace ningún ruido, pero es de una contundencia tremenda. Dice mucho en silencio, sin formar alboroto. A ella recurrí para cambiar la percepción de mi nueva realidad. Solo tuve que intercalarla en la palabra maldita. Así nació una nueva palabra para El Vocaburlario: thumor, que defino como disposición buena de ánimo para afrontar una enfermedad cancerosa. El Vocaburlario es el hijo primogénito de thumor.

En Córdoba somos muy dados a crear palabras, a jugar con ellas, ¿cree que forma parte de la esencia de la cultura popular hacer propia la lengua?

La lengua es la principal herramienta de comunicación del ser humano y, por supuesto, también del humor. No paramos de crear palabras tirando de otras o adoptándolas de otros idiomas.

¿Otro adelanto?

Hay que esperar al próximo domingo, día a partir del cual compartiré mi Vocaburlario con los lectores del CÓRDOBA. El director, Rafa Romero, acogió con cariño e interés mi propuesta para publicar una palabra con su definición diariamente en las páginas de Opinión. La pretensión es, repito, ejercitar el ingenio y provocar una sonrisa en la persona que lo lea.

¿Tiene límite o fin ‘El Vocaburlario’?

En siete meses, el 22 de abril del año pasado, justo en la víspera del fallecimiento de Marcos Mundstock, el genio maravilloso de las palabras componente de Les Luthiers, terminé El Vocaburlario. A partir de ese momento entregué el trabajo para su supervisión a Francisco Carrasco, que se convirtió en mi editor. Pero en el año que ha transcurrido desde la terminación no he parado de incorporar palabras, labor en la que continúo. Ahora que estoy jubilado tendré tiempo de ampliarlo. El límite será el que el ingenio me imponga.