Con el respeto y hasta la admiración que me produce el ver sonreir valientemente, aun después de la tempestad semántica a nuestra ministra de la Igualdad, Bibiana Aído, de la que además, y por si fuera poco, aparte de su juventud lo que me mola es su acento del Sur, aquí me tienen que hoy titulo nuestro perol dominguero con el bautismo iniciático de lo que fue su frase en el Congreso.

Y ha seguido en lo suyo que no es fácil. Organizar un ministerio nuevo en un sitio viejo, ponerlo en marcha, ir pidiendo perdón para que la crean, por ser tan joven y además por ser del Sur, que no crean ustedes que todo el mundo nos lo persona. Dicho lo cual les aseguro que como además a estas alturas de mi vida, 73 para 74, sé que no ingresaré en academia alguna, ni en la de las Letras de Granada, ¡ay mi Granada!, ni en la de Córdoba por supuesto, aquí me tienen que me importa poco lo que de esto de miembros y miembras se comente este domingo con la cervecita de mediodía y el flamenquín de la una y media, pero quiero que me entiendan, porque a ver qué pasa si en el día de mañana, o sea ya, la Academia de la Lengua acepta de mala gana, pero acepta, lo de miembros y miembras.

Gracias doy de ver de nuevo la sonrisa, que me gusta tanto, de Carmen Romero, instalada desde siempre en la eficacia y la humildad y que se que ha pasado por Córdoba en un hecho hermoso: lo de la biblioteca en el edificio militar. Yo la recuerdo mucho siempre, porque me da muy buena memoria, sobre todo de aquella noche que cenamos juntos en Sevilla con un grupo de leales de la tele, y con aquel viaje de urgencia que hicimos desde Oviedo hasta el aeropuerto tras la entrega de unos premios Príncipe de Asturias y precisamente con doña Letizia cuando aún era reportera de la Televisión Española.

Alegría también me da enterarme que le han entregado el premio Gala de poesía, de Alhaurín el Grande, a nuestro Antonio Rodríguez, con el que tengo gana, mucha gana, de comer un día, cuerpo a cuerpo, a solas los dos. Decirles quiero, aunque hoy ando muy en las lindes de lo nuestro, que lo "compañero no quita lo valiente", que cada día me gustan más las crónicas taurinas de Rafael de la Haba, que me tiene al día desde el sentimiento y el conocimiento de los sucesos taurinos que en Córdoba acaecen. Gracias maestro. Deseo hacerles saber, también que cuando entrevisté en su día hace años a Mel Ferrer, que se nos acaba de ir en Hollywood que las leyendas se apagan, como las estrellas lejanas, Mel me confesó que fue muy feliz haciendo aquella película con Marisol, pero también quiero recordar especialmente aquel caballo cordobés que con nosotros compartió la cinta.

Mi enhorabuena también a nuestro compañero el gran fotógrafo Sánchez Moreno por su premio Córdoba de Periodismo, lo que muestra que una imagen, vale a veces, también más que mil palabras escritas.