La felicidad se instala en el Córdoba CF

El estado de felicidad se ha decretado en el Córdoba CF. El ambiente en la plantilla es inmejorable y sólo hay que comparar el entrenamiento de este miércoles, en el campo 2 de la Ciudad Deportiva, con cualquier otro de hace tres, cuatro o cinco meses. La situación clasificatoria y el horizonte inmediato, con partidos ante el Melilla, en Antequera y, de nuevo en El Arcángel, ante el Atlético Baleares, dibuja un paisaje en el que muchos de esos nueve puntos en juego han de llegar al zurrón cordobesista antes de afrontar la visita a Castalia, al hoy líder.

Castellano, Barboza y Álex López

Pero mientras todo eso llega, este Córdoba CF disfruta de lo vivido: una sola derrota en los últimos 17 encuentros, aquella que sufrió en los últimos minutos ante el Castilla, en El Arcángel, cuando tenía el empate en la mano tras un partido en el que ese punto hubiera sido un gran botín. Y la racha se refleja en las caras de los jugadores de Iván Ania, que llegaron este miércoles poco antes de las 11 de la mañana al campo 2 de la Ciudad Deportiva con gesto relajado. Tras la protocolaria felicitación de Carlos Marín por su cumpleaños y a Matías Barboza por su renovación, la sesión dio inicio con diferentes ejercicios de balón y rondos en los que participó toda la plantilla excepto Adrián Castellano, único inquilino que queda en la enfermería, y con Álex López y el propio Barboza como representantes del filial blanquiverde. Atrás quedaron los seis, siete y hasta ocho representantes del equipo de Diego Caro en los entrenamientos de la primera plantilla debido a la plaga de lesiones y sanciones que acudió al Córdoba CF en diciembre y, sobre todo, en enero.

Muchas bromas entre los jugadores durante los rondos de las que se contagió el propio técnico blanquiverde, Iván Ania, que dio paso luego a un partido a mitad de campo en el que se trabajaron algunos detalles con vistas al encuentro ante el Melilla, principalmente en el trabajo por fuera. Pero poco más. Luego, el asturiano señaló el clásico partidillo de fútbol recudido entre tres equipos de siete integrantes y que suele dar un ganador, aunque en esta ocasión parecía que había dos ganadores o, al menos, hubo sus más y sus menos sobre quién se había impuesto en el triangular.

Calderón da el susto

El susto de la sesión lo dio Calderón. El lateral zurdo recibió un balonazo en la mano en una disputa del que, inicialmente, ni protestó. Sin embargo, conforme iban pasando los segundos fue notando el dolor hasta el punto de que tuvo que avisar a las asistencias. Los fisios y médicos del Córdoba CF le aplicaron un vendaje y el de Paradas completó el entrenamiento sin mayores problemas.

Todo ello, bajo la atenta mirada de un nutrido grupo de escolares del CEIP Alcalde Pedro Barbudo, que actuaron de improvisados recogepelotas del Córdoba CF. No era fácil contener a tanta chavalería y, de hecho, cuando Kike Márquez disparó a puerta durante el partidillo final y el balón salió por el lateral, allá fue una docena de chavales para devolver el balón a Pepillo y a Ismael Bolívar. Al finalizar la sesión, los jugadores firmaron autógrafos y se hicieron fotos con los niños en una visita que forma parte del acuerdo que en su día firmaron el Córdoba CF y el Ayuntamiento de Córdoba.

El paseo por la Ciudad Deportiva en la reconexión al trabajo de la plantilla cordobesista dejaba en evidencia que la felicidad se ha instalado en el Córdoba CF y que no será fácil que esta vuele de El Arcángel.

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