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Adrián Lapeña, un crecimiento sostenible en el Córdoba CF

El riojano ha pasado de perder la titularidad a tomar el mando de la defensa y anotar goles importantes, como en su mejor etapa en el Deportivo

Sus seis últimos tantos, dos en esta campaña y cuatro en La Coruña, los anotó a balón parado

Adrián Lapeña sonríe durante el entrenamiento del Córdoba CF en la Ciudad Deportiva, el pasado lunes. MANUEL MURILLO

Hay jugadores que, simplemente, no hacen ruido. En la historia del Córdoba CF hay una interminable relación de nombres con ese perfil. Futbolistas que nunca estuvieron en la primerísima línea, ni para la grada ni para la prensa. Ya se sabe que el que se sienta en El Arcángel cada 15 días reserva su cariño para los más llamativos, para las luces, muchas de ellas fugaces. Y ese cariño puede ir destinado al goleador o al que «más corre». El coliseo ribereño siempre fue de premiar el esfuerzo, aunque este en ocasiones se viera inútil desde su origen. De ahí que desde los inicios hayan existido futbolistas con un rendimiento notable y constante que no tuvieron el reconocimiento o el cariño que sí tuvieron otros por apenas un puñado de encuentros de cierto brillo.

Pareja de Gudelj y al banquillo

Puede que en el grupo de los primeros se encuentre Adrián Lapeña Ruiz (Logroño, 16 de abril de 1996), el central que firmó el Córdoba CF el pasado verano procedente del Deportivo de La Coruña y que, teóricamente, llegaba para hacer una pareja inexpugnable en el eje de la defensa con Dragisa Gudelj. Iván Ania, lógicamente, señaló al riojano como la pareja ideal del serbio y así comenzó la Liga el conjunto blanquiverde, con una pareja joven, pero con la suficiente experiencia como para dar tranquilidad al equipo. Ademas, ambos se adaptaban perfectamente al sistema que pretendía instalar el asturiano, en el que los centrales no sólo deben manejar bien la bola, sino que deben ser veloces y correr con la misma diligencia hacia atrás que hacia adelante.

Adrián Lapeña, en un entrenamiento del Córdoba CF. MANUEL MURILLO

En las tres primeras jornadas, el Córdoba CF alineó al tándem Lapeña-Gudelj, pero las cosas no resultaron como las tenía previstas el técnico blanquiverde. Dos derrotas y siete goles en contra obligaban a una reflexión que, posiblemente, iban más allá de un nombre o un cambio de cromos. Pero lo cierto es que Adrián Lapeña aparecía en más de una de las fotos de los goles encajados y el preparador cordobesista se decantó por dar un descanso al riojano para probar con otro compañero.

Así, en la jornada 4 de Liga, Adrián Lapeña debió esperar su oportunidad desde el banquillo, ya que Carlos García, el central cedido por el Cádiz, salió de inicio en el encuentro que el Córdoba CF disputaba en El Arcángel ante el Linares Deportivo (0-1). La derrota no invitaba a grandes reflexiones, ya que se produjo, en cierta manera, como la victoria blanquiverde en Alcoy. Tuvo más que ver con un momento que con el planteamiento en general y, desde luego, no se podía decir que la defensa blanquiverde sufriera, pese a la derrota ante los azulillos.

Vuelta a la titularidad y mejoría

Durante tres jornadas más, Alcoyano (0-1), Recreativo Granada (3-0) y Algeciras (1-0), Lapeña siguió aguardando su momento y este llegó en la jornada 8, en el encuentro en El Arcángel frente al Mérida (2-1). Desde entonces, Adrián Lapeña fue asentándose progresivamente como pareja de Gudelj y el Córdoba CF encajó siete goles en los ocho encuentros siguientes, tres de ellos en un solo encuentro, el que se disputó en el coliseo ribereño ante el Ceuta. Era indudable que la defensa cordobesista crecía paulatinamente, pero un nuevo contratiempo aparecería en el camino de Iván Ania: el nuevo incidente cardiaco de Dragisa Gudelj en Melilla.

Adrián Lapeña sonríe en el entrenamiento del Córdoba CF en la Ciudad Deportiva, este lunes. MANUEL MURILLO

Hasta ese momento, el serbio era el jefe de la defensa y uno de los hombres importantes en el vestuario del Córdoba CF, por lo que su obligado parón suponía una vía de agua importante en el casco de la nave cordobesista. Sin embargo, Adrián Lapeña supo tomar el mando de la primera línea blanquiverde y, al igual que el serbio, debió soportar los vaivenes que sufrió la defensa del Córdoba CF a lo largo de estos meses.

Porque en la siguiente serie de nueve encuentros, desde el Córdoba CF-Castellón hasta el de la pasada jornada, en Ceuta, el conjunto blanquiverde recibió sólo cinco goles, dejando a cero la portería en cinco de ellos. Y siempre con Adrián Lapeña rayando a gran nivel.

Por lo tanto, no deja de ser llamativo cómo el crecimiento de Adrián Lapeña ha ido corriendo paralelo al de este Córdoba CF. De las dudas iniciales del equipo, con el riojano perdiendo la titularidad, a la racha posterior de diez partidos sin conocer la derrota, en noviembre y diciembre, en la que el central blanquiverde fue aumentando cada vez más sus prestaciones, hasta la actualidad, en la que se ha convertido en uno de los puntales del equipo.

Asumir el mando y marcar

Por si fuera poco, Adrián Lapeña también aportó su granito de arena en el apartado ofensivo con dos goles, ambos en jugadas a balón parado, siendo el último el que rescataba un punto para el Córdoba CF. Anotó primero ante el Antequera para abrir el marcador en la goleada lograda en El Arcángel (3-0) y volvió a marcar el domingo, en el Alfonso Murube (1-1) tras un saque de banda.

A la izquierda, Lapeña es felicitado por Albarrán tras su gol al Antequera. A.J. GONZÁLEZ

Rememora así Adrián Lapeña la temporada 2021-22, la mejor de las dos vividas en el Deportivo de La Coruña. En aquella campaña, el central abrió su cuenta en la segunda jornada, cuando un tanto suyo sirvió para derrotar al Tudelano (0-1); volvió a marcar contra el Calahorra (2-1), cuando su gol abrió el marcador; y posteriormente resultó crucial para allanar el triunfo en un partido decisivo en la lucha por la promoción (2-1) ante el Rayo Majadahonda. También marcó un cuarto gol de estrategia, tras un saque de esquina, al Logroñés (3-0) en Riazor.

Quizá no sea ese jugador al que la grada mime aunque se equivoque, pero está claro que el de Adrián Lapeña en el Córdoba CF ha sido un crecimiento más que sostenible después de dar un pequeño paso atrás para dar luego varios hacia adelante.

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