El esquema del Córdoba CF para la próxima temporada comienza a coger forma de la mano de las múltiples caras nuevas con las que contará Germán Crespo para el nuevo reto de los blanquiverdes en Primera RFEF. Tras el desembarco de Kike Márquez, ahora también surge un nuevo escenario plagado de incógnitas, en el que la ubicación del polivante futbolista se plantea como una de las buenas noticias y a la vez interrogantes del entramado califa para el inminente curso. El sanluqueño destaca por su facilidad para jugar en prácticamente cualquiera de las demarcaciones de ataque, aunque teniendo su lugar natural sobre una parcela que hasta ahora era dominio exclusivo de Miguel De las Cuevas: la mediapunta blanquiverde.
El territorio de los enganches es el lugar elegido para que Kike Márquez exhiba sus prestaciones ante El Arcángel, ya que su fichaje para cualquier otra posición -dada la competitividad de jugadores específicos en ellas- queda prácticamente descartado. Si bien puede actuar en ambas bandas, su participación en la derecha quedaría por detrás de las figuras de Christian Carracedo y Adrián Fuentes, mientras que en el perfil izquierdo se repetiría la situación con Simo Bouzaidi y la incorporación que todavía se plantea por parte de la dirección deportiva para el extremo. La delantera, por otro lado, también sería un terreno complejo, aunque no desconocido para él, donde el Córdoba CF ya cuenta con los servicios de Willy Ledesma y de Antonio Casas, sumados al interés por la llegada de un tercer punta para la intrincada ecuación.
El escenario en la medular volvería a ser calcado, siendo un lugar donde Kike Márquez ya ha desempeñado las labores durante diversas fases de su carrera, pero que en Córdoba tiene el cerrojo echado por Javi Flores y Álex Bernal, dos de los fijos de Germán Crespo durante el pasado curso. Todo parece indicar, de esta forma, que su particular pugna por la titularidad se produciría con Miguel De las Cuevas en la mediapunta, ante otro de los pesos pesados de la plantilla blanquiverde y que viene de firmar un curso sobresaliente a pesar de la merma continua de las lesiones, sobre todo en el segundo tramo. Se destapa así una lucha de quilates entre dos veteranos expertos, que además de su visión, destacan por su facilidad para convertir de cara a puerta.
Una pelea de renombre
No cabe duda de que la incorporación de Kike Márquez dota de un auténtico salto de calidad a la plantilla califa, después de alzarse como uno de los máximos artífices del ascenso a Segunda División en el Albacete y de sellar una segunda vuelta superlativa tras su marcha del Extremadura. Sus once goles -ocho con los manchegos, tres con los extremeños- y diez asistencias a lo largo del curso dan cuenta de las virtudes que el experimentado futbolista ofrece sobre el campo, encontrando su mejor versión siempre cerca del área rival y en continuo contacto con el balón.
La verticalidad del gaditano, unidas a su gran reparto de juego y pegada, además de a balón parado, arma de argumentos a un jugador llamado a romper la baraja en el Córdoba CF, pero que también contará con un competidor feroz enfrente. Su pareja de baile será nada menos que Miguel De las Cuevas, ídolo del cordobesismo, estandarte en la que será su quinta temporada consecutiva como blanquiverde y que viene de sellar una campaña superlativa en Segunda RFEF. El alicantino es uno de los referentes en El Arcángel, donde jugando prácticamente a ratos, entre continuas entradas y salidas de la enfermería y algo aquejado por las lesiones, todavía ha tenido tiempo de firmar la friolera de 14 goles a lo largo del pasado curso.
La lucha entre ambos, con perfiles distintos pero a la vez parecidos, traerá un nuevo flamante debate a la mesa, aunque también una cuantiosa cantidad de alternativas para Germán Crespo en el desafío de dar el segundo paso hacia el fútbol profesional. Sin duda, tanto Márquez como De las Cuevas, incluso antes de dar comienzo a la temporada, se presumen como dos de las armas por excelencia para la consecución de los distintos objetivos que se ha planteado la entidad blanquiverde en lo que se avecina.
