Gana con autoridad y estilo, sin dejar la más mínima duda de que es lo que todos dicen de él. El mejor. De una u otra manera, el Córdoba CF siempre termina imponiendo su poder sobre unos adversarios que desfilan por El Arcángel con la idea de cuestionar al líder y se marchan resignados ante la evidencia. El Coria hizo lo que otros, pero con más empaque. Es un buen equipo y peleó con lo que tiene mientras pudo. El Córdoba está en otra dimensión. Quien fabule con hincar el diente a los blanquiverdes en El Arcángel sabe que tienen que concurrir una serie de factores que parten de dos premisas fundamentales: deben hacer el partido de su vida y que los de Crespo no den pie con bolo. Con la primera no les sirve.

El Córdoba juega una Liga propia, en la que su rival es él mismo y el resto del vecindario ejerce como figurante. Engarzó su décimo primera victoria ante su afición -que está entusiasmada como no se ve desde hace años- y permanece en el carril del ascenso, reservado para el líder. Esa etiqueta la lleva colocada desde la jornada uno y no se detectan síntomas de que esta situación pueda cambiar. Ni por flaquezas propias ni por fortalezas ajenas. Quienes le persiguen en la tabla -un Cacereño que no ganó y un Coria que fue la última víctima- no le ven ni la sombra.

Un repertorio amplio

Crespo tiró de repertorio. Puede hacerlo y no le apetece abonarse al conservadurismo por más que se le recuerde el tópico de que "lo que funciona no se toca". El Córdoba funciona -vaya si lo hizo: llegaba de destrozar a domicilio al Cádiz B y de enlazar tres goleadas por cuatro tantos, algo que no sucedía desde mediados del siglo pasado-, pero si hay que agitar el once se hace. El técnico metió en el eje de la retaguardia, al lado de Gudelj, al capitán Bernardo Cruz por Visus; Carlos Puga cogió el carril derecho y en la punta desapareció de inicio Willy, el pichichi del equipo, para que irrumpiera el pujante Antonio Casas. Un aspecto distinto para buscar lo mismo de siempre: ganar por aplastamiento.

El Coria es un equipo interesante. Bien posicionado, con la idea clara, animado por su propio éxito y respaldado desde la grada por una hinchada conmovedora por su entrega. El buen rollo en el graderío contrastó con el áspero arranque del encuentro, con dos equipos que metían la pierna y se retaban con descaro. Sea lo que sea que les dijera Rai Rosa a los suyos, el efecto fue estimulante. No es que al Córdoba le sorprendiera esa actitud fogosa. Todo lo contrario. Está habituado a que le salgan rivales respondones y sabe cómo tratarlos.

La primera acción de ataque del Córdoba concluyó de modo frustrante: Simo, que quería meterse en medio de dos rivales, braceó y dio en la cara a Deco al borde del área. El marroquí vio la tarjeta amarilla. Solo iban dos minutos. Los anfitriones trataron de exprimir la amenaza múltiple desde los flancos y los pases filtrados, pero el cuadro cauriense mostró las razones por las cuales es uno de los que menos goles recibe: era un acordeón a la hora de defender y de su contundencia, al límite del reglamento, pueden dar fe Simo o Javi Flores, destinatarios del castigo mayor por su tendencia a conducir el balón. 

En un rifirrafe entre Simo y Pedro Melli, el árbitro se fue disparado con la mano en el bolsillo. El blanquiverde, con una ya en su haber, aguardaba dando nerviosas explicaciones y con un nudo en la garganta. Su rival hacía lo mismo, pero con peores aspavientos. Montes García-Navas le enseñó la amarilla al del Coria y en la grada hubo un bufido de alivio. En el césped saltaban chispas.

Casas, hipermotivado

Antonio Casas, hipermotivado, pedía la pelota contínuamente. Ante las dificultades en el tráfico por la presión del Coria, el rambleño optó por fabricárselo él mismo. Una galopada suya en el minuto 24 terminó con la pelota rechazada a córner, tras cuyo saque cabeceó alto el delantero. El Coria estaba a atento a todo. Un balón perdido en la salida por Álex Bernal lo cazó Sergio Gómez para meter un zurdazo que se le fue desviado. El Córdoba gobernaba la posesión ante un Coria que no concedía un palmo de terreno en el tercio final del campo. Álex Bernal y Simo ensayaron el tiro, pero sin encontrar puerta.

Sí tiró entre los tres palos el Coria por medio de Traver, que viendo que nadie le cortaba el paso enfiló carrera hacia puerta para finalizar con un trallazo muy fuerte y centrado que capturó Carlos Marín sin excesivo apuro. Fue, en todo caso, otro mensaje de un rival que estaba incomodando mucho al Córdoba. 

Simo celebra su gol ante la grada de fondo de El Arcángel. Francisco González

Y en estas apareció Simo, que desatascó la cuestión con un tiro colocado con la derecha tras una buena combinación con pase de Javi Flores y dejada de De las Cuevas. El 1-0 dejó desnortado al Coria unos instantes, los precisos para que el Córdoba le diera el segundo golpe. Casas resolvió con pericia ante el portero Álex Galán un servicio de Álex Bernal y encarriló el pleito. El Córdoba buscó su momento y no lo encontró al principio, pero tuvo paciencia para esperarlo y la seguridad de saber cómo obtener su rédito. Simo y Casas, dos representantes de la nueva ola cordobesista, pusieron su firma a un marcador holgado en el descanso. Los caurienses se marchaban cabeceando con resignación, lamentando que también les pasara a ellos lo mismo que les ocurre a todos los visitantes de El Arcángel.

Un fogonazo y poco más

En la reanudación, el Coria compareció con valentía. Dani Homet se aprovechó de un balón que había perdido Bernal -que pidió falta y fue atendido después por los médicos- para anotar el 2-1 y poner algo de picante. No duró mucho. Javi Flores agarró la pelota, levantó la cabeza, vio a Adrián Fuentes que corría hacia el área y el de Fátima le envió un pase perfecto al pie. El madrileño hizo honor al regalo driblando al portero y metiéndola dentro ante dos defensas protegiendo la línea de gol. 

Crespo metió un triple cambio, a falta de media hora, con Luismi, Viedma y Willy Ledesma por Simo, Álex Bernal y De las Cuevas. El Córdoba jugaba sin prisa, pero con la vocación de ataque bien viva. El Coria trató de mantenerse activo, pero cualquier veleidad en ataque le descosía atrás y había gente con ganas de dejarse ver. Willy Ledesma, en el minuto 70, rozó el gol. Con las entradas y salidas se fue diluyendo la tensión. El Coria no se atrincheró y se fue con la conciencia limpia. Hizo lo que buenamente pudo y no perdió el estilo. El mismo que le había valido para ser la revelación del curso y estar en posición de play off y como equipo menos goleado. Eso, ante el Córdoba, no le bastó. Los de Crespo siguen en su dinámica: ganan, lucen, rompen récords y provocan las sonrisas en su gente. Estar en un lugar indeseado no les impide ser felices pensando, paradójicamente, en que que pronto se irán de aquí. Ya cuentan los días.

Ficha técnica:

3 -Córdoba CF: Carlos Marín, Carlos Puga, Bernardo Cruz, Gudelj, Ekaitz Jiménez, Álex Bernal, Javi Flores, Adrián Fuentes, Simo, De las Cuevas y Casas.

Cambios: Willy Ledesma por Simo (62'), Luismi por De las Cuevas (62'), Viedma por Álex Bernal (62'), Toni Arranz por Javi Flores (72') y Ricardo Visus por Dragisa Gudelj (83').

1 -CD Coria: Álex Galán, Carlos García, Pedro Melli, Rubén Alegre, Chavalés, Deco, Álex Hernández, Sergio Gómez, Erik Aguado, Traver y Dani Homet.

Cambios: Santi Luque por Alejando (53'), Iván Fernández por Dani Homet (67'). Pedro Toro por Traver (84'), Javi Mancha por Sergio Gómez (84') y Platero por Chavalés (84').

Goles: 1-0 (38') Simo. 2-0 (41') Antonio Casas. 2-1 (52') Dani Homet. 3-1 (57) Adrián Fuentes.

Árbitro: Montes García-Navas (Comité Madrileño). Amonestó con tarjeta amarilla a Simo (2'), Javi Flores (46') y Toni Arranz (77') y a los visitantes Pedro Melli (20'), Dani Homet (65'), Santi Luque (76'), Mahillo (87') y Platero (90').

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima jornada de liga del Grupo 4 de Segunda RFEF, disputado en el Estadio El Arcángel, ante unos 7.000 espectadores, con más de un centenar de seguidores del equipo visitante.