La llegada del nuevo año ofreció un respiro al Córdoba CF en la enfermería. El entrenador, Germán Crespo, pudo contar en las primeras sesiones de trabajo con prácticamente el grueso de su plantilla, una circunstancia que hace unas semanas resultaba imposible contemplar. Salvo en los casos del lateral Álex Meléndez y del extremo Samu Delgado -con lesiones de larga duración-, lo cierto es que las buenas noticias aparecieron en diversos escenarios concretos como los del meta Felipe Ramos, los defensores José Cruz y Ekaitz Jiménez y, sobre todo, en el mediocentro Álex Bernal. El sevillano, más de dos meses después, está listo para sumar en el terreno de juego contra el Vélez CF.

Un baluarte para la línea de medios

Bernal, canterano del Betis, llegó desde el Marbella como una apuesta importante. La incorporación del jugador a las filas blanquiverdes se produjo durante el pasado verano y no tardó mucho en ganarse un puesto de titular. La calidad a la hora de controlar el balón, la pausa que ofrece en el juego y el criterio que genera en la sala de creación dotaron a la escuadra cordobesista de un plus con el que creció a pasos agigantados dentro del grupo 4 de la Segunda RFEF. De hecho, Bernal fue alineado de inicio en los primeros siete partidos ligueros y únicamente en dos no completó los 90 minutos: en la tercera jornada ante el CD Coria y en la octava cita contra el Antequera CF -cabe recordar que se aplazó el séptimo envite que debía celebrarse en La Palma por la actividad del volcán de Cumbre Vieja-.

Ese 23 de octubre, en El Arcángel, el hispalense notó unas molestias cuando el choque contra los malagueños se encaminaba hacia la media hora. Crespo, entonces, miró al banquillo para conceder la oportunidad dentro de la categoría a Christian Delgado, una de las piezas empleadas desde que Bernal se resintió por la carga de minutos. Y es que, más allá del campeonato regular, su participación también albergó las eliminatorias de la Copa RFEF con la Real Balompédica Linense y el Juventud de Torremolinos CF. El temor reinante en el entorno del equipo debido a las escasas rotaciones entre competiciones -al menos entre las piezas más relevantes- se tradujo en un tramo caótico en el que las ausencias aumentaban por dolencias físicas.

En un principio, según apuntó el míster granadino en sala de prensa, la baja de Bernal podría haberse situado entre las cuatro y las seis semanas, lo que le hubiera llevado a estar en plenitud para mediados de diciembre aproximadamente. Pese a ello, y con cierto criterio tras comprobar cómo las prisas no fueron buenas consejeras teniendo a Alejandro Viedma o a Miguel de las Cuevas de protagonistas, la cautela se impuso para evitar una recaída. El de Triana entrena ya a un ritmo prometedor, algo que toda la semana se comprobó en la Ciudad Deportiva, por lo que su retorno está a las puertas de producirse.

La vida sin Bernal

Uno de los capitanes cordobeses del plantel, Javi Flores, cogió el testigo para la demarcación de centrocampista. El de Fátima fue el más empleado por Crespo con Bernal en el dique seco. De hecho, junto a Toni Arranz jugó seis contiendas ligueras -CD San Roque de Lepe, CF Villanovense, AD Mérida, Las Palmas Atlético, AD Ceuta FC y CD Mensajero-, la de la Copa del Rey ante el Sevilla FC y las semifinales de la Copa RFEF frente al CD Ebro.

Flores también figuró con otros compañeros sobre el verde por los percances que Arranz arrastró. Christian Delgado -contra la UD Montijo-, Julio Iglesias -recibiendo al CP Cacereño- y Viedma -en la goleada con el Panadería Pulido- trabajaron a su lado en la media. Los únicos encuentros donde el 21 blanquiverde no quedó elegido como titular se materializaron en la mencionada Copa RFEF. 

En Jerez de la Frontera, la difícil papeleta la solventaron Christian Delgado y Julio Iglesias. Crespo, para la gran final disputada en El Arcángel ante el CD Guijuelo, decidió que Iglesias y Viedma tomaran la responsabilidad. No obstante, Flores pasará a la historia de la entidad porque anotó, sustituyendo en el ecuador del primer acto al lesionado Iglesias, el único gol que valió el título en una noche inolvidable.