Parques naturales y agricultura. Una relación sostenible

La belleza más natural

La provincia de Córdoba cuenta con un heterogéneo patrimonio medioambiental que se ha aprovechado en las últimas décadas como recurso para el desarrollo sostenible, lo que lo ha convertido en fuente de riqueza y en generador de actividad económica

Un trabajador desempeña labores agrícolas en un entorno escarpado de sierra, entre un nutrido ‘mar’ de olivos.

Un trabajador desempeña labores agrícolas en un entorno escarpado de sierra, entre un nutrido ‘mar’ de olivos. / AJ GONZÁLEZ

Víctor RH

«Aún es Córdoba bella», decía entre sus versos Ricardo Molina, el poeta del Grupo Cántico. Y, de esa belleza -extendida a toda la provincia-, tienen gran parte de culpa las tres joyas que se atesoran en forma de parque natural: el de las Sierras Subbéticas, el de la Sierra de Hornachuelos y el de la Sierra de Cardeña-Montoro, los cuales suman, entre los tres, más de 130.000 hectáreas de terreno.

Junto a ellos, otra serie de espacios naturales cordobeses conforman un rico patrimonio medioambiental consolidado como importante fuente de dinamización poblacional y notable recurso generador de actividad económica, especialmente en los entornos rurales.

La protección de todos estos espacios naturales de Córdoba se ha conjugado con la explotación agrícola y ganadera en tales entornos, al tiempo que son un incontestable atractivo turístico. En total, se identifican 18 espacios naturales a lo largo de la provincia cordobesa, que añaden unas 5.000 hectáreas de superficie (al margen de los tres citados parques naturales), hasta superar las 135.000 hectáreas, según datos de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (Renpa) de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.

130.049 has. de terreno, según Renpa, acumulan los tres parques naturales declarados en la provincia.

Esta consejería, junto a la de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, vela por el cuidado de estos ecosistemas y su aprovechamiento más correcto. Así, entre otras iniciativas, fomentan programas de participación y sensibilización ambiental para espacios protegidos de la Red Natura 2000. A través de ellos se fomentan sistemas de producción primaria respetuosos con la conservación de parque natural, explotaciones de agricultura o ganadería de carácter extensivo, integradas en el propio parque, analizando incluso el papel del pastoralismo en la gestión y protección del entorno.

Se ha comprobado que los efectos en las zonas designadas como parques naturales han sido, sobre todo, positivos, ya que se logró frenar el descenso que marcaban los indicadores socioeconómicos en esas zonas rurales.

Sierras Subbéticas

El más longevo de los tres parques naturales es el de las Sierras Subbéticas, declarado como tal en 1988. Está conformado por unas 32.000 hectáreas de suelo, repartido entre los municipios de Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros. La economía de la zona se basa en los aprovechamientos agrícolas y ganaderos.

La principal producción agrícola en la zona proviene del olivar, con el aceite de oliva virgen extra como producto más significativo. De hecho, allí cuentan con dos denominaciones de origen protegidas (DOP), como son las de Priego de Córdoba y Lucena, y con numerosas almazaras y cooperativas cuyos aceites aglutinan multitud de reconocimientos y galardones nacionales e internacionales.

Además del ‘oro’ verde, también existe especialización en la aceituna de verdeo. Y, en lo gastronómico, atraen a público de muchos destinos con eventos como la feria del queso de Zuheros o las exposiciones y muestras de turrones y dulces navideños de Rute.

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La marca ‘Parque Natural de Andalucía’ es un distintivo a empresas que desarrollan su actividad económica en los municipios de los espacios naturales protegidos. Estas firmas ofrecen productos y servicios que ponen en valor sus recursos naturales y patrimonio cultural, garantizando origen, calidad y respeto medioambiental. En Córdoba, además de varios alojamientos rurales, hay firmas del sector agroganadero como Los Balanchares, Apadrina un Olivo, El Guiso y Jamones Rute -en el entorno de las Sierras Subbéticas- y Miel Sierra de Montoro, Ibéricos de Cardeña y Aceite Pago Las Monjas -en el de la Sierra de Cardeña-Montoro-.

Siguiendo con el plano agrícola, y aunque su territorio es abrupto y escarpado en bastantes zonas, existen ejemplos de cultivo de cereales, trigo y cebada fundamentalmente, aprovechando los terrenos llanos que permiten el trabajo con maquinaria pesada. El auge del consumo de frutos secos ha favorecido el incremento del almendro como cultivo frutal de secano que existe en este ecosistema. El incremento de la superficie en los últimos años responde a esa mayor demanda comercial proveniente de su inclusión, también, en múltiples dietas alimenticias saludables. 

En cuanto a la ganadería, ésta se realiza principalmente de manera extensiva, aprovechando los pastos naturales de la sierra. De cabañas, la caprina es la más extensa, concentrando su actividad en torno a la obtención de leche y carne. También se dedican a la piel de estos animales, pero en menor medida. Las ovejas se crían para beneficio de su carne, tanto de cordero lechal como de pascual, considerando la lana en segundo término. Y existe la caza menor en el parque, ocupando los cotos privados de caza un porcentaje considerable de la superficie.

Este parque natural está fortalecido con otro distintivo: las Sierras Subbéticas fueron reconocidas por la Unesco como geoparque en 2006, siendo uno de los cuatro que hay en Andalucía y de los 15 existentes en toda España. Todo ello hace aumentar su fuerza como destino turístico, un atractivo al que suman el centro de visitantes Santa Rita, la Cueva de los Murciélagos y su ecomuseo, así como sus senderos (9) y miradores.

Sierra de Hornachuelos

Al año siguiente, 1989, fueron declarados los otros dos parque naturales cordobeses. El de la Sierra de Hornachuelos limita con el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla y tiene algo más de 60.000 hectáreas de terreno, el cual se distribuye entre los términos municipales de Almodóvar del Río, Córdoba, Hornachuelos, Posadas y Villaviciosa de Córdoba. 

La particularidad de su geografía y su biodiversidad le han valido estar catalogado como Zona de Especial Protección y, al tiempo, forma parte de la Reserva de la Biosfera Dehesas de Sierra Morena. La amplia combinación de elementos naturales y la heterogeneidad de especies hacen, además, que sea lugar de peregrinaje de amantes de la naturaleza y de la historia a partes iguales.

18 espacios naturales se ubican en la geografía cordobesa, con el cultivo del olivar como actividad agrícola preferente.

En su entorno, la comarca del Medio Guadalquivir, famosa especialmente por su producción de cítricos y teniendo a Palma del Río -con la naranja y otras variedades- como referente en el sector.

Los embalses de esta zona se aprovechan como elementos que generan actividad económica, puesto que presentan una oferta en materia de educación ambiental, aventura y deportes náuticos consolidada, si bien la actual época de sequía supone una limitación al respecto.

Las peculiares características de su sierra, abrupta y cortada, rica en filones mineros, ha favorecido movimientos en torno a la minería –complejo de La Plata–, o los caleros –Huerta del Rey–.

Vista de uno de los bellos paisajes de la dehesa cordobesa, con varios ejemplares de porcino ibérico en plena montanera.

Vista de uno de los bellos paisajes de la dehesa cordobesa, con varios ejemplares de porcino ibérico en plena montanera. / RAFA SANCHEZ

La buena conservación de las masas vegetales ha permitido un buen desarrollo de especies animales, destacando el águila imperial, águila real, el alimoche, azor, gavilán, mamíferos como el lobo y el lince, el meloncillo, la gineta, la comadreja y la nutria. En la actualidad, la Sierra de Hornachuelos acoge la segunda colonia de buitre negro de Andalucía y tres colonias más de buitre leonado.

El contraste territorial que atesora el Parque Natural Sierra de Hornachuelos favorece la caza, ya que atesora gran riqueza cinegética en estos pagos, tanto menor como mayor, posibilitada en gran medida por las numerosas poblaciones de ciervo y jabalí.

Relacionado igualmente con los animales se encuentran también actividades como la denominada ‘caza fotográfica’ o la observación de la berrea del ciervo. Y, en el ámbito ganadero, destaca la cría de cerdo ibérico y la apicultura, una de las señas de identidad en torno al municipio que da nombre a la sierra.

Cardeña-Montoro

Precisamente, la apicultura es un elemento reseñable en el Parque Natural Sierra de Cardeña-Montoro, que también fue declarado en 1989. Limita con Jaén y con otra comunidad autónoma (Castilla-La Mancha) a través de Ciudad Real. Tiene algo menos de 39.000 hectáreas, las cuales se reparten entre las dos localidades que dan nombre al parque.

Sus lomas están repletas de colmenas, lugares donde crecen además verduras y herbáceos de tradición gastronómica como los espárragos o las tagarninas, con mucho predicamento en los menús de la zona. Sin embargo, si hablamos de algo reseñable en este parque, el protagonismo lo adquiere la dehesa, que es su elemento más característico. Se aprovecha de un modo mixto. Por un lado, con la agricultura y el cultivo de la cebada; por otro, con la montanera, actividad muy favorecida por el tipo de arbolado de la zona: la encina, el quejigo y el rebollo.

La dehesa es un ecosistema singular que se mantiene principalmente gracias a la actividad del ganado de raza ibérica. Además, es importante el desarrollo del sector del olivar y la existencia de una tradición productiva con históricas almazaras.

En las inmediaciones del parque se sitúan, a un lado, la DOP Montoro-Adamuz, con brillantes aceites; y al otro lado la DOP Los Pedroches, con magníficas paletas y jamones ibéricos.

Un apicultor se dispone a cambiar los paneles de una colmena en un entorno silvestre.

Un apicultor se dispone a cambiar los paneles de una colmena en un entorno silvestre. / Córdoba

En los últimos años, sobresale el paulatino incremento de la superficie dedicada a la agricultura y ganadería ecológicas, con apoyo de las administraciones regionales y comunitarias.

Las especies ganaderas tienen una importancia capital en este fragmento de Sierra Morena. El rebaño ovino, aunque ha sufrido un descenso, es el más voluminoso, con más de 50.000 cabezas en Cardeña y unas 1.500 en Montoro. La cabaña porcina se ha incrementado debido a la gran magnitud de los encinares. 

El ganado bovino es otro segmento ingente, del que se aprovecha más su carne que su leche. Las reses caprinas se sitúan por encima de los 2.000 ejemplares. Predomina la raza serrana, a la que siguen la murciana-granadina y una serie de crías.

Por último, también hay que mencionar la actividad de caballos, mulos y asnos. Además, en este parque natural se ha hecho realidad la reintroducción del lince ibérico. 

En cuanto a los aprovechamientos forestales, destaca el encinar para alimentación del ganado en montanera y la leña para su transformación o su consumo directo como combustible, el ramón, etc. Algo semejante ocurre con el pino, del que se usa la madera; y el alcornoque, del cual se obtiene gran cantidad de corcho.

Lagunas del Sur

Del resto de espacios naturales de la provincia cordobesa, sobresale la denominada Reserva Natural Lagunas del Sur. Está compuesto por varios humedales y es famoso por ser zona de hibernación y de nidificación para las aves. Sus aguas proceden del subsuelo, de acuíferos subterráneos que pueden llegar hasta los 13 metros de profundidad. Este grupo de espacios protegidos roza las 1.500 hectáreas y está compuesto por las lagunas de Amarga, Los Jarales, Tíscar, Zóñar, Salobral y del Rincón, localizadas en la Subbética y en la Campiña Sur.

Cada laguna atrae de formas diversas. La de Zóñar se encuentra adornada por bellos campos de viñedos. Laguna Amarga se ubica en la pendiente de un valle de viejos olivos. Y las aguas de Tíscar son ricas en sales de yeso.

50.000 reses de ganado ovino se concentran en la Sierra de Cardeña-Montoro, que se destinan a carne y leche.

Por otro lado, dos parajes naturales más reúnen casi 2.000 hectáreas: los embalses de Cordobilla (Puente Genil) y Malpasillo (Lucena).

Y, finalmente, están los cinco parques perirubanos del territorio cordobés, que acumulan una superficie conjunta que ronda las 1.280 hectáreas. Ese quinteto lo conforman Fuente Agria, Fuente la Zarza, La Sierrezuela, Los Cabezos y Los Villares. 

También cuentan como espacios protegidos, con la categoría de monumentos naturales, la Cueva de los Murciélagos de Zuheros y los Sotos de la Albolafía de la capital, entre otros. En definitiva, un amplio abanico de posibilidades que impulsa nuestro desarrollo y nos concede riqueza económica, agroalimentaria y, sobre todo, natural.