El precio del aceite de oliva está marcado por numerosos factores que provocan una elevada alteración de las cotizaciones de una campaña a otra. Cuestiones como la zona de producción, el tipo de aceite de oliva, el volumen de cada campaña o la especulación a la que se ve sometido el sector inciden cada campaña en las cotizaciones. En todo el proceso, además, hay que considerar los elevados costes de producción que son necesarios para obtener un kilo de aceite (normalmente se necesitan por término medio entre cuatro y cinco kilos de aceitunas para un litro de aceite), que también fluctúan según el tipo de olivar de que se trate o de si, por ejemplo, la climatología dificulta la recogida.

Durante el pasado mes de marzo el precio medio del aceite de oliva en Córdoba se situó entre los 2,41 euros por kilo del lampante, los 2,53 del virgen y los 2,87 del virgen extra. En el caso del aceite ecológico, el valor llegó hasta un máximo de 3,95 euros por kilo. Todas estas cotizaciones son en origen, pues luego se producen variaciones importantes en el punto de venta al público según unos establecimientos u otros.

La organización agraria COAG publica todos los meses desde el 2008 el índice de precios en origen y destino de los alimentos (IPOD). El aceite de oliva es el que registraba en marzo una menor variación entre el origen y el destino de todos los alimentos analizados en España. Así, el valor del virgen extra en origen era de 2,96 euros por kilogramo, mientras que en destino era de 3,99 euros, es decir, el valor se multiplicaba solo por 1,35 veces entre el origen y el destino, cuando la media en los productos agrícolas era de 4,54 y en la ganadería se situaba en 3,16. A la cabeza en diferencia se encontraba el limón (pasaba de 0,18 euros a 1,97 en destino). Importante era también el aumento en el ajo (0,82 en origen y 5,95 en destino) o en la zanahoria (0,16 y 1,10 euros).

Precisamente, durante el pasado año, antes de decretarse el estado de alarma por el covid, los agricultores protagonizaron distintas movilizaciones para exigir unos precios que tuvieran en cuenta los costes de producción, protestas que se paralizaron con la expansión del coronavirus y que en la actual campaña no han tensionado al sector por la subida de cotizaciones que se ha registrado en el aceite. Así, en marzo del 2020 el valor medio del kilogramo de aceite de oliva era de 1,96 euros en Córdoba, valor que el pasado mes de marzo era de 2,69 euros, es decir, un 37,2% más. Este precio queda, no obstante, lejos de los 3,79 euros a los que llegó el aceite de oliva en marzo del 2017 y están por debajo de los 2,97 de marzo del 2018. En este sentido, la modificación de la ley de la cadena alimentaria, aprobada por el Gobierno en noviembre del pasado año, se dirige a mejorar la situación de los productores en la cadena alimentaria, generalizando los contratos por escrito, prohibiendo nuevas prácticas comerciales desleales y actualizando las infracciones y sanciones. Con estas medidas, además, se buscaba una mayor transparencia en los precios.

Los costes de producción

Los distintos tipos de explotaciones de olivar inciden en los costes de producción del cultivo, presentándose grandes variaciones, por lo que en distintos momentos de las campañas del aceite suelen registrarse cotizaciones inferiores a los costes. En el olivar convencional, la Junta de Andalucía establece cuatro tipos de olivar con sus correspondientes costes de producción: olivar de secano no mecanizable, cuyos costes ascienden a 2,31 euros por kilo de aceite; olivar de secano mecanizable (1,68), olivar de regadío extensivo (1,54) y olivar de regadío intensivo (1,46). En el olivar ecológico, los costes son muy superiores, puesto que en el olivar de bajo rendimiento se estiman en 6,82 euros por kilogramo y en el de secano no mecanizable ascienden a 3,10 euros. En estos casos, el coste por hectárea se estima en 604 euros en el de bajo rendimiento y en 1.106 euros en el de secano no mecanizable. Por todo esto, ¿es caro el aceite?