En el 2007, frente a la crisis mundial que se avecinaba, la FAO alertó sobre los precios de los alimentos. A finales del mismo año puso en marcha proyectos de emergencia en 58 países. A mediados del 2008, los precios de los alimentos padecieron la subida más alta de los últimos 30 años y la FAO aprobó proyectos, de un año de duración, para proporcionar a los agricultores semillas mejoradas, fertilizantes, utensilios y asesoramiento técnico. Los proyectos se mejoraron en el 2009 con 1.000 millones de la UE en 28 países de Africa, Asia, América Latina y Caribe.